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FÚTBOL | Clasificación del Mundial de 2002

España empata contra Israel en otro pobre partido (1-1)

Raúl, que entró finalmente en el once titular, autor del gol español

No podían empezar peor las cosas para el equipo que dirige José Antonio Camacho. Antes de que los equipos tuvieran ocasión de asentarse sobre el terreno de juego, una espectacular jugada del ataque israelí por la banda izquierda (taconazo incluido) ha terminado en la cabeza del ex céltico Revivo, cuyo remate ha ido a parar a las redes de un perplejo Cañizares.

La apatía con la que los jugadores españoles han comenzado el encuentro ha propiciado que los en teoría más débiles israelíes gozaran de varias ocasiones para poner tierra de por medio. Sólo una intervención magistral de Cañizares en connivencia con el larguero de su meta ha impedido el segundo gol israelí cuando tan sólo se llevaban 11 minutos de juego.

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La bronca consiguiente de Camacho ha surtido su efecto y a partir de ese momento España se ha hecho con el control del juego. Si bien en un principio ha sido de manera estéril, las ocasiones han empezado a caer del lado del equipo español. Sin embargo, los remates de Sergi, Raúl -que al final entró en el once titular- de cabeza, Luis Enrique o Valerón no han encontrado puerta por poco.

La segunda mitad empezaba con la misma tónica con que ha terminado la primera. España tocaba y tocaba, sin profundidad y con escaso peligro. Tan sólo Raúl daba pruebas de su letal presencia y, sólo ante Davidovich, enviaba fuera una de sus habituales cucharas.

Revivo era el que daba la réplica unos minutos más tarde con un remate lejano que Cañizares atajaba sin problemas. Pero finalmente, tras una de las mejores jugadas de la selección de Camacho, llegaba el gol. Baraja iniciaba una combinación relámpago en la frontal del área de Israel, cediendo sobre Valerón. El toque de éste habilita a Luis Enrique, que lanza el pase de la muerte desde la derecha para que Raúl, solo, empuje el cuero a la red.

Y nada más, porque a partir del empate, nadie ha sabido acertar a poner orden y concierto en un partido muy poco vistoso: ni los entrenadores con sus cambios, ni los jugadores de ambos conjuntos, que daban por bueno un empate que deja las cosas más o menos como estaban.

REUTERS

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