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El renacer del Barça

La mano de Valverde y el pie de Messi han convertido a los azulgrana en los favoritos al título cuando faltan dos jornadas para acabar la primera vuelta de la Liga

Ramon Besa
Valverde, en la rueda de prensa antes del clásico.
Valverde, en la rueda de prensa antes del clásico.Alejandro Garcia (EFE)

A Valverde, persona astuta y cabal, técnico observador, ocupado en la preparación del partido con el Madrid, le sorprendió la tranquilidad con que sus jugadores se entrenaban durante la semana del clásico. La actitud de la plantilla le ayudó a no obsesionarse con el Bernabéu. Había que actuar con la naturalidad de siempre y la rutina de cada temporada, no poner la venda antes que la herida, como responde el técnico cuando le preguntan por el comportamiento sorprendente de futbolistas antes cuestionados como Vermaelen, Paulinho o Alcácer.

Las cosas son así de sencillas en vestuarios complejos como el del Camp Nou. Valverde entendió el mensaje del equipo y los jugadores comprendieron el proceder del entrenador. La simbiosis funcionó y los azulgrana firmaron un 0-3 con un equipo en el que figuraban Vermaelen y Paulinho y con un tercer gol de Aleix Vidal. A la plantilla le avalaba la estadística: el Barça sumó su tercera victoria consecutiva, la séptima en las 10 últimas visitas a Chamartín. Y Valverde triunfó al igual que Luis Enrique, Martino, Guardiola y Rijkaard.

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El denominador común es Messi. El plan varía en función del técnico y sus circunstancias, adversas en el caso de Valverde. La limitación de talento, después de la salida de Neymar y las lesiones de Dembélé y Umtiti, ha obligado al Txingurri a perseverar en el sentido de equipo e incidir en conceptos tácticos no siempre trabajados en conjuntos como el Barça, que acabó el curso pasado con la Copa como único título y sin tridente. Había que compactar, perseverar en el juego con y sin balón, para ser más sólidos y fuertes a partir de Ter Stegen.

La mejor organización defensiva provocó que el Barça fuera más competitivo sin atosigar a los futbolistas como advierte Jordi Alba: “El míster nos deja jugar a nuestro aire, sin presión, y defensivamente estamos muy juntos, concediendo pocas ocasiones, y cuando las hay aparece perfecto Ter Stegen. Ofensivamente, el equipo no es tan vistoso como cuando atacaba con tres delanteros, pero tenemos más libertad y sorprendemos más. Antes quizá utilizábamos más la contra y ahora tenemos más control”.

Han mejorado las versiones individuales de varios jugadores y se ha creado el hábitat idóneo para que Messi marque diferencias después de que el 10 haya asumido que puede ser suplente incluso en Turín. Futbolistas como Iniesta, Piqué, Busquets, Sergi Roberto, Ter Stegen y Rakitic, inteligente en la interpretación de cada momento del partido, sobresalieron en el Bernabéu mientras Messi gobernaba el campo, cada vez más presente, después de que condicionara la alineación de Zidane.

Orden y desequilibrio

El argentino participó en los tres goles: asistió sin una bota en el tercero a Aleix Vidal, marcó el segundo de penalti y petrificó a los medios del Madrid en el primero de Luis Suárez. Messi renovó tras saber que podía volver a ganar con el Barça y que continuaba siendo la pesadilla del Bernabéu. El Madrid piensa que su cruz no es el Barça y su estilo sino Messi. Y al rosarino le encanta reivindicarse en casa del pentacampeón entrenado por un técnico que suma ocho títulos sobre 10 y liderado por Cristiano, cinco veces Balón de Oro como Messi. La mejor manera que tiene el argentino de responder al portugués es con un triunfo inapelable en el Bernabéu. Messi culminó el triplede regates (6) que todo el Madrid (2) y cometió tantas faltas como toda la zaga del Barça: dos sobre 10, cuatro en campo propio, síntoma de que el equipo se defendió con la pelota, como quería Valverde.

La mano del entrenador ordena y el pie de Messi desequilibra cuando quedan dos partidos para acabar la primera vuelta y el Barça ya ha visitado al Madrid, Atlético, Athletic, Valencia y Villarreal. Ha cedido solo tres empates y le saca nueve puntos al Atlético, 11 al Valencia y 14 al Madrid, al que le queda pendiente jugar con el Leganés. El problema ahora, según los corrillos del Camp Nou, es qué hará Valverde con Dembélé. “No pongamos la venda hasta de la herida”, replica el Txingurri.

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Sobre la firma

Ramon Besa
Redactor jefe de deportes en Barcelona. Licenciado en periodismo, doctor honoris causa por la Universitat de Vic y profesor de Blanquerna. Colaborador de la Cadena Ser y de Catalunya Ràdio. Anteriormente trabajó en El 9 Nou y el diari Avui. Medalla de bronce al mérito deportivo junto con José Sámano en 2013. Premio Vázquez Montalbán.

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