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Marilyn Manson viaja a Málaga de la mano del fotógrafo Perou

La exposición ’21 años en el infierno' muestra una selección de las imágenes que el fotógrafo británico hizo al músico durante las dos últimas décadas

Una mujer observa uno de los retratos de Marilyn Manson en la exposición '21 años en el infierno' en La Térmica, en Málaga.
Una mujer observa uno de los retratos de Marilyn Manson en la exposición '21 años en el infierno' en La Térmica, en Málaga.

Frente al objetivo del fotógrafo británico Ralph Perou se han colocado todo tipo de personajes. Desde David Beckham a Boris Johnson, pasando por Justin Timberlake y medio Hollywood. El cotizado artista también ha realizado numerosos trabajos en la industria de la música, la moda o la publicidad. Ha viajado por todo el mundo haciendo su trabajo. Sin embargo, a quien más ha fotografiado es a Marilyn Manson, a quien le une una amistad que ha superado ya las dos décadas. “El tiempo pasa volando cuando te diviertes”, asegura Perou. De los miles de imágenes tomadas a lo largo de los años, 30 han llegado a Málaga de la mano de la exposición 21 years in hell (21 años en el infierno), inaugurada en el centro cultural La Térmica de Málaga. Es la primera vez que se reúnen las fotografías en gran formato en un solo espacio. Se podrán ver hasta el 22 de enero en una sala con un aforo reducido a 25 personas como máximo debido a las condiciones sanitarias impuestas por la pandemia de la covid-19.

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Fotogalería de la exposición sobre Marilyn Manson en La Térmica

El título de la exposición no es casualidad. Es justo el tiempo que ambos llevan trabajando juntos. La denominación original iba a ser Marilyn Manson, por Perou, pero finalmente el fotógrafo decidió cambiarlo e incluir la palabra infierno. En la relación ha habido altibajos. “No siempre fue malo, pasamos momentos realmente buenos y divertidos, pero a menudo se derramó sangre, sudor y lágrimas por el camino”, dice Perou en un vídeo que también se puede ver en La Térmica.

21 años en el infierno es un relato construido a base de retratos e imágenes tomadas en estudio —la mayoría— pero también en la carretera, durante las giras musicales o entre bambalinas. Es la obra de dos camaleones. Uno, delante de la cámara, que se transforma y desdobla gracias a su inclasificable personalidad desde que decidió ser Marilyn Manson, nacido en 1969 como Brian Hugh Warner. Otro, detrás de la máquina, dando una lección de cómo un fotógrafo puede retratar tantas veces a una persona sin caer en la repetición. E incluso consiguiendo ir más allá a través de unas fotografías que se mueven entre el retrato más clásico al “más gamberro”, como dice el comisario de la exhibición, Toni García. “Perou ha seleccionado estas imágenes, podrían haber sido otras. Sería algo distinto, pero seguiría siendo potentísimo”, añade.

Ataviado con una metralleta, así recibe Manson a los visitantes de la exposición '21 años en el infierno', en Málaga.
Ataviado con una metralleta, así recibe Manson a los visitantes de la exposición '21 años en el infierno', en Málaga.

Las obras se acompañan con una quincena de vinilos, realizados a partir de la simbología creada por el fotógrafo, los tatuajes del músico y fragmentos de citas de la charla que mantuvieron ambos en 2019, que está reproducida en el libro homónimo, publicado por Reel Art Press en junio y que recoge hasta 350 imágenes. El recorrido completa una inmersión en Marilyn Manson, un clásico de los titulares controvertidos y que es tan difícil de definir como adivinar qué fotografías están tomadas a finales de los noventa o cuáles hace unos años. El maquillaje, las máscaras, la pintura o los tatuajes impiden ver el paso del tiempo. Es un juego al que invita a participar el fotógrafo. “No hay orden cronológico, igual que mis borrosos recuerdos del tiempo que pasé con Marilyn Manson”, subraya Perou.

García excusó al fotógrafo de no acudir a la inauguración debido a la cuarentena que debería pasar de vuelta al Reino Unido tras viajar a España. Sin embargo, por la tarde, mantuvo un encuentro por videoconferencia ante una reducida audiencia en La Térmica. En la pantalla apareció con traje, sombrero y gafas oscuras con bordes azules y un gran sentido del humor. Durante la charla, explicó que su relación con Manson empezó justo el mismo año que conoció a su mujer. También, que el trato empezó “siendo profesional, luego se convirtió en algo no profesional y, finalmente, volvió a ser profesional, hasta que va camino de convertirse en una obra de arte”. Más tarde, se definió como “un fotógrafo de la gente, un fotógrafo que está de moda”, mientras respondió las preguntas de la audiencia y habló sobre la exposición, que él mismo ha diseñado “hasta el último centímetro”, tras pedir los planos de la sala a la dirección de La Térmica. La muestra se prevé que llegue a otras ciudades de España, aunque aún no están definidas. Mientras, toca ir a Málaga para adentrarse en el oscuro universo de uno de los músicos más relevantes de las últimas décadas.

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