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Francia contra la bestia

Los galos reciben a una Alemania que ya eliminó a cuatro anfitriones de Eurocopa y con el reciente recuerdo del 1-7 a Brasil

José Sámano
Entrenamiento de la selección de Alemania, con Schweinsteiger al frente.
Entrenamiento de la selección de Alemania, con Schweinsteiger al frente. ARNE DEDERT (EFE)

Alemania asusta incluso a Francia. Es imposible evitar una tiritona cuando enfrente están los alemanes, cuyos registros históricos son abrumadores. Lo mismo da que seas el anfitrión. Peor si cabe. Alemania ha eliminado a equipos locales en semifinales en cuatro Eurocopas: Bélgica (1972), Yugoslavia (1976), Suecia (1992) e Inglaterra (1996). El sudor francés se hiela aún más si se rebobina al cercano 1-7 a Brasil en su Mundial de hace dos años, cuando, precisamente en cuartos, los germanos despidieron a Francia. El equipo de Joachim Löw lleva una década alcanzando todas las semifinales, europeas y mundiales. Además, de la única victoria gala sobre Alemania en un gran campeonato han pasado ya 58 años. Fue en el Mundial de Suecia en un duelo por el tercer y cuarto puesto con un 6-3 para les bleus. “Nadie puede cambiar la historia, pero hay muchos capítulos por escribir y esta página está en blanco”, dijo ayer Didier Deschamps, seleccionador francés, buen conocedor de las leyendas de su adversario de hoy en Marsella (Telecinco, 21.00).

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Francia también tiene argumentos optimistas si bucea en su hemeroteca. Ya sea en un Mundial o en una Eurocopa, no ha perdido en casa en los últimos 17 partidos, con 15 victorias y dos empates, resultados que le valieron para conquistar el europeo de 1984 y el campeonato del mundo de 1998. Pero en esas ocasiones nunca se le cruzó Alemania por el camino. Para los alemanes será su novena semifinal en 15 ediciones, de las que han ganado tres, lo que les sitúa junto a España en el primer cajón del podio. Cuentan también con tres subcampeonatos y dos terceros puestos. Francia tiene dos copas, la citada del 84, con Platini al frente y España derrumbada en la final, y la de 2000, resuelta con un gol de oro de Trezeguet frente a Italia en Rotterdam.

Cualquier enfrentamiento entre estas dos selecciones remite al inolvidable choque de semifinales del Mundial de 1982. El 8 de julio, en el Sánchez Pizjuán sevillano, alemanes y franceses sellaron un partido para el archivo del tesoro del fútbol. Por desgracia, la primera imagen que llega a la retina es la del brutal atropello del guardameta Schumacher al zaguero francés Battiston. La nota aborrecible de un encuentro fabuloso entre la Alemania de Rummenigge, Breitner y Stielike contra la Francia de Platini, Giresse y Tigana. Con 1-1 al final de los noventa minutos, los jugadores de Michel Hidalgo lo tenían hecho con dos goles al inicio de la prórroga, pero el rodillo alemán estaba por llegar. En los minutos 102 y 108 empataron Rummenigge y Fischer. El partido derivó a la primera tanda de penaltis en la historia de los Mundiales. Falló el entonces madridista Uli Stielike, pero peor les fue a los galos Six y Bossis.

Son muchos los recuerdos que rebrotan con un Francia-Alemania, dos equipos que afrontan la semifinal tras unos cuartos agobiantes para los de Löw y muy festivos para los de Deschamps. De la batalla con Italia, los germanos han perdido a Mario Gómez y Khedira, lesionados, y al central Hummels, sancionado. Su capitán, Schweinsteiger ha superado unas molestias y será titular, anunció ayer Löw. Es probable que el técnico reclute a alguno de los jóvenes y prometedores Enre Can (Liverpool), Weigl (Borussia Dortmund) o Sanè (Schalke). Sin el goleador Gómez, que ha sumado dos tantos, Löw puede recurrir de nuevo a Göetze, lo que no le dio resultado en el primer partido, o fijar como ariete a Müller. Lo del jugador del Bayern es curioso, marcó cinco goles en el Mundial de 2010 y otros cinco en el de 2014, pero se quedó seco en la Eurocopa de 2012 y así sigue en la actual. “Un gol me daría la paz”, ha dicho el jugador. Su apagón no será porque su equipo no haya disfrutado de la pelota. Alemania promedia un 63% de posesión, muy por encima de los otros tres semifinalistas.

Si Alemania solo ha encajado un gol en cinco partidos, y de penalti, hasta las semifinales, los franceses han sido los máximos realizadores con once tantos, diez de ellos certificados por el trío Griezmann-Giroud-Payet. Desde que Deschamps abandonó su idea inicial del 4-3-3 en favor del 4-2-3-1, la selección ha funcionado mucho mejor y frente a la animosa Islandia se vio una versión más sólida y consistente de Pogba. Francia necesitará de una gran Francia para evitar que vuelva a ser el día de la bestia. Eso ha sido Alemania tantas y tantas veces.

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Sobre la firma

José Sámano
Licenciado en Periodismo, se incorporó a EL PAÍS en 1990, diario en el que ha trabajado durante 25 años en la sección de Deportes, de la que fue Redactor Jefe entre 2006-2014 y 2018-2022. Ha cubierto seis Eurocopas, cuatro Mundiales y dos Juegos Olímpicos.

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