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Barzagli, Bonucci y los caramelos de ajo

El central de la Juve que sustituirá a Chiellini viene de una temporada de lesiones por las que temió tener que dejar el fútbol Su pareja en el centro de la zaga cuenta con un motivador personal y también tiene su dieta especial

Eleonora Giovio
Leonardo Bonucci ayer en el Olympiastadion
Leonardo Bonucci ayer en el OlympiastadionMichael Dalder (Reuters)

Intentaba sonreír ayer Leonardo Bonucci en la sala de prenda del Olympiastadion, ahí abajo, en las entrañas del estadio olímpico donde en su día Jesse Owens maravilló al mundo. Sonreía para alejar la tensión. Pero le era imposible disimular. El rostro tenso se relajó sólo cuando le preguntaron si su hijo le había dicho algo especial. “Me ha preguntado esta mañana que adónde iba. Cuando le dije que a Berlín, a trabajar, resopló diciéndome que él quería ir a la playa”, contó el central de la Juve ante las carcajadas de los periodistas.

Esta noche Bonucci se las verá con Leo Messi y compañía. Sin Giorgio Chiellini, su pareja habitual que es baja por una lesión muscular y que ayer vio el entrenamiento sentado en el banquillo al lado de Pavel Nedved, otro que se perdió la final de 2003 (por sanción), la última que jugó la Juve.

“La baja de Chiellini es una baja importante no sólo por lo que aporta en la cancha sino también en el vestuario. Es el que tira del grupo, que motiva al equipo y lo contagia con su garra. Pero los italianos sabemos sacar lo mejor en los momentos más difíciles”, explicaba ayer el defensa de la selección italiana que esta noche compartirá zaga con Andrea Barzagli. ¿Cambia su modo de jugar sin Chiellini?, le preguntaron. “No, porque no es un compañero de zaga u otro el que cambia tus características. A mí siempre me han definido como un jugador con personalidad y eso no cambia, esté quien esté a mi lado”, contestó.

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Un jugador con personalidad y también con su dieta especial. “He leído en los periódicos de algunos que tienen dietas especiales [se refiere a Leo Messi] la mía es la de los caramelos de ajo. Me ayudan a mantener la condición física”, explicó Bonucci. El que le recomendó esos caramelos no es un doctor sino un motivador personal, Alberto Ferrarini, con el que trabaja desde hace años.

Barzagli, en cambio, ha buscado motivaciones donde no había. Ha estado fuera de los terrenos de juego desde julio hasta marzo por un problema –crónico- en un tendón del tobillo. Se operó en julio, en Finlandia, y los tres meses de baja que le habían diagnosticado se transformaron en ocho. “Creía que no iba a volver a jugar. Temí que iba a tener que dejar el fútbol. Han sido meses duros, con altibajos. Psicológicamente empecé a sentirme mejor sólo cuando volví a entrenarme con el resto de los compañeros”, confesó el defensa de 34 años en marzo.

Barzagli (I) se ríe junto a Pepe y Matri
Barzagli (I) se ríe junto a Pepe y MatriOLIVIER MORIN (AFP)

Regresó en primavera, le dio tiempo a recuperar sensaciones y a disputar 770 minutos en Liga. Volvió a lesionarse hace tres semanas. Un problema muscular, esta vez, le dejó KO el día del partido contra el Nápoles. En la Juve han trabajado contrarreloj en principio para que hoy se sentara al menos en el banquillo y luego, con la baja de Chiellini, para que pudiera jugar de inicio. Empezó a entrenarse con el resto de sus compañeros el martes (suma 210 minutos en esta Liga de Campeones). Se le vio cómodo ayer en el entrenamiento de la tarde. Pero a Diego Costa también se le vio correr sin problemas el día antes de la final en Lisboa y, finalmente, tuvo que levantar bandera blanca poco después de que empezara el partido.

“Andrea es uno de los mejores del mundo en el uno contra uno, tiene un gran físico y es bueno tácticamente. Hay pocos como él. Lástima la temporada tan desafortunada que ha tenido”, le define Bonucci. Igual que Buffon y Pirlo, Barzagli también estaba la noche del 9 de julio de 2006 cuando la Italia de Marcello Lippi levantó la Copa del Mundo.

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Sobre la firma

Eleonora Giovio
Es redactora de deportes, especializada en polideportivo, temas sociales y de abusos. Ha cubierto, entre otras cosas, dos Juegos Olímpicos. Ha desarrollado toda su carrera en EL PAÍS; ha sido colaboradora de Onda Cero y TVE. Es licenciada en Ciencias Internacionales y Diplomáticas por la Universidad de Bolonia y Máster de periodismo de EL PAÍS.

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