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Messi contra el viejo Chile

Leo se siente el dueño del juego; el éxito chileno no es resultado de una casualidad

Alexis Sánchez, en un entrenamiento.
Alexis Sánchez, en un entrenamiento.NICHOLAS KAMM (AFP)

La final de la Copa América entre Argentina y Chile va a depender mucho de Messi. Hasta hoy, con todas las reservas porque Argentina no se midió a grandísimos rivales, veo que hay una comunión entre este Messi y Argentina que no se había dado antes, sobre todo porque Messi está en un momento en el que ha absorbido todo el juego y se siente dueño del juego, conoce más los secretos, participa en lugares con una eficacia notable en los que antes no marcaba grandes diferencias, tiene una participación diferente en el juego... Lo veo más integrado y con más respuestas y más rebeldía al tener más seguridad, más aplomo.

Hay que ver también qué cosas le genera el partido y el rival. Con tantos componentes en una final en lo emocional y lo psicológico, es difícil saber. Pero está claro que la participación de Messi en estos partidos de la Copa América ha sido escandalosamente superior a su propia producción. Antes hacía goles decisivos, jugadas esporádicas que eran cabos sueltos, pero la conexión que tiene hoy con el juego está en otra dimensión, en todo su repertorio: gambetas, tiros libres, influencia ofensiva, minutos en los que se tira atrás y gesta jugadas..., a pesar de que Argentina no tiene las condiciones óptimas para eso, porque los laterales argentinos no tienen una participación tan marcada. Son más laterales de uno contra uno, de marcar, de gestar su sector.

Cuantas más asociaciones haya, más sociedades y alternativas para Messi en el juego, más puede abrir caminos. El liderazgo que tiene en el juego es evidente. El asunto también es que la presencia de Banega, que se le arrima, los desmarques de Higuaín... todo eso ayuda. Ya venía el equipo anunciando que algo faltaba y que tenía que jugar para sus mejores jugadores. El equipo que tiene al mejor jugador debe tener un juego a imagen y semejanza de él. El juego es para los jugadores y a partir de ahí tiene que favorecer sus condiciones. En una Argentina que contraataca, Messi va a intervenir y sus genialidades van a ser mucho más fugaces y van a depender de otras circunstancias del juego. Con una Argentina que domina y que se asocia, y con un Messi que recibe con frecuencia en los últimos 30 metros, las probabilidades de que tenga un buen partido y lo gane van a subir. Martino ha ido acomodando las condiciones para que Messi esté bien y pueda rendir como está rindiendo.

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Enfrente, Chile ha ido de menos a más, después de que el segundo partido fuera una bisagra. Con Bolivia, en el 2-1, en ese penal inexistente, encontró el resultado y fue un efecto desfibrilador para clasificarse y empezar a pensar de nuevo que podía encontrarse con el viejo Chile, o al menos con uno con un rendimiento similar. Es un equipo que tiene volantes como Vidal, Díaz y Aránguiz que maneja los tiempos a pesar de que el equipo es vertiginoso. Y Arturo Vidal y Alexis Sánchez demuestran lo que vienen creciendo.

En el caso de Vidal, el aporte de Guardiola en indisimulable. Siempre ha sido un jugador con carácter, un todoterreno, pero está mucho más certero en algunas decisiones, en la tenencia de la pelota, en el momento de llegar al área, en el retroceso, en saber los lugares donde debe aparecer... Guardiola le dio unos ingredientes futbolísticos y tácticos que le hicieron más jugador y él los asimiló como lo asimilan los grandes jugadores, muy rápido. Luego vamos a ver cómo Chile se lleva con el tema de la reducción de espacios, cómo defiende en ciertos lugares, cómo va defender Messi, si se va a dedicar a defenderle individualmente o en zona...

Chile no es el resultado de una casualidad. Es la gestión de 10 años, la búsqueda de pasar por diferentes entrenadores con un perfil similar, adecuando el entrenador a los jugadores que tienen, que es algo muy inteligente. No solo buenos entrenadores, sino entrenadores que tengan el mismo ideario para que en poco tiempo de trabajo pueda amortizar bien. Me parece un acierto elegir a un entrenador que sea un continuador.

Espero un partido atractivo entre Argentina y Chile, con el lógico pensamiento de una final, con el pensamiento del jugador que es consciente. Creo que al fútbol hay que jugar con ese punto de pasión amateur, de inconsciencia. Cuando uno es más consciente se pierde ese punto de frescura, y en la mayoría de finales pasa eso. Es tanto lo que hay en juego que a veces puede más eso, el pánico escénico, el temor a equivocarse, que la recompensa cuando uno es más atrevido. En las finales salen partidos con más prudencia. En este caso son dos equipos que tienen una línea de juego a favor del ataque, buscan tener la pelota y atacar. Así que aguardemos un lindo partido, atractivo. A disfrutar.

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