El Sevilla tira de pegada y vapulea al Standard

El Sevilla, pentacampeón, se estrenó en su torneo favorito con un buen triunfo ante el Standard, al que goleó sin remisión con Vázquez y Ben Yedder como mejores argumentos. Los andaluces mostraron más goles que juego, un aval suficiente para acabar con un Standard muy débil, solo competitivo en la primera mitad. Amadou se lesionó a los 12 minutos, con lo que se recrudecen los problemas del Sevilla con las lesiones. Acumula ya cuatro lesiones de gravedad en el plazo de tres semanas. A la de Amadou hay que añadir las de Gonalons, Mercado y Escudero. El equipo de Machín se sobrepuso a un primer tiempo bastante discreto para acabar vapuleando a los belgas. El conjunto andaluz, en plena construcción, jugó a un ritmo lento, aunque la diferencia de calidad entre los jugadores de ambas plantillas decantó en choque. En Europa, los equipos españoles, aunque no estén en su mejor momento, como le ocurre al Sevilla, muestran una gran superioridad hacia sus rivales. En un encuentro jugado bajo un calor asfixiante (34 grados a las 19.00 horas), el Sevilla inició de la mejor manera su andadura en la Liga Europa, su torneo preferido. Otra cuestión es la LaLiga, plagada de buenos equipos.

El Sevilla atraviesa por un periodo delicado. Surgen las dudas acerca de su planificación mientras los jugadores se le lesionan uno detrás de otro. Machín intenta plasmar sus ideas al mismo tiempo que desea adaptarse a un entorno complicado, acostumbrado a la grandeza, que mira con mucho recelo a un equipo a años luz, de momento, de ser competitivo y fiable. Ante un Standard bastante limitado, el Sevilla tuvo una puesta en escena aceptable. Marcó un buen gol de falta a los ocho minutos y desapareció del terreno de juego a los 12, cuando Amadou se tuvo que retirar lesionado con una posible fractura en su codo. Nada nuevo en la realidad de un equipo asociado a la mala fortuna. Es la cuarta lesión grave en menos de un mes. La tercera en las extremidades superiores después de las de Escudero y Mercado.

Golpeado por la mala fortuna y sin un patrón definido de juego, el Sevilla se pegó una buena siesta después del tanto de Banega. Igual influyeron los 34 grados en la pasividad de los andaluces, superados por un rival animoso, pero poco más. Las pérdidas de balón y las imprecisiones se sucedían en el Sevilla, que añadió a estos defectos otro que resulta letal en la alta competición: una increíble fragilidad defensiva. De ello se aprovechó el Standard, que empató después de una tremenda desaplicación defensiva a la salida de un saque de esquina. Nadie acertó a despejar el balón y Djenepo empató el partido. Estaba solo en el área pequeña. Aturdido y superado por el Standard, al Sevilla lo salvó la pegada. Vázquez acertó con un gran disparo desde fuera del área, imposible para Ochoa.

El gol de Vázquez tranquilizó los ánimos del Sevilla, más asentado en la segunda mitad. Los de Machín mostraron, además, una capacidad de toque ausente en el primer acto. La mejor muestra llegó a los cuatro minutos de la reanudación. Un taconazo de Vázquez desarmó el entramado defensivo del Standard. Banega, siempre atento, sirvió a la banda, donde Arana la puso al área para que Ben Yedder hiciera el tercero de la calurosa tarde. En esa magnífica acción, la mejor del Sevilla en todo el choque, acabó el partido. El Standard, asfixiado, empezó a dar unas facilidades tremendas, que un equipo de la talla del Sevilla siempre aprovecha. Banega robó y pasó a Ben Yedder, que se reivindicó con otro gol. Luego, el propio Banega hizo el quinto de penalti para refrendar la goleada y celebrar el buen regreso del Sevilla a su competición talismán.