Maverick Viñales le arrebata la pole a Dovizioso en el último minuto

Maverick Viñales vuelve a la primera posición de la parrilla, lugar que no ocupaba desde el gran premio de Italia, a principios de junio. Después de todo el verano, superados algunos altibajos, recuperadas las sensaciones con su moto después de probar ocho (quién sabe si más) versiones distintas del chasis, el piloto de Yamaha ha vuelto a firmar el tiempo más rápido de la clasificación del sábado. Dice que vuelve a sentirse tan cómodo como a principio del año. Y que ahora es capaz de endulzar su estilo para que las gomas trabajen mejor en carrera. Todavía tendrá que demostrarlo un domingo. Pero, de momento, ha vuelto a brillar un sábado.

Más información

Viñales y Rossi señalan a Yamaha: “Así no se puede luchar por el Mundial”

Maverick Viñales y el peso de la presión

La de Misano es su cuarta pole position de la temporada. La logró en el último minuto. Se la arrebató a Andrea Dovizioso, ídolo local este año, de manera accidental, tras la lesión que ha dejado a Valentino Rossi en casa durante este fin de semana. El piloto de Ducati hizo dos buenas últimas vueltas con las que pretendía colocarse por delante de Márquez, que hasta entonces era quien marcaba los tempos. Y lo logró. De hecho, cuando creyó tenerlo todo bajo control, apareció el de Roses.

El apretón de Dovizioso en los últimos compases de la sesión, obligó a Márquez a forzar un poco más. Y el de Honda acabó por los suelos cuando estaba mejorando sus tiempos. Otra vez. Ya van dos caídas, una el viernes y otra este sábado, con lo que cuenta 19 caídas esta temporada, un récord personal -se cayó hasta 15 veces en 2013, el año de su debut, el que más hasta ahora. Este sábado se cayó en la curva 12, un giro de otros tantos a la derecha en una sucesión de curvas que te guía hasta el penúltimo viraje, la 15º curva, ya a la izquierda, como la 16ª.

Todo tiene explicación. Márquez ya no es un novato, obviamente. Tres coronas de campeón del mundo y un sinfín de carreras magníficas le avalan. La respuesta a sus caídas hay que buscarla, especialmente, en la moto: “No está siendo un campeonato fácil, está tan apretado... Y nosotros parece que estamos trabajando bien, pero el piloto busca los límites en cada sesión; yo lo hago sobre todo en los entrenamientos libres, para entender mejor la moto y cómo mejorarla. Pero me da la sensación de que esta Honda es difícil de entender. Ya veis que se caen constantemente muchos pilotos de la misma fábrica”. Y remataba, con un toque de humor: “Intentaré mantenerme encima de la moto los domingos, que es cuando de verdad importa”. Por ahora, solo ha fallado en una ocasión.

Y pese al tropezón del último libre saldrá igualmente desde la primera línea de la parrilla, tercera posición.

Los italianos prácticamente festejaban la que hubiera sido la primera pole del año para Dovi, el líder del Mundial, cuando Viñales les sacó de su júbilo. La pole sería para él, y el ganador de la última carrera tendría que conformarse con ser segundo. Si bien, no hay ningún indicio que tenga que intranquilizar al italiano, que está siempre donde se le espera este fin de semana, pese a la presión añadida de correr en casa, casi literalmente, pues vive en un pueblo (Forlimpopoli) a unos 60 kilómetros del circuito.

Él corrió con la moto con el carenado, digamos, estándar. No así su compañero de equipo Lorenzo, que se siente más cómodo con el carenado aerodinámico, que no solo le ayuda en aceleración a la salida de las curvas, sino que le ofrece también mejores sensaciones a la entrada de las mismas, pues le ayuda a sentir más la rueda delantera. Prefiere el mallorquín perder algo de potencia si así puede imponer su estilo a la Ducati. Y parece funcionarle. Lo demostró en Silverstone, donde pilotó mejor que nunca, y parece darle resultado en Misano. Se clasificó quinto, a tres décimas de Viñales. Cuarto fue Crutchlow, también a tres décimas. Y Pedrosa, con muy bien ritmo durante el fin de semana, ganador del gran premio hace un año, terminó séptimo.