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“Valoro más el camino que los títulos”

Faustino Sáez
Pablo Laso, durante la entrevista.
Pablo Laso, durante la entrevista. samuel sánchez

Antes de su llegada, el Madrid llevaba cuatro temporadas sin abrir las vitrinas, seis años sin conquistar una Liga, 18 sin jugar una final de la Copa de Europa y 19 sin ganar la Copa. En poco más de dos cursos en el banquillo blanco, Pablo Laso (Vitoria, 1967) ha logrado cuatro títulos —una Liga, una Copa y dos Supercopas— y ha puesto en órbita a un equipo que cautiva con un baloncesto estético y recreativo. 111 victorias en 144 partidos le convierten, con un porcentaje de triunfos del 77%, en el tercer entrenador con mejor balance de la historia del club, solo por detrás de Pedro Ferrándiz (85%) y Lolo Sainz (81%), y en el mejor de calle en las dos últimas décadas. “Mejorar la temporada pasada es muy sencillo, se trata de ganar lo mismo más la Copa o la Euroliga”, resume con ironía en el comienzo de su tercer curso, el último de un contrato que aún no le han propuesto renovar, aunque no le preocupa “demasiado”.

Pregunta. En su primer año, campeón de Copa y subcampeón de Liga. En el segundo, campeón de Liga y subcampeón de Europa. ¿Y en el tercero?

Respuesta. Si solamente me preocupara por los títulos creo que no estaría haciendo bien mi trabajo. Me preocupa más el recorrido; que seamos capaces de competir todos los días y de evolucionar como equipo. En el Madrid la exigencia es siempre máxima y muchos solo valoran las temporadas en función de los trofeos, pero yo no pienso hacerlo. Me quedo con el trabajo bien hecho, con un estilo por el que apostamos desde el principio y que nos ha identificado con la afición. Hacía muchos años que no se veía el Palacio de los Deportes como lo vimos en la pasada final. Valoro más el camino que los títulos.

Apostamos por un estilo desde el principio y nos ha identificado con la afición”

P. ¿Hay margen de mejora?

R. Siempre lo hay. No hay ningún equipo en el mundo que no pueda mejorar algo. Se lo intento transmitir siempre a los chicos. El reto es querer crecer y tener el hambre y la inteligencia para hacerlo. Cada jugador puede mejorar cosas y de esa mejora individual se beneficia el equipo.

P. ¿Esa mejora pasa más por lo psicológico o por lo baloncestístico?

R. Por las dos cosas. Somos un grupo joven que ha sufrido y ha aprendido mucho en este tiempo, pero sería simplista decir que ya somos un equipo maduro por haber ganado la pasada Liga ante un rival durísimo. Nuestros valores fundamentales son el talento y el saber ser un equipo siempre, pero tenemos que estar mentalmente preparados para competir al máximo siempre, consolidar esa fuerza mental. Hay aspectos de lectura de partido que se mejoran con la edad, con la experiencia y con el conocimiento del grupo. Después, también hay posibilidad de mejoras técnicas…leer el pick and roll, leer los espacios en ataque y en defensa. Va todo ligado.

P. ¿Qué aportarán las nuevas incorporaciones?

R. Dani [Díez] es uno de los mejores de Europa en su edad (20) y nos puede aportar mucha energía. Tiene un gran margen de mejora y puede compaginarse muy bien con los aleros que tenemos. En el caso de los dos pívots, Salah [Mejri] está en pleno crecimiento, físicamente impone y aportará una gran intimidación. Además, puede correr el campo y esto es algo que se adapta muy bien al juego del equipo. Ioannis es la experiencia, una apuesta segura. Se puede integrar muy bien en el grupo y desde los primeros días ha entendido perfectamente cómo queremos jugar. Su experiencia nos puede venir muy bien en momentos importantes del año. Sabe jugar los grandes partidos.

P. Los refuerzos se han focalizado mucho por dentro.

R. Sí, pero nunca he entendido las críticas a nuestro juego interior la temporada pasada. No me parecieron justas. En teoría ganamos potencial por dentro y eso nos puede dar más anotación en la pintura, pero la capacidad de atracción que generen nuestros pívots también puede provocar más espacio para liberar a los exteriores.

P. ¿La salida de Begic fue por motivos económicos y la de Suárez por motivos técnicos?

R. Las salidas pasan y no me detengo mucho en buscar los motivos. Somos el Madrid y estamos exigidos desde el primer día. A todos los jugadores que han pasado por mi mano les deseo lo mejor. Nos han ayudado y nos han hecho campeones y el respeto hacia ellos no cambia. Espero haberles ayudado en su carrera y estoy seguro de que lo van a hacer bien en sus nuevos destinos.

Sería simplista decir que somos un equipo maduro por haber ganado la pasada Liga”

P. ¿Con la configuración definitiva de la plantilla se plantea algún cambio de rol?

R. La continuidad permite que los jugadores entiendan cada vez mejor su papel. Hay jugadores como Draper, Slaughter y Darden que conocen mucho más el equipo y eso les debe ayudar a ellos y a nosotros. Otros que van ganando importancia y minutos. A partir de ahí, valoro la polivalencia y no me gusta encasillar a los jugadores. En esto siempre pongo como ejemplo a Felipe, que es el más veterano pero que siempre hace más y mejores cosas en el campo. Si todos toman ese ejemplo el equipo mantendrá la ambición.

P. ¿Cómo está el equilibrio de fuerzas en la Euroliga y la ACB?

Mientras otros construyen, nosotros jugamos con un grupo consolidado”

R. Similar al del año pasado. Tenemos la sensación de que hay muchísima competitividad. Ahí estarán Olympiacos, CSKA, Fenerbahçe, Efes, Panathinaikos... Los equipos españoles también se han reforzado bien, pero mientras otros construyen nosotros jugamos con la fortaleza de un grupo consolidado. En la Liga española, más de lo mismo… un Barcelona que ha hecho un esfuerzo enorme en el mercado, que ha cambiado muchísimo y que ha alargado muchísimo la plantilla. Tienen 14 jugadores que serían titulares en cualquier equipo y eso les hace un equipo durísimo. Pero también Unicaja, Valencia, Baskonia o Bilbao son muy competitivos.

P. ¿Qué les faltó para ser campeones de Europa?

R. No faltó mucho. El trabajo del año fue buenísimo. Cuando terminó aquella final les dije a los chicos que podían estar orgullosos del recorrido que habían hecho. Es un camino larguísimo que desemboca en un todo o nada a partido único. El éxito fue competir hasta el final. Llegar a la Final Four es más meritorio que ganar un partido puntual, pero lo triste es que para ser campeón de la Euroliga tienes que ganar ese día. Cambiaría 10 victorias de ese trayecto por la última de Londres, pero eso es pasado. Ojalá estemos de nuevo en ese día clave.

Cambiaría 10 victorias de la Euroliga por la última de Londres”

P. ¿Cuáles han sido su mejor y su peor momento en estos dos años?

R. El mejor es el día a día, el trabajo con mi cuerpo técnico. El crecimiento del equipo. El peor, probablemente la sensación de ver tan jodido al vestuario tras perder la Euroliga. Fue muy duro. Quedarte a las puertas es durísimo, pero nos recuperamos rapidísimamente y en un mes fuimos campeones de Liga.

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Sobre la firma

Faustino Sáez
Es redactor de deportes del diario EL PAÍS, especializado en baloncesto. Además del seguimiento de ACB y Euroliga, ha cubierto in situ Copas, Final Four, Europeos y Mundiales con las selecciones masculina y femenina. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y ha desarrollado toda su carrera en EL PAÍS.

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