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El racismo anida en el ‘calcio’

El Roma, sancionado con 50.000 euros por los gritos xenófobos de su afición al delantero milanista Balotelli Juventus e Inter ya han sido multados este año por el mismo motivo

AGENCIAS / J. J. M.
Balotelli manda callar a la grada durante el Roma-Milan.
Balotelli manda callar a la grada durante el Roma-Milan.MATTEO BAZZI (EFE)

El domingo, Mario Balotelli se lleva el dedo a los labios. Manda callar. Recibe con el Milan al Roma. Está harto de escuchar aullidos simiescos, chillidos racistas contra su piel negra y la de sus compañeros Kevin-Prince Boateng y Sulley Muntari. Le pitan los oídos: la grada que ocupa la hinchada visitante le insulta. Gianluca Rocchi, el árbitro, detiene el encuentro. Los altavoces del campo avisan al público de que su comportamiento no será tolerado. Totti, capitán de los visitantes, pide calma a los suyos acercándose hasta sus asientos. 97 segundos después, se reanuda el duelo. El partido acaba (0-0). Una cosa está clara: aunque ayer el equipo romano fue sancionado con 50.000 euros, aún no hay un Obama italiano, como reclamó el punta para acabar con el racismo.

Esta vez, el Milan, que se habría asegurado la clasificación para la Champions en caso de victoria, no se retira de la cancha, como en enero, cuando en un amistoso contra el Pro Patria Boateng también fue insultado. Esta vez, en Milán, la cosa no se queda ahí. La grada local contesta a los visitantes. “Nerone, bruciali tutti!”, gritan. “Nerón, ¡quémales a todos!”, cantan, en referencia al emperador que vio reducida la capital a cenizas en el año 64. El juego de palabras también puede entenderse de otra forma: “Gran negro, ¡quémalos a todos!”.

Al día siguiente, las autoridades reaccionan al incidente. Llega la multa de 50.000 euros. También, la reacción de Joseph Blatter, presidente de la FIFA.

"Nerón, ¡quémales a todos!", contestaron los hinchas locales, en referencia al emperador que redujo a cenizas la capital del imperio en el 64

“Estoy horrorizado al leer los insultos racistas del partido de anoche”, tuitea el ejecutivo; “abordar este problema es algo complejo, pero nos comprometemos a pasar a la acción, no solo a las palabras”. Blatter envía luego el link al grupo de trabajo que acaba de crear para luchar contra la lacra del racismo y la discriminación en el fútbol. Tras solo una reunión, ya hay tres propuestas que serán presentadas al congreso de la FIFA, a finales de este mes. Primero, explican, que un representante del organismo en los estadios identifique posibles incidentes, para que el árbitro tenga menos presión y los comités sancionadores más pruebas —eso implicaría cientos de inspectores trabajando por los campos—. Segundo, crear dos escalones sancionadores: los que castiguen una falta menor o la primera de un equipo —irían de la advertencia a la multa pasando por la obligación de jugar a puerta cerrada— y los que castigan una falta grave —pérdida de puntos en la clasificación, expulsión de una competición determinada o descenso del campeonato nacional—. Y tercero, lograr que los clubes se responsabilicen de las acciones de sus jugadores e hinchas.

“Son una demostración de mentalidad retrógrada”, lamenta sobre los incidentes Allegri, el técnico del Milan, en la web del club. “Parar el partido no sirve para nada. Estar sometido a tantos y tantos cánticos racistas no le hará ningún bien a Mario”, añade en referencia al delantero, nacido en Italia de padres ganeses.

Balotelli es la diana preferida de los racistas, que le insultaron incluso mientras representaba a su país ante Rumania (2010). En lo que va de 2013, Juventus e Inter fueron castigados por racismo: 30.000 euros para los primeros y 65.000 euros para los segundos, porque la Curva Nord, donde se reúnen sus radicales, mostró plátanos hinchables e imitó gritos simiescos contra Balotelli, al que en otro partido le gritaron: “¡No hay negros italianos!”.

Conocido el problema, Galliani, directivo del Milan, reaccionó airadamente. “Este asunto de los abucheos debe acabar”, dijo. En su club, sin embargo, también hablan. “El negrito de la familia”. Así describió a Balotelli Paolo Berlusconi, vicepresidente y hermano de Silvio, tras su fichaje.

Drogba: "Me llamáis mono, pero..."

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Didier Drogba y su compañero del Galatasaray Emmanuel Eboué vieron durante el fin de semana cómo un aficionado del Fernerbahçe les mostraba un plátano durante el gran clásico turco (1-2). Ambos jugadores son negros. Se les comparaba con un mono. El exdelantero del Chelsea reaccionó en la página de Facebook del club.

"Me llamas mono, pero lloraste cuando el Chelsea ganó al Fernerbahçe en 2008, me llamas mono pero saltaste delante de tu pantalla cuando gané la Champions (2012), me llamaste mono pero te enfadaste cuando me convertí en campeón con el Galatasaray, y lo más triste es que me llamaste mono y te olvidaste de que habías saltado dos veces cuando mi hermano 'mono' marcó dos veces [Webo, también negro, logró los tantos visitantes]… ¿y dices de ti mismo que eres un seguidor verdadero? Revisa todos los comentarios de aficionados del Galatasaray y aprende de ellos".  

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Sobre la firma

AGENCIAS / J. J. M.
Es redactor de la sección de Madrid y está especializado en información política. Trabaja en el EL PAÍS desde 2005. Es licenciado en Historia por la Universidad Complutense de Madrid y Máster en Periodismo por la Escuela UAM / EL PAÍS.

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