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El Barcelona sofoca Mestalla

Los azulgrana alcanzan la final después de volver a ganar al Valencia en un partido resuelto por Coutinho y Rakitic después de dos asistencias de Suárez

Coutinho celebra su gol frente al Valencia CF, durante el partido de vuelta de las semifinales de la Copa del Rey. En vídeo, reacciones de los jugadores tras el partido.Foto: atlas | Vídeo: JUAN CARLOS CÁRDENAS (EFE) / ATLAS
Ramon Besa

La mística del Barça con la Copa no la rompió ni el ardor de Mestalla. Ya son 29 títulos azulgrana y 40 finales, las cinco últimas consecutivas, la próxima contra el Sevilla el 21 de abril. El equipo de Valverde tuvo en Valencia la misma jerarquía que en su día mostraron los barcelonistas con Luis Enrique o Guardiola. No juega el Barcelona por jugar la Copa, una competición que supone un desgaste brutal, sino que no para hasta que se entrega el trofeo, ya sea en Mestalla o Madrid. La novedad de anoche estuvo en el goleador: Coutinho. El brasileño estuvo espléndido nada más pisar el campo para rematar la faena de Messi, Iniesta y sobre todo de Luis Suárez. El tanto no tuvo réplica porque Cillessen estuvo espléndido en un disparo de Gayà y porque el Valencia acabó derrengado, víctima de una dinámica de resultados adversos, negado con el gol, abatido de nuevo al final por el gatillo del infalible Rakitic.

El epílogo fue tan incontestable como el inicio del Barça. Ni Paulinho ni tampoco Alcácer y menos de momento Coutinho. Las alineaciones titulares de Valverde acaban con André Gomes cuando el Barça afronta una salida difícil en la Liga, como han sido las visitas al Wanda Metropolitano, San Mamés, Anoeta o Villamarín, o a Mestalla en la Copa. Los azulgrana se taparon con un cuarto centrocampista y prescindieron del tercer delantero por el poder intimidador del Valencia, agrandado por la condición de local, y por el 1-0 del Camp Nou. El marcador fue igualmente decisivo para entender la formación de Marcelino. El asturiano sacrificó a un volante y apostó por tres atacantes: Zaza, Vietto y, por detrás, en la punta del rombo, Rodrigo, sustituto en la cancha de Soler, mientras aguardaba Guedes.

El gol en contra y la carga ambiental invitaban al Valencia a ir a por el partido y a por el Barça. La recuperación de Piqué, sin embargo, ayudó a la estabilidad defensiva de los azulgrana, reiterativos en los ataques largos y la presión, más protagonistas que el Valencia. Ansiosos y precipitados, los locales extrañaban el dibujo de su entrenador Marcelino hasta que encontraron a Rodrigo, excelente en un remate de cabeza al larguero de Cillessen. Las llegadas del Valencia eran más verticales y selectivas que las pacientes combinaciones del Barça. Había la sensación de que para enfilar a Jaume Domènech el Barcelona necesitaba pasar por Messi.

La pausa del 10 contrastaba con el nerviosismo de André Gomes, impaciente en cancha ajena, nervioso en campo propio, reincidente en las faltas, extraviado en Mestalla. Asegura la leyenda que el portugués se gana el puesto en los entrenamientos y lo pierde en el terreno de juego, incluso en el Camp Nou. El partido quedó a pies de Rodrigo y de Messi. Alcanzado el descanso, ninguno había encontrado la red, aunque el valencianista era más profundo que el azulgrana, cabeza de cartel de un equipo tan chato como mandón en Mestalla. A falta de ocasiones y regate, se imponía el pase multiplicador de Busquets.

Entregado a Messi, el Barça quería que no pasara nada y el Valencia aguardaba su momento, confiado en su solidez para tirar sus rápidas transiciones, esperanzado también con los cambios de Marcelino. Valverde no aguardó ni un minuto en cambiar a André Gomes por Coutinho.

Y el brasileño, volcado al costado derecho, igual que en Brasil, se estrenó como goleador en una jugada preciosa armada por Busquets. El medio centro jugó para Alba, el lateral tocó hacia Luis Suárez y su centro al segundo palo, a la salida del regate sobre Garay, lo cruzó muy bien Coutinho. La maniobra del uruguayo fue tan desequilibrante como el tiro del 14 del Barcelona.

El gol desmontó al Valencia y, como ya es costumbre en el segundo tiempo, certificó el éxito del Barça. Marcelino sacó a Guedes y Soler. No supo sentenciar entonces el Barça en los mejores momentos de Messi e Iniesta. La retirada del capitán y la entrada de Paulinho propiciaron la aparición del mejor Guedes. Muy poco para combatir al Barça, que firmó el 0-2 después de una segunda asistencia de Suárez, el mejor de Mestalla. El partido se puso tan fácil para los azulgrana que incluso debutó Yerry Mina para dar descanso a Piqué mientras claudicaba Mestalla. Las finales de Copa son cosa del Barça.

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Sobre la firma

Ramon Besa
Redactor jefe de deportes en Barcelona. Licenciado en periodismo, doctor honoris causa por la Universitat de Vic y profesor de Blanquerna. Colaborador de la Cadena Ser y de Catalunya Ràdio. Anteriormente trabajó en El 9 Nou y el diari Avui. Medalla de bronce al mérito deportivo junto con José Sámano en 2013. Premio Vázquez Montalbán.

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