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Un Deportivo para la estabilidad

Con la mejora de las arcas el club ha podido fichar en propiedad

Sidnei se hace una fotografía junto a los fichajes.
Sidnei se hace una fotografía junto a los fichajes.cabalar (efe)

Salvado por la campana tras sumar tan solo 35 puntos en su regreso a Primera, el Deportivo al menos cumplió la primavera pasada el objetivo que no había podido alcanzar en sus dos anteriores participaciones entre los grandes: permanecer entre ellos.

Superado ese Rubicón, el club empieza a extraer réditos de un trabajo en los despachos que le ha llevado desde una situación de impagos y embargos a otra de rigor en los pagos y más dinero en la hucha. Con ese colchón y la mayor experiencia de sus gestores deportivos, desacertados el pasado verano en el manejo de situaciones que acabaron por lastrar al equipo, el Deportivo ofrece a priori mayores garantías futbolísticas que hace un año.

Experiencia y talento para Víctor

Altas: Saúl (Racing), Fernando Navarro y Arribas (Sevilla), Oriol Riera (Wigan), Luis Alberto (Liverpool), Cani (Villarreal), Sidnei (Espanyol), Mosquera y Fayçal Fjar (Elche), Juanfran (Wattford) Fede Cartabia (Valencia) y Lucas Pérez (PAok Salónica).

Bajas: Canella (Sporting), Helder Costa y Cavaleiro (Mónaco), Fariña (Benfica), José Rodríguez (Galatasaray), Helder Postiga (Atlético Calcuta), Salomao (Sporting Lisboa), Cuenca (Bursapor), Toché (Oviedo), Seoane (Ponferradina) y Wilk (Zaragoza).

En el banquillo sigue Víctor, del que se valora su labor para salvar al equipo en los últimos ocho partidos del pasado campeonato, pero del que pocos pueden concretar su ideario como técnico. Cuando llegó la situación era desesperada y, sin margen de maniobra, anunció un plan para cada partido. Eso fue lo que ocurrió. El Deportivo tuvo tiempo en dos meses para jugar directo y buscar la posesión, para alinear dos puntas o uno, partir con dos centrales y con tres, con laterales que empezaron en una zaga de cuatro, evolucionaron en una de cinco y acabaron como interiores con apoyos por detrás. A Víctor le ofrecen ahora mimbres y lo que se atisba es un técnico de una laboriosidad extrema que sigue siendo dúctil, pero que privilegia el trabajo defensivo para juntar al equipo y evitar que sea poroso.

Renovación en ataque

Por atrás se comenzó a construir este Deportivo al que su entrenador impuso la pauta de la polivalencia. Por ahí llegaron los primeros refuerzos, Arribas y Fernando Navarro, rapidez, contundencia y experiencia para la zaga. Repite el portugués Sidnei, ahora en propiedad y parece que el club ha conseguido silenciar los cantos de sirena por el meta Fabricio, clave para lograr el éxito el pasado ejercicio. A partir de ahí, Víctor construirá con Pedro Mosquera, un coruñés que dejó la ciudad en edad infantil para pilotar el centro del campo.

En la delantera la renovación es casi total. La esperanza está puesta en que el rendimiento sea superior al de las incorporaciones del año anterior. Se ha fichado talento con Cani, Fede Cartabia, Fayçal Fajr y Luis Alberto y se espera ahora una guinda a la altura de las aspiraciones de un club que emerge y que ha pasado de recurrir a futbolistas cedidos a contratarlos, de enfocar hacia la cartera lusa de Jorge Mendes a buscar futbolistas con experiencia.

“Ahora falta el esfuerzo final en los fichajes”, previene Víctor. Es justo ahí, en la búsqueda de un nueve de referencia, en la aguardada reincorporación de Lucas Pérez y en la posible llegada de un nuevo extremo y de otro mediocentro donde el Depor puede empezar a evitar pasadas zozobras.

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