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El TAS no se olvida de Ullrich

El único ciclista alemán ganador de un Tour, retirado en febrero de 2007 e implicado en la Operación Puerto, es sancionado con dos años de suspensión

En febrero de 2007, siete meses después de que la Operación Puerto acabara con su credibilidad como ciclista, falto de ofertas, Jan Ullrich, uno de los mejores ciclistas de la década, se retiró del ciclismo. Creía poder dar así carpetazo a su pasado, poder pasar al olvido sin confesar, sin asumir sus acciones como uno de sus compatriotas, Jörg Jacksche, había hecho.

Su deseo de ser olvidado, sin embargo, chocó con el empeño de la Unión Ciclista Internacional (UCI), que, guiada por la necesidad de cerrar la Operación Puerto con el castigo de al menos los tres corredores que mejor simbolizaron la operación de la guardia civil española (el italiano Basso, el español Valverde y el alemán Ullrich), envió a la agencia antidopaje suiza, país en el que estaba federado el único ciclista alemán ganador del Tour (1997), toda la documentación que sobre él constaba en los papeles policiales de la Operación Puerto, pidiéndole que le sancionara por dopaje.

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Las autoridades suizas se declararon incompetentes y la UCI recurrió en marzo de 2010 ante el Tribunal Arbitral del Deporte (TAS), que una vez más ha reescrito la historia del ciclismo resolviendo que Jan Ullrich, ciclista retirado, de 38 años, es culpable de dopaje y merecedor de una sanción de dos años a contar desde el 22 de agosto de 2011. El alemán perderá todos sus resultados desde el 1 de mayo de 2005, es decir, su tercer puesto en el Tour de 2005 (una de las siete veces que subió al cajón de los Campos Elíseos: una vez como primero y cinco veces como segundo también), que, si se corriera el escalafón, pasaría al español Paco Mancebo (también implicado en la Operación Puerto, pero no sancionado), una etapa contrarreloj en el Giro de Italia de 2006 y su última victoria, la Vuelta a Suiza de ese mismo año, que recaería en el segundo, el español Koldo Gil (también implicado en la Operación Puerto, pero no sancionado, como también el tercero, Jörg Jacksche, y el cuarto, Ángel Vicioso, todos ellos del Liberty).

Para castigarlo, como ya hiciera en el caso Valverde, el TAS ha utilizado como prueba documentos de la investigación de la Guardia Civil -calendarios, inventarios de arcones frigoríficos, dos recibos de sendas transferencias de 25.003, 20 euros en 2004 y de 55.000 euros en 2006 a una cuenta suiza en el banco HSBC asociada a Eufemiano Fuentes- y la identificación de su ADN en nueve bolsas de sangre de las neveras de Eufemiano Fuentes que la Guardia Civil proporcionó a la policía alemana. Estas pruebas, sin embargo, la justicia española -que juzgará penalmente el caso en los meses propios- se las ha negado reiteradamente a las autoridades deportivas españolas, que no han podio sancionar a ningún ciclista o atleta.

Aunque, en teoría, la suspensión hasta agosto de 2013 no debería tener ningún efecto en la vida actual de Ullrich (ayer se le vio en un anuncio televisivo de un champú anticaspa...). El laudo del TAS, en cuya elaboración intervino Ulrich Haas, uno de los árbitros del caso Contador, precisa que se debe tener en cuenta especialmente el artículo 320 del reglamento de la UCI, que recuerda que los sancionados no pueden participar en ningún evento o actividad reconocida o autorizada por cualquier federación ciclista, ligas profesionales u organizaciones deportivas. La última vez que se vio públicamente a Ullrich, quien también ganó la Vuelta de 1999, sobre una bicicleta en un evento ciclista fue en noviembre pasado, en Miami, como participante e imagen pública, por tanto, asalariada, de la Gran Fondo Colnago, una serie de marchas populares organizadas en Estados Unidos. Era su regreso al deporte que le hizo grande y que ahora le ha querido borrar de su historia.

Ullrich, en una imagen de archivo.
Ullrich, en una imagen de archivo.GETTY

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