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Cal sigue como siempre

Tras convertirse en el piragüista con mejor palmarés después de una carrera muy calculada, el gallego dice que su vida “no cambia mucho”: “¿Leyenda? Sí.... pues nada”

Diego Torres
David Cal (plata), Brendel (oro) y Oldershaw (bronce), en el podio.
David Cal (plata), Brendel (oro) y Oldershaw (bronce), en el podio.Getty

Construir el canal de Dorney costó más de 20 millones de euros al Eton College. Antes de que se celebrasen los Juegos, por su superficie surcaban las embarcaciones de los hijos de la aristocracia británica, los herederos de las monarquías petroleras del Golfo Pérsico, y otros adolescentes de familias ricas. Rodrigo Tiebo, el fisioterapeuta del equipo español de piragüismo, califica las aguas de este recinto como “blandas” por el efecto molecular de la temperatura más bien tibia que hace que los remos se claven dulcemente. Con más estrépito que dulzura se clavó David Cal, aunque las normas prohíban darse un baño. El español se quitó la malla y se arrojó junto al embarcadero. Se hundió como una bomba de profundidad, dio fe de la blandura del líquido y se quitó el ardor que le recorría los músculos después de 3 minutos y 48 segundos de esfuerzo. Fue el tiempo que necesitó para palear los 1.000 metros de la final de canoa individual antes de alcanzar la plata que le convirtió en el español con más medallas en la historia de los Juegos Olímpicos, cinco, por delante de Joan Llaneras y Arantxa Sánchez Vicario.

“Menos mal que se tiró junto al muelle porque si lo hacía en el medio del canal lo descalifican”, dijo Tiebo, que observó el espectáculo con gafas de sol. El gallego, de 29 años, cumplió así con una promesa. Se subió al muelle y acudió empapado, a pecho descubierto, corriendo al encuentro de los periodistas que se acercaron a felicitarle y a conectarle en directo. “¡Cinco medallas olímpicas! ¡Ya eres una leyenda!”, le aclamaron. “Sí… pues nada”, dijo el piragüista, que solo dejó entrever una sonrisa en la mirada. “Muy contento. Pero la vida no cambia mucho”.

Tenía pensado estar más en la cabeza de la carrera pero a veces las carreras no salen como tú quieres

Cal superó unos cuantos límites en la pista de Eton. Además de sumar más medallas que Arantxa y Llaneras, pasó a ser el canoísta con más medallas olímpicas individuales en la historia de la disciplina. Cinco en cinco carreras. La eficacia propia de un competidor poderoso y astuto. Cualidades que exhibió en la final, ahorrando energía durante los primeros 500 metros y quemando sus brazos y su espalda con 70 palancas decisivas que lo llevaron al borde del calambre en el último tramo. “Sufrí mucho”, dijo el español, esta vez sonriendo, cuando alguien le recordó que su público había padecido viéndole pasar quinto a falta de 250 metros. “Salí atrás, me fui guardando fuerzas y al final tuve un poquito de cambio”, explicó, con la misma calma con la que es capaz de gestionar los momentos críticos. “Fui cogiendo al grupo y en el sprint final me quedó ese poquito que me hacía falta para colarme segundo. Hacerlo así no fue mi idea inicial. Tenía pensado estar más en la cabeza de la carrera pero a veces las carreras no salen como tú quieres. Mis sensaciones me indicaban que tenía que ir a ese ritmo. Y ha salido bien”.

El gigante alemán Sebastian Brendel pasó por la meta el primero en 3m47,176s. Cal le siguió en 3m48,053s y el canadiense Mark Oldershaw en 3m48,502s. El campeón olímpico en Pekín, el húngaro Attila Vajda, no consiguió aguantar el ritmo. “Pensé que la carrera iría más lenta”, dijo Cal, a quien le convenía que la prueba acabara por debajo de 3m50s minutos. “Pero tampoco sentí que el ácido láctico me subiera demasiado. Lo que sí noté es que se me cargaba el antebrazo y no podía agarrar la pala. Cuando me paré no tenía fuerzas casi para acercarme a tierra. Era un buen síntoma. Si llegas fresco es que te has quedado algo dentro”.

