Super Bowl 2018: Nick Foles, de suplente a un paso de la gloria
A principio de temporada el quarterback de los Philadelphia Eagles no se imaginaba como titular en la final de la NFL

Nick Foles (Austin, 1989) no imaginaba verse a tan solo unas horas de participar en una Super Bowl y menos hacerlo como titular. Formaba parte de un equipo conocido por sus gafes, reflejado la película El lado bueno de las cosas, en aquel desengañado fan interpretado por Robert De Niro. Era suplente y no de cualquiera, Carson Wentz se estaba mostrando como uno de los mejores mariscales de campo de la liga. Pero un par de meses antes del fin de la temporada, en un mal día de diciembre, se rompió el ligamento cruzado anterior, diciendo adiós a la temporada. Gafes aparte, solo unos días antes del incidente la leyenda de los Lakers, Kobe Bryant, oriundo de Filadelfia, mandaba un mensaje de ánimo a sus Eagles en una publicación subida a las redes sociales del equipo.

Si alguien se lo hubiera planteado un par de años antes, probablemente el texano se hubiese echado a reír. El 27 de julio de 2016, Foles fue despedido por Los Ángeles Rams. Ese mismo día contempló retirarse: "Pensaba en hacerlo al 100%. Hubo muchas cosas que me llevaron a planteármelo, en las que no quiero entrar en detalle, pero es lo que me pedía el corazón en aquel momento. Y si mi corazón no estaba en ese punto no podía seguir haciéndolo", declaró a CNN.
#MambaMentality pic.twitter.com/FOQzJdHRtO
— Philadelphia Eagles (@Eagles) December 10, 2017
Foles es un suplente más que ha tenido que dar el callo cuando todos los focos le apuntaban. En la presente postemporada ha completado el 77,8% de sus pases para llegar a los 598 y cero intercepciones. Su rating de pase es de 122,1. En la temporada regular quien lideró el listado fue el recientemente traspasado a los Washington Redskins Alex Smith, con un total de 104,7.
Tras romper numerosos récords de anotación durante su etapa de instituto, Foles tuvo una decepcionante primera temporada universitaria en Michigan State antes de ser transferido al equipo de la Universidad de Arizona, donde volvió a captar el interés de los ojeadores. Fue reclutado en una discreta elección 88 de la tercera ronda del draft de 2012 por los Eagles y una lesión de Michael Vick le llevó a debutar como titular en una derrota (23-38) ante los Dallas Cowboys. De las tres temporadas de su primera etapa con el equipo fue la de 2013 la que le llevó a primera plana de la liga, liderando a su equipo a un partido de playoff y al título de la división NFC Este.
Su declive comenzó en 2015 con un traspaso a cambio de Sam Bradford y una quinta ronda a los Rams. A pesar de firmar una extensión de dos temporadas con el equipo californiano, pronto fue relegado al banquillo por Case Keenum. Curiosamente se enfrentó a él en el reciente duelo de la conferencia NFC en un encuentro bautizado como el de los underdogs, que literalmente significa desvalidos, o sea, aquellos jugadores o equipos infravalorados que rinden por encima de lo esperado. Disfrutaba de su dulce venganza horas antes del encuentro Keenum en la rueda de prensa previa a la derrota de sus Minnesota Vikings (38-7). "Esto es lo que todos predijisteis. Un duelo entre Foles y Keenum y en el campeonato de la NFC. Así que enhorabuena a todos por haberlo predicho", manifestó socarrón.
Un giro inesperado en la caída
Después en el verano de 2016, los Rams eligieron con el número uno del draft y en su posición en el campo a Jared Goff, considerado aún hoy como uno de los grandes proyectos de estrella de la NFL. Fue entonces cuando meditó hacerse pastor religioso, llegando a completar cursos de seminarista por Internet. Foles es, además de un ferviente creyente, un hombre de familia. Se han hecho virales sus lágrimas al acordarse de su mujer y de su hija en la rueda de prensa previa a la Super Bowl. Sin equipo y valorando colgar las botas no decidió atender llamadas hasta que recibió la del entrenador que le hizo debutar, Andy Reid, para ser suplente en los Kansas City Chiefs.
Allí recuperó la confianza en su misión actual y volvió el pasado marzo a Filadelfia. Y el resto es historia. En frente tendrá a Tom Brady, el mejor quarterback de la historia por números y al cada vez menos discutido mejor de todos los tiempos en su deporte (las siglas G.O.A.T. en inglés). Brady llega a su octava final, habiendo ganado cinco de ellas. Más que ningún otro en su posición. En la edición anterior protagonizó junto a los New England Patriots la mayor remontada de la historia. Al imponerse 34-28 a los Atlanta Falcons, frente a los que llegaron a perder por 21 puntos. Muchos pronostican la Super Bowl 52 como un paseo militar de los de Massachussets. Y según este tuit, Brady podría convertirse en el próximo MVP. En él se ve como uno de los encargados de prensa del equipo carga con el discurso de aceptación de Brady, en la rueda de prensa del jugador.
NFL MVP will be awarded this weekend, but someone was carrying Tom Brady's acceptance speech in plain view of media during Pats presser today.... pic.twitter.com/Oxo2DUKSyJ
— Brad Elliott Schlossman (@SchlossmanGF) February 2, 2018
Reza Underdog, la canción de Kasabian: "Estaré esperando en las sombras hasta el día en que caigas". Cuando la publicaron, en 2009, eran solo un grupo de jóvenes de Leicester tratando de hacerse un hueco en el tsunami musical que supuso la globalización del indie rock en la escena musical. La suerte o el destino quiso que acabasen cantándola ante un público enfervorecido en el estadio King Power, el hogar de su equipo de siempre, el año en que se proclamaron campeones de la Premier League. Una de las mayores gestas de la historia del deporte. Hasta ahora.
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