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Djokovic sigue sin encontrarse

Sin ritmo ni soluciones, el serbio reaparece con una derrota severa en Indian Wells, contra el japonés Daniel, y continúa muy lejos de sí mismo: "Me he sentido como si fuera mi primer partido en el circuito"

Alejandro Ciriza
Djokovic, durante el partido contra Daniel en Indian Wells.
Djokovic, durante el partido contra Daniel en Indian Wells.ADAM PRETTY (AFP)

A Novak Djokovic se le espera, pero Novak Djokovic no llega y, lo que es más preocupante e inquieta, Novak Djokovic sigue sin encontrarse y probablemente haya que respetar otro generoso margen de tiempo para volver a ver al serbio triunfar sobre las pistas. Al menos, esa es la sensación que desprendió su última aparición sobre una de ellas, la de Indian Wells, donde Nole regresaba después de casi dos meses sin competir con el objetivo de probarse y llevar a cabo la prueba del algodón, obteniendo un veredicto inapelable: 7-6, 4-6 y 6-1 (en 2h 30m) contra al japonés Taro Daniel. Ko a la primera y sobre todo óxido, óxido por todos lados, luego se deduce que Djokovic no está bien.

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No está nada fino el de Belgrado, o desde lejos está a una distancia sideral de aquel ganador que infundía temor hace dos años. Cierto es que llegó al Valle de Coachella muy justo, después de otra estadía en el dique seco y sin mayor pretensión que la de regresar a la actividad y recuperar la dinámica del tenis, pero el choque con Daniel reveló que sus biorritmos competitivos marcan ahora mismo índices muy bajos. “Me he sentido como si fuera mi primer partido en el circuito”, reconoció el serbio, muy poco dado a ceder contra rivales del perfil de Daniel (109): ante el japonés encajó su décima derrota contra un jugador fuera del top-100.

“Ha sido muy extraño, no tenía ritmo”, prolongó Nole, que el pasado 3 de febrero fue intervenido en Basilea (Suiza) del codo derecho por los problemas que arrastra desde hace dos años y que ya le obligaron a detenerse durante medio curso. “No me he sentido bien en absoluto, pero estoy feliz de haber vuelto a competir después de la operación, necesito tiempo”, demandó el 13 del mundo, completamente desdibujado en este retorno con aroma a pretemporada para él; lento y espeso en los movimientos, y temeroso en los golpes: servicio y revés paralelo, capítulos aparte.

No en vano, Djokovic tan solo ha disputado cinco partidos en los últimos ocho meses –los cuatro que jugó en Melbourne y este en Indian Wells–, de modo que no se esperaba un giro brusco del guion, pero al menos sí percibirle con más tono. Sin embargo, la competición le recibió con un manotazo a palma abierta. Muy falto de automatismos, dejó 61 errores no forzados y la realidad dicta que todavía le queda un mundo para volver a los altares. No obstante, si algo quiere ahora Nole es volver a jugar sin dolor, de ahí la prolongada pausa de 2017 y la precaución, así como el hecho de no meterse prisa.

Una sequía de nueve meses

“Estaba un poco nervioso”, incidió el balcánico, camino de los 31 años y pentacampeón de Indian Wells, donde no caía en el debut desde la edición de 2006. “He cometido muchos errores y mi revés ha sido un desastre, pero son circunstancias por las que tengo que pasar ahora. No he estado bien, pero tampoco esperaba estar aquí a estas alturas, ya que la cirugía apenas fue hace solo cinco semanas y he conseguido recuperarme muy rápido”, indicó el ganador de 12 grandes, que no eleva un trofeo desde el pasado 1 de julio (Eastbourne) y ha perdido la combustión desde que lograse su primer título de Roland Garros, en junio de 2016.

Se hace esperar Djokovic, aunque la mayoría confía en que recobre su esplendor, ya sea más tarde o más temprano. "Entiendo lo que le está pasando a Novak, lo que le ocurre no es inusual. Se necesita un esfuerzo extra para manejar estas situaciones", comprende Roger Federer (6-3 y 7-6 a Federico Delbonis). "Es frustrante. Después de una operación vienes aquí con toda la ilusión y pierdes en primera ronda... No es sencillo, pero Novak es fuerte y seguro que pronto le veremos otra vez arriba", deseó el argentino Juan Martín del Potro (6-2 y 6-1 a Alex de Miñaur).

FEDERER NO RENUNCIA A LA TIERRA

Todavía se desconoce si Roger Federer disputará la gira de tierra batida. El suizo (36) no tomará una decisión hasta que cierre el Masters de Miami, el 1 de abril. Sin embargo, cuando le preguntaron sobre el asunto no descartó volver a jugar en una superficie que no pisa desde el 12 de mayo de 2016, cuando perdió contra Dominic Thiem en Roma.

A Federer, dijo antes de competir en Indian Wells, le gustaría ganar una vez más Roland Garros, cuyo trofeo solo ha levantado una vez (2009). Cuestionado sobre si echaba en falta el polvo de ladrillo y si se estaba replanteando volver a jugar en él, respondió: "Un poquito".

Dio prácticamente por seguro que no participará en Montecarlo, ya que el torneo coincide con un acto de su fundación, pero dejó la puerta abierta a los eventos posteriores. Ahora bien, todo está en el aire. El año pasado renunció a la tierra y desde entonces su rendimiento ha sido fantástico.

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Sobre la firma

Alejandro Ciriza
Cubre la información de tenis desde 2015. Melbourne, París, Londres y Nueva York, su ruta anual. Escala en los Juegos Olímpicos de Tokio. Se incorporó a EL PAÍS en 2007 y previamente trabajó en Localia (deportes), Telecinco (informativos) y As (fútbol). Licenciado en Comunicación Audiovisual por la Universidad de Navarra. Autor de ‘¡Vamos, Rafa!’.

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