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FÚTBOL | LIGA DE CAMPEONES

El Barça remonta a tiempo en Cracovia (3-4)

Rivaldo, con tres tantos, y Kluivert lideraron la reacción azulgrana ante un rival que se adelantó por tres veces

El equipo polaco se adelantó por tres veces en la primera parte pero Rivaldo frustró su sueño. El brasileño abrió la temporada tal y como la cerró: metió tres goles al Wisla al igual que batió en junio tres veces al Valencia para clasificar al Barça para esta ronda previa europea.

Los azulgrana cuajaron una triste primera parte y acorralaron al Wisla en la segunda. De la mano de Kluivert, el Barça despertó para solucionar medio pase europeo: el holandés empató y gestó el cuarto gol transformado por Rivaldo.

O era el calor o el césped estaba seco o, simplemente, el andamiaje de este equipo todavía es frágil. El Barça de este año falla por el mismo sitio que antes: ha fichado a seis jugadores pero no ha resuelto la debilidad de las bandas. Pero algo le salva: el brasileño, su mejor valor, nunca falla.

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Arropado por una defensa de cuatro, el Barça se movió en el primer tiempo de izquierda a derecha y con una extrema lentitud. Xavi condujo al equipo desde muy atrás y nadie le acompañó en la construcción salvo Rochembak, que se comió el campo.

Kluivert, de media punta, no entró en juego y de Rivaldo, sólo delante, apenas se supo hasta que el partido se puso feo. Rexach, temeroso, apostó por un esquema conservador y el equipo lo pagó. El Barça estuvo espeso arriba y desnudo atrás. Charl sabía que el Wisla tiene su mejor baza por la banda izquierda, pero decidió cubrirla con Gabri, un volante, en lugar de Reiziger, un lateral. Muy pronto se abrió por ahí un boquete. Kosowski, el volante zurdo, hizo todas las diabluras que quiso. Por ahí el Wisla, envalentonado, construyó su sueño.

Un error en medio del campo del solvente Rochembak permitió a los polacos gestar su primer gol. El brasileño falló, Christanval también y Gabri no atrapó a Moskalewicz, que dibujó un centro perfecto para que Pater metiera el primero.

El gol cayó como una jarra de agua fría en el Barça, que pareció librarse del susto seis minutos después con un penalti sobre Kluivert y transformado por Rivaldo. Pero la pesadilla no había hecho más que empezar. El Wisla se agarró a la hoja de calco para meter el segundo:Gabri quedó retratado otra vez en su marca y Pater cabeceó en el segundo palo ante Sergi. Sin nadie capaz de regular el juego, el partido se convirtió en un correcalles y en un diálogo, entre los aciertos del Wisla y los de Rivaldo.

Fue una primera parte de locura: cinco goles en quince minutos. Rivaldo, tras un pase medido de Xavi, justificó otra vez porque era vital que estuviera Cracovia y no en Brasil. El empate parecía definitivo hasta que el Wisla volvió a ensañarse en la zaga: Moskolewicz remató desde fuera del área, Bonano rechazó y Frankowsky remachara. Apremiado por el resultado, el Barça pareció más puesto y centrado tras el descanso. El balón corrió más deprisa y el equipo mejoró, sobre todo porque dio un pase al frente con Kluivert a la cabeza. Las ocasiones llegaron a muendo y el Wisla, roto por el esfuerzo, ya no se le vio. Kluivert y Rivaldo se echaron el equipo encima y sentenciaron en media hora, convertiendo la vuelta en el Camp Nou en un trámite.

EPA

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