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Teresa Perales, la colección infinita

La nadadora española sumó su 23ª medalla olímpica 200 metros libre y aspira a igualar a Michael Phelps con 28

Teresa Perales en los Juegos de Río.
Teresa Perales en los Juegos de Río. Javier Regueros (EFE)

Teresa se sentó en una silla de ruedas con 19 años. Un cúmulo de desafortunadas coincidencias derivó en una neuropatía que robó la movilidad a sus piernas. Afrontó con entereza el periodo de luto que acompaña a la lesión medular. Nuevos retos ante una nueva forma de encarar la vida. Hay que reeducar el cuerpo hasta en las funciones más básicas y, para ello, la piscina era parte de la rehabilitación. La primera vez que se lanzó al agua fue con un chaleco salvavidas.

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La comunión con el agua no pasó desapercibida para Ramiro Duce, por entonces entrenador del club de nación CAI DCM de Zaragoza. Un año de entrenamiento y logró las primeras medallas en unos Campeonatos de España. El salto a la competición internacional llegó en 1998, en Nueva Zelanda. Y dos años más tarde, en los Juegos de Sidney, conquistó cuatro bronces y una plata. Fue el inicio de una espectacular carrera que aún no ha llegado a su fin.

No quedan adjetivos vírgenes para dimensionar con justicia el palmarés deportivo de Teresa Perales. Seis oros, seis platas y diez bronces acreditan sus triunfos en los juegos de Sidney, Atenas, Pekín y Londres. En Río ya se ha colgado la medalla número 23, con récord de España incluido.

En sus vitrinas lucen 17 metales conquistados en cuatro Mundiales y otros 37 en diferentes Campeonatos de Europa. La sirena paralímpica ha pulverizado a lo largo de su carrera cinco récords del mundo. Su cautivadora sonrisa deja al descubierto una filosofía de vida que ella misma resume en tres palabras, querer es poder. “La motivación y el desarrollo personal son esenciales para afrontar las adversidades y alcanzar metas que creemos lejanas. Tenemos más capacidades de las que podemos imaginar”, argumenta con convicción.

Su trayectoria profesional fuera de la piscina es tan extensa como su carrera deportiva. Buscó el tiempo necesario entre entrenamientos y competiciones para diplomarse en Fisioterapia. Pasó por la política como diputada en las Cortes de Aragón y directora general de Atención a la Dependencia. Ahora anda sumergida de lleno en infinidad de iniciativas sociales. “Siempre he creído en el compromiso personal como modo de cambiar las cosas”, apunta sin dudar.

Teresa Perales es la deportista más mediática de la expedición española. Sonríe cuando hablan de ella como una heroína del siglo XXI. “No soy un mito, mi historia solo debe transmitir que todo es posible”. Lo cierto es que representa los colores de España por medio mundo. La Fundación Telefónica la fichó como embajadora y sus compañeros la eligieron para formar parte del Consejo de Atletas del Comité Paralímpico Internacional.

La capacidad de asumir retos y derribar barreras la han convertido en abanderada de millones de personas con discapacidad. Suma tantos reconocimientos públicos como medallas. Autora de dos libros (Mi vida sobre ruedas y La fuerza de un sueño), conferenciante, coach personal y deportivo, la trayectoria de Teresa parece sacada de un guion de cine. Pero no se engañen, no hay ficción, solo esfuerzo, constancia e ilusión por superar a diario sus propios desafíos.

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