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José Manuel Calderón: “LeBron James cumple siempre, pero nos exige al 300%”

El base extremeño relata su experiencia junto al mejor jugador de la NBA y lo mucho que han sufrido los Cavaliers para alcanzar su cuarta final consecutiva contra los Warriors

Calderón, en un partido Cavaliers-Celtics.Vídeo: DAVID MAXWELL (EFE) | EFE
Robert Álvarez

José Manuel Calderón abandonó Villanueva de la Serena, su pueblo extremeño, cuando tenía 13 años. Su sueño era llegar algún día a ser jugador de baloncesto. Vitoria fue la estación de partida, con apeaderos en Alicante y Fuenlabrada. Su extraordinaria carrera incluye medallas de oro en el Mundial y en el Eurobasket y tres podios olímpicos con una selección en la que sumó 193 internacionalidades. En 2005 inició su singladura en la NBA. En su 13ª temporada y en su séptimo equipo en la mejor liga del mundo, 23 años después de su partida de Villanueva de la Serena, se ha convertido en el tercer español, tras Paul Gasol y Serge Ibaka, que disputa una final de la NBA. Su equipo, Cleveland, pugna por el anillo de campeón contra Golden State en una serie al mejor de siete partidos que da inicio en la madrugada del jueves al viernes (3.00, Movistar +) en Oakland.

Pregunta. ¿Cómo están viviendo los Cavaliers un logro que tanto se les atravesó?

Respuesta. Como algo especial, por todo lo que hemos sufrido: los traspasos, empezando por el de Kyrie Irving, cuando yo ya había llegado al equipo, las lesiones, el tema de Derrick Rose, los cambios de equipo en febrero, la lesión de George Hill, ahora la de Kevin Love, el hecho de tener el factor cancha en contra ante Toronto y Boston... Hemos tenido que superarlo todo.

P. ¿Qué supone para usted jugar esta final?

R. Es el reto más difícil de mi carrera. Existe un problema añadido en la NBA y es que, a menudo, no puedes elegir el equipo en el que juegas. Das muchas vueltas. Necesitas tener suerte y caer en el sitio idóneo. El verano pasado pude elegir. Y elegí un sitio donde podía tener una oportunidad de jugar y de luchar por el anillo. Ha sido una temporada buenísima. El reto es muy especial.

P. Toronto, Detroit, Dallas, Nueva York, Lakers, Atlanta y ahora Cleveland. No ha parado hasta que lo ha conseguido.

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R. Siempre he soñado con luchar por el anillo. Por eso tomé en su día la decisión de venir a la NBA. De hecho, hasta entonces había ganado una Copa [2004, con el Baskonia] y había perdido una Final de la Euroliga [en 2005, ante el Maccabi], y vine aquí no solo simplemente para jugar, sino para intentar ganar un anillo de campeón. Renuncié a muchas cosas. De momento ya soy campeón de la Conferencia Este.

P. Ha disputado 57 partidos en la fase regular, 32 como titular, y 10 en los playoffs, tres en el cinco inicial. ¿Cómo se encuentra?

R. Muy bien, física y anímicamente. He tenido la ocasión de estar en un gran equipo que te ayuda al máximo en ese sentido. Y eso es importante, también de cara al futuro. Quiero seguir varios años más, estando en el campo, siendo importante. Incluso en la serie contra Indiana, cuando se lesionó George Hill, volví a ser titular. Hacía tiempo que no lo era porque durante mi etapa en los Lakers, aunque sea difícil de entender, preferían dar minutos a los jóvenes. Pero también tiene sentido, porque estaban reconstruyendo el equipo. Desde fuera no se entiende. Estamos acostumbrados a que si alguien juega es porque es mejor que tú.

P. Y no se ha lesionado como en temporadas anteriores.

R. Siempre me he cuidado mucho físicamente y he seguido las mejores pautas para el descanso. Curré mucho durante el último verano. Pude hacerlo con más intensidad porque renuncié a la selección [tras los Juegos de Río 2016] para estar centrado en la NBA. Me gustaría jugar al menos dos años más, llegar a cumplir 15 temporadas en la NBA. Es una cifra redonda, un reto bonito. Y si hay equipos que me quieren, no me voy a poner límites. Voy a seguir firmando año a año y viendo las mejores oportunidades.

Quiero jugar dos años más en la NBA, estando en el campo, siendo importante. Es difícil dejar de ser un nómada

P. Ha vivido ya en siete ciudades en Estados Unidos. ¿No se cansa de tanto traslado?

R. A estas alturas [36 años] es difícil dejar de ser un nómada. Encuentras un equipo que te quiere, firmas por lo mínimo [2,3 millones de dólares esta temporada], porque lo importante no es lo económico. La familia se ha adaptado a este tipo de vida. Y es difícil quedarte en el mismo lugar. Pero, ¿quién dice que no me quede aquí en Cleveland? Dependerá. Vamos a ver cómo acaba la temporada y, si ellos están contentos, veremos.