“Llegó fundido”, dijo Suso Morlán, su entrenador. “Le duele hasta el carné de identidad. Tendrá entre 15 y 16 milimoles de lactato. No puede dar ni una palada más. Esto es lo que hay”.

Suso Morlán es el único entrenador que David Cal quiso a su lado desde que empezó a practicar el remo. La pareja, que se consagró en los Juegos de 2004, ya forma parte de la historia grande del deporte español. Morlán, que de tan minucioso resulta excéntrico, acabó la final temblando. “Estaba nerviosísimo”, confesó. “Sabíamos que en el segundo 500 el mejor era David, pero cuando vi que los dejaba tanto pensé: ‘¡Huy! ¡Es mucho dejar! ¡La gente aprieta!”.

Estoy muy contento. Pero la vida no cambia mucho

“A falta de 200 metros me di cuenta de que entraba”, dijo el técnico, “porque venía en un promedio de 64 paladas por minuto y se puso a 71. Eso es definitivo. Nadie aguanta 71 paladas por minuto hasta el final. David sí”.

Morlán examinó la final a la luz de la semifinal, en que Cal consiguió ser tercero para que le asignaran la calle siete, que estaba protegida del viento, tal y como anunció el pronóstico. “En la calle tres no habríamos sido plata”, reflexionó. “La previsión climatológica acertó. Teníamos viento del sudoeste. Con lo cual las calles siete y ocho venían un poquito tapadas, y la uno y la tres no. Menkov y Vajda, que son zurdos como David, lo han pasado fatal por esas calles porque han tenido que corregir la palada para evitar que los girase el viento. Y menos mal que no ha soplado más porque si no al canadiense, que es diestro, lo habríamos tenido pegado hasta el final”.

Antes de que David Cal se abrazara a su novia y desapareciera en la multitud, un curioso le preguntó que a cuánto le quedaba Rio, en alusión a sus sensaciones para los próximos Juegos. “Río”, respondió, “queda como a 10.000 kilómetros”.

Clasificación de la final de C-1 1000m: 1. Sebastian Brendel (Ale), 3m 47,176s. 2. David Cal, 3m 48,053s. 3. Mark Oldershaw (Can), 3m48,502s. 4. Vadim Menkov (Uzb), 3m49,255s. 5. Mathieu Goubel (Fra), 3m50,758s. 6. Attila Vajda (Hun), 3m50,926s. 7. Aliaksandr Zhukouski (Blr), 3m51,166s. 8. Ilia Shtokalov (Rus), 3m51,535s.

El podio olímpico español

David Cal

- Oro. Atenas 2004. C-1 1.000m.

- Plata. Atenas 2004. C-1 500m.

- Plata. Pekín 2008. C-1 1.000m.

- Plata. Pekín 2008. C-1 500m.

- Plata. Londres 2012. C-1 1000.

Joan Llaneras

- Oro. Sidney 2000. Carrera por los puntos.

- Plata. Atenas 2004. Carrera por los puntos.

- Oro. Pekín 2008. Carrera por los puntos.

- Plata. Pekín 2008. Madison.

Arantxa Sánchez Vicario

- Plata. Barcelona 1992. Tenis dobles.

- Bronce. Barcelona 1992. Tenis individual.

- Plata. Atlanta 1996. Tenis individual.

- Bronce. Atlanta 1996. Tenis dobles.

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Sobre la firma

Diego Torres
Es licenciado en Derecho, máster en Periodismo por la UAM, especializado en información de Deportes desde que comenzó a trabajar para El País en el verano de 1997. Ha cubierto cinco Juegos Olímpicos, cinco Mundiales de Fútbol y seis Eurocopas.

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