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El Atlético de Madrid supera con facilidad al Córdoba

Los de Simeone se imponen en El Arcángel al colista (0-2) con un gol de Griezmann en el minuto 5 tras un error de Zuculini y otro de Saúl en el 39 gracias a una dejada de cabeza del central Giménez

Ladislao J. Moñino
Griezmann celebra el 0-1 junto a Koke y Gabi
Griezmann celebra el 0-1 junto a Koke y GabiJorge Guerrero (AFP)

Hay ocasiones en las que las secuencias de los goles son el reflejo de la distancia que separa a unos equipos de otros. El Córdoba lo supo ayer muy pronto cuando a los cinco minutos Zuculini no supo ver el acecho de Griezmann. El francés le robó la pelota, se acomodó la pelota a la carrera con dos toques y ajustó un disparo sibilino y raso desde la media luna. Con Ferrer, con Djukic o ahora con Romero, el Córdoba tiene en las concesiones al contrario un estigma permanente que probablemente acelere su caída a Segunda.

Pocos aprovechan los errores como el Atlético y el de Zuculini le puso el partido de cara muy pronto. No le hizo falta al campeón ejecutar un partido brillante para marcharse con los tres puntos. Tuvo en el primer tiempo tramos malísimos con el balón. Sin una salida clara y un juego combinativo deficiente. No le penalizaban los errores porque al Córdoba le invaden ya los síntomas de un descenso prematuro. En ataque se quedó en el individualismo de Bebé. En defensa, volvió a descoserse en otra jugada que marcó las diferencias. No había fútbol en la soleada Córdoba, más allá del rigor defensivo del Atlético que terminó por conceder un disparo a puerta a la hora de juego.

Córdoba, 0-Atlético, 2

Córdoba: Juan Carlos; Gunino, Khrin, Crespo, Edimar; Zuculini (Fede Cartabia, m. 46), Abel Gómez; Borja García, Bebé, Fidel (Heldon, m. 63); y Florin (Ghilas, m. 46). No utilizados: Saizar; Luso, Rossi y López Silva.

Atlético: Oblak; Juanfran, Giménez, Godín, Gámez; Koke, Gabi, Tiago (Mario, m. 46), Saúl; Griezmann (Arda, m. 70) y Mandzukic (Torres, m. 61). No utilizados: Bernabé; Siqueira, Lucas y Cani

Goles: 0-1. M. 5. Griezmann. 0-2. M. 40. Saúl.

Árbitro: Estrada Fernández. Amonestó a Florín, Gunino y Juanfran.

Unos 20.000 espectadores en el Nuevo Arcángel.

Fue un saque de banda el que terminó por cerrar el encuentro cuando aún faltaban cinco minutos para que finalizara el primer acto. La potencia de tronco y brazos de Gámez, convertida ya en un arma, puso el balón en el área. Giménez lo prolongó y Saúl, llegando desde atrás remachó con un cabezazo la jugada de laboratorio. Saúl regresaba al once tras el golpetazo en el riñón que se llevó en Leverkusen. A la mínima que ha podido, el técnico le ha devuelto al once. Saúl respondió con ese gol, pero en su figura se resume el partido que se vio. Saúl fue concreto en el remate y cumplidor en el mantenimiento de las posiciones.

Tampoco deja de ser curioso que el Atlético haya sustituido los centros de rosca de un lateral izquierdo natural (Siqueira o Ansaldi) por los saques de banda de Gámez. La solución Gámez le ha dado a Simeone seguridad defensiva en ese flanco, aunque ha perdido salida de balón. Gámez se atreve cada vez más en ataque, sobre todo con las combinaciones en corto, pero tiene ese hándicap de utilizar muy poco la pierna izquierda.

Pocos aprovechan los errores como el campeón y Zuculini lo cometió muy pronto

Simeone y Romero agitaron los banquillos en el descanso. El técnico local buscó profundidad y potencia con Ghilas y desborde y velocidad con Fede Cartabia. Simeone, en cambio, pareció buscar solidez y seguridad en el pase corto con el cambio de Mario Suárez por Tiago. No se le vio cómodo al mediocentro luso, ni física ni técnicamente.

El siguiente cambio del Atlético apuntó de nuevo a la dicotomía Mandzukic-Torres. Pasan los partidos y el peso del croata en el juego de ataque es guadinesco. No registró un remate y apenas apareció para descargar el juego jugando de espaldas.

El Atlético recuperó la sensación de que si está bien atrás, arriba le vale con poco

La noria de sustituciones dio también entrada a Arda por Griezmann. Ni el turco, ni tampoco Torres cambiaron el paisaje de lo que se había visto en el primer tiempo. Si algo tuvo el Atlético fue la recuperación de esa seña de identidad por la que logra imponerse en los partidos en los que apenas suceden cosas. Volvió a transmitir esa sensación de equipo que necesita muy poco para ganar los partidos cuando se siente seguro en defensa. Giménez y Godín volvieron a formar una pareja sólida que le cierra cada vez más el paso a Miranda.

A Oblak se le pudo ver en un par de salidas por alto que contribuyeron a esa sensación de tranquilidad defensiva antes de que hiciera la parada del partido. Le pilló medio adelantado un remate con la coronilla de Crespo y voló hasta su escuadra derecha para meterle un manotazo salvador al balón. La acción fue plena de potencia de piernas y reflejos. Poco antes, Oblak escuchó el impacto de un derechazo tremendo de Bebé en el larguero. No hubo mucho más del Córdoba. Tampoco del Atlético, salvo otro cabezazo de Godín en un saque de esquina que sacó Juan Carlos con un vuelo espectacular.

En ese tipo de jugadas, como en las que se produjeron los dos tantos el Atlético marcó las diferencias. Eso le bastó para seguir en esa pelea codo con codo con el Valencia. Tiró de oficio y pragmatismo para llevarse un partido en el que tenía más que perder que ganar. Sacó esa cara del curso pasado en la que se daba por seguro de salida que no encajaría un gol. Le faltó fluidez y precisión para sacar más contragolpes. Esa es una de las asignaturas pendientes que tendrá que resolver Simeone antes de que se cruce en su camino el Madrid en los cuartos de final de la Champions.

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Sobre la firma

Ladislao J. Moñino
Cubre la información del Atlético de Madrid y de la selección española. En EL PAÍS desde 2012, antes trabajó en Dinamic Multimedia (PcFútbol), As y Público y para Canal+ como comentarista de fútbol internacional. Colaborador de RAC1 y diversas revistas internacionales. Licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Europea.

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