P. ¿Cómo es jugar junto a LeBron James?

R. Es increíble. He jugado muchísimas veces contra él en la NBA y con la selección. Desde fuera se aprecia que es uno de los mejores de la historia. Cuando estás con él, te das cuenta de que probablemente es el mejor de la historia. Es increíble lo que hace, en cada partido, en cada entrenamiento. Da el 200%. Es el primero en llegar, el último en irse. Es muy especial. Y es muy buena persona. Trata bien a todo el mundo.

P. Da la impresión de que sintonizan muy bien.

R. Tengo muy buena relación con él. Salimos a cenar a menudo con amigos como Jeff Green y Cedi Osman. Hemos creado un grupo muy bueno. Me respeta mucho y es increíble lo que dijo sobre la selección y los jugadores españoles. Es un halago.

No nos daban ningún crédito. Hemos sufrido. Nos hemos tenido que superar. Eso nos da más fuerza

P. ¿Qué les pide?

R. Jugar con LeBron es especial y diferente. Pero al final, cada equipo y cada estrella tiene su propia forma de jugar. Todos nos adaptamos a su estilo de juego. El equipo está creado para ayudarle. Es muy fácil jugar con un jugador tan bueno. Él cumple siempre con creces, pero al mismo tiempo te exige al 300%. A partir de ahí, está contigo a muerte. Eso hace que todo funcione.

P. ¿Tenía la sensación de que mucha gente les estaba sepultando vivos como dijo LeBron?

R. Totalmente. Incluso antes de los playoffs. Todo el mundo hablaba de que Cleveland esta temporada no, no y no. Pero hemos seguido mejorando. Cambiamos seis jugadores a dos meses de los playoffs. No pudimos jugar juntos esos 40 o 50 partidos que todos los equipos tienen. Nos ha costado llegar a ese grado de conocimiento y acoplamiento. Y contra Indiana y Boston la gente hablaba de lo mal que estaban los Cavaliers. No nos daban ningún crédito. Hemos sufrido no porque jugáramos mal sino porque Indiana y Boston lo hicieron muy bien. Nos hemos tenido que superar, sufrir más. Por eso ganar la Conferencia Este nos sabe tan especial, lo hemos pasado muy mal. Eso te da más fuerza, te hace estar más unido. Cada uno ha ido asumiendo el papel que le ha tocado.

Olvidado su ‘hola y adiós’ a los Warriors

Golden State Warriors, el rival de Cleveland Cavaliers en la final, es un equipo muy especial para José Manuel Calderón. Después de liberarse del contrato que tenía con los Lakers, el 1 de marzo de 2017, el base extremeño fichó por los Warriors. Pero ese mismo día se confirmó que tras lesionarse en un partido ante Washington, Kevin Durant iba a estar entre cuatro y cinco semanas de baja. Steve Kerr tuvo que rehacer con urgencia sus planes. La franquicia californiana rescindió el contrato con Calderón, para fichar a un alero, Matt Barnes, que supliera la baja de Kevin Durant.

“Nunca cuento eso como si fuera un desastre”, explica Calderón. “Son cosas que pasan. Y de todas formas, es diferente que te suceda cuando ya estás allí, en dinámica de equipo. No fue mi caso. Es verdad, estuve a punto de jugar con los Warriors y de ganar un anillo. Pero son cosas que pasan”.

"Se portaron muy bien conmigo", relata Calderón. "Las dos partes sabíamos que lo que pasó no fue por mí, sino por algo que sucedió de repente y que se escapó al control de todos. Acabamos en buenos términos. Pude firmar por un equipo de playoff como Atlanta. Y quizás jugar aquellos playoffs hizo que Cleveland me viera y quisiera ficharme. Fue una situación un poco estresante para mí y mi familia, pero está olvidado".

Steve Kerr, el entrenador de los Warriors, explicó entonces que Calderón se lo tomó bien: “Es una gran persona y un gran profesional, un tipo extraordinario. Lo entendió. Deseo que lo fiche algún equipo en los próximos dos días. Ha sido un momento horrible para él. Pero afortunadamente creo que todo se arreglará”.

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Sobre la firma

Robert Álvarez
Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona, se incorporó a EL PAÍS en 1988. Anteriormente trabajó en La Hoja del Lunes, El Noticiero Universal y el diari Avui.

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