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El Barça resucita ante el Khimki de Bartzokas

Los azulgrana cuadran una espléndida actuación, rompen su racha de seis derrotas seguidas y ganan fuera en Europa tras casi un año

Robert Álvarez
Tomic, con el balón, presionado por Shved.
Tomic, con el balón, presionado por Shved.MAXIM SHIPENKOV (EFE)

El Barcelona pasó de una depresión que se prolongaba durante bastantes semanas a una jubilosa resurrección en la cancha del Khimki. En Moscú interrumpió la plaga de calamidades que le afligía. No jugaba bien, ni en la Euroliga, ni en la Liga Endesa, ni en el Palau ni fuera, ni ante los grandes gallos europeos ni ante los meritorios españoles. No encontraba los resortes de su juego, ni el talento de sus jugadores. Hasta que se plantó en Moscú, ante el equipo que dirige Georgios Bartzokas, el entrenador al que despidió en junio para iniciar la nueva etapa con Sito Alonso, y en una situación límite destapó el potencial colectivo y el talento individual que se le presuponía.

El Barcelona barrió, especialmente en un último cuarto en que su superioridad fue abrumadora: 8-22. Tomic salió de Moscú como un gigante (12 puntos, ocho rebotes y cuatro asistencias), Pau Ribas (seis puntos y ocho asistencias) y Navarro (tres triples, dos asistencias, dos robos) movieron al equipo con soltura, y al final se añadieron a la fiesta Heurtel (seis asistencias) y Claver (12 puntos y seis rebotes), extraordinarios. Viendo lo ocurrido en Moscú, resulta incomprensible cómo ese equipo llevaba sólo una victoria en sus últimos 18 desplazamientos europeos, la última, hace casi un año, en febrero, en Milán. O cómo había sucumbido en sus últimos cinco partidos en la Euroliga, a los que añadió dos derrotas más en la Liga Endesa. En Moscú se vio otro Barça.

KHIMKI MOSCÚ, 65; BARCELONA,79

Barcelona Lassa: Pau Ribas (6), Navarro (9), Hanga (9), Moerman (7), Tomic (12) –equipo inicial-; Séraphin (12), Heurtel (2), Vezenkov (8), Koponen (2) y Claver (12).

Parciales: 15-25, 17-11, 25-21 y 8-22.

Árbitros: Pulk (Eslovenia), Ryzhyk (Ucrania) y Peerandi (Estonia). Señalaron una antideportiva a Pau Ribas y a Monia.

Mytischi Arena de Moscú. 6.627 espectadores. 15ª jornada de la Euroliga, última de la primera vuelta. El Barcelona sumó su quinta victoria.

Sito Alonso presentó toda una declaración de intenciones con su quinteto inicial. Era totalmente atípico, pero se trataba del mismo quinteto que tanto le complació durante el último cuarto del último partido en Vitoria, en el que rozó el triunfo tras haber llegado a tener una desventaja de 25 puntos. La fórmula funcionó a las mil maravillas. Pau Ribas y Navarro generaron muchas ventajas en ataque y conectaron con Tomic, desequilibrante en todos los aspectos del juego y muy superior en el uno contra uno con Malcolm Thomas. El Barcelona, también tremendamente superior en el rebote, marcó distancias (15-27) en el inicio del segundo cuarto.

Pero acto seguido, el Khimki reaccionó. Bartzokas dio descanso a Shved y formó un quinteto que defendió con mucha más intensidad, especialmente en la primera línea con Markovic. El Barcelona encadenó cuatro pérdidas casi consecutivas. Se encasquilló su juego de ataque. Su desplome remitió a lo peor de sus últimos partidos. Pérdidas, faltas en ataque, errores constantes que le hicieron perder el hilo. El Khimki, con Honeycutt y Anthony Gill resolutivos y Shved más suelto en ataque en su vuelta a la cancha, se situó a un punto (32-33), antes de que Hanga anotara un triple sobre la bocina del descanso.

Los triples de Jenkins, los tiros libres y un triple de Shved pusieron por delante al Khimki (46-45). El Barcelona reincidió en uno de sus puntos débiles: lanza pocos tiros libres y falla muchos (8 de 14 ante el Khimki). Pero su superioridad en el rebote fue tan abismal (17-37) como su recital en el último cuarto en el que defendió bien, atacó con decisión, estableció la mejor marca de la temporada en la Euroliga con 32 asistencias y desarboló al Khimki. Bartzokas y Svhved, el máximo anotador de la competición europea, acabaron rendidos a la evidencia: el Barcelona, esta vez fue una apisonadora.

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Sobre la firma

Robert Álvarez
Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona, se incorporó a EL PAÍS en 1988. Anteriormente trabajó en La Hoja del Lunes, El Noticiero Universal y el diari Avui.

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