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ZARAGOZA 1 - ESPANYOL 0

A Kameni sólo se le bate de penalti

Una rigurosa pena máxima arrima al Zaragoza a la salvación y prolonga la espera del Espanyol

Sin recursos para superar a Kameni, el Zaragoza tiró de pillería y consiguió un penalti dudoso que bien le puede atornillar en la categoría . Nada badalí si se tiene en cuenta la precariedad económica del club. Protestó mucho la acción el Espanyol en el campo, pero poco le importó a efectos clasificatorios, tranquilo en la rebotica, pendiente de algún fallo para certificar de una vez por todas su permanencia.

Destensionado porque considera que la Liga ya está rematada, que los mamporros se los repartirán los otros, el Espanyol propone partidos divertidos. Resulta que juega al ataque, que presiona arriba y que, si le superan con el primer pase, se desentiende de vez en cuando del esfuerzo colectivo en terreno ajeno.

ZARAGOZA 1 - ESPANYOL 0

Zaragoza: Roberto; Ponzio, Pablo Amo, Contini, Obradovic; Edmilson, Gabi; Eliseu, Abel Aguilar (Ander Herrera, m. 57), Arizmendi (Lafita, m. 75); y Colunga. No utilizados: Carrizo; Paredes, Jorge López, Babic y Pulido.

Espanyol: Kameni; Amat, Pareja, Víctor Ruiz, David García; Moisés Hurtado, Forlín; Luis García (Corominas, m. 81), Verdú, Callejón (Marqués, m. 74); y Osvaldo (Iván Alonso, m. 61). No utilizados: Cristian Álvarez; Roncaglia, Ben Sahar y Dídac.

Gol: 1-0. M. 78. Colunga, de penalti.

Árbitro: Iturralde González. Expulsó a Pareja por doble amarilla (m. 76). También amonestó a Moisés Hurtado, Gabi, Pablo Amo, Pareja, Forlín y Luis García.

26.000 espectadores en La Romareda.

Por lo que los mediocentros quedan expuestos, temerosos del juego de entre líneas, y la defensa se retuerce para desdibujar los pasillos interiores y los desmarques a sus espaldas. Fue un duelo abierto que propugnó el intercambio de golpes al estilo Marqués de Queensberry, con guantes porque las dos líneas defensivas nunca perdieron la posición y porque los porteros cobraron protagonismo. Faltó puntería y sobró picardía.

Poco inspirado en la fase ofensiva, con escaso pie porque tampoco jugó de inicio el trampolín Ander Herrera, el Zaragoza no aprovechó las deficiencias rivales. Reprobada la vía de la manufacturación, de elaborar el juego y triangular, el equipo tiró por lo bravo, con pases largos y a las carreras de los hombres avanzados. La argucia le valió para despertar la táctica de las segundas jugadas. A un balonazo se replicó con un despeje, donde el ariete, los extremos y el mediocentro más valiente atendieron el rechazo.

Así, con la pelota controlada en campo rival y con pocos metros por recorrer, el equipo armaba la pierna de forma mecánica, sin miedo al desenlace. Lo probó Colunga, lo intentó por dos veces Eliseu, otra Gabi y una más Herrera, en el segundo acto. Ninguna enfiló puerta y Kameni no engordó su representación, tan arriesgada como vistosa y sugerente. Kameni entiende que el portero no sólo se pone las manoplas, sino que también juega con los pies. Empezó con un saque de portería que puso en un compromiso a David García, al que le costó un sobresalto y casi un gol.

Después realizó una salida peculiar: en vez de tapar con las manos lo hizo con los pies, por lo que Eliseu, que tampoco escondió la bota, le dio en toda la entrepierna. Y remató Kameni con un dribling para la videoteca, con un sombrero espectacular ante la entrada de Colunga. Capaz de lo más inverosímil, Kameni también detiene lo imposible. Incluso asusta. Porque el propio Colunga, que se plantó ante él, falló en un mano a mano con un remate desviado.

Si el Zaragoza se remitió con persistencia a los mazazos de Eliseu y la velocidad de Colunga, toda vez que Chupete Suazo está lesionado, el Espanyol tampoco amplió sus recursos. Quizá porque el rival, con más urgencias clasificatorias, le ganó la décima de segundo necesaria. Así, cuando Moisés Hurtado y Osvaldo fueron a soltar sus latigazos, un defensa rival se les anticipó esa fracción de segundo para barrer la oportunidad.

Retomó el hilo el Zaragoza, que descubrió los pases por el centro como arma golosa. Aguilar conectó con Eliseu, que se presentó en solitario ante la portería adversaria. Pero era la noche de Kameni, que le aguantó la embestida y atajó el disparo. Hasta que Herrera y Pareja se enzarzaron a empujones dentro del área blanquiazul. El colegiado entendió que fue penalti y Colunga, esta vez sí, batió a Kameni. Respira el Zaragoza y aguarda el Espanyol.

Ponzio y Verdú observan la trayectoria del balón.
Ponzio y Verdú observan la trayectoria del balón.EFE

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