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Un coche de la policía francesa, este jueves, ante la fachada desierta de la Ópera de París.
Un coche de la policía francesa, este jueves, ante la fachada desierta de la Ópera de París.CHRISTOPHE ARCHAMBAULT (AFP)

La cultura europea pide ayudas estatales para superar la pandemia

El 93,4% de las empresas del sector tiene menos de cinco empleados. Uno de cada tres trabajadores es autónomo y las pérdidas en las librerías y cines son millonarias

El País

Sufren todos, y la cultura también. El coronavirus no entiende de países, ni de sectores. Cierra casas y tiendas, castiga a trabajadores y empresarios, en Alemania como en Portugal. Cada uno resiste como puede, pero los más frágiles acumulan los mayores miedos. Y, en España, la emergencia ha confirmado que las artes tienen poderío creativo de sobra, pero músculo económico débil. Por un lado, se han volcado con un sinfín de iniciativas online, a menudo gratuitas, para aliviar la reclusión. Por otro, los números del sector pintan un cuadro preocupante: una enorme llanura poblada de autónomos y empresas minúsculas. Solo el 69,9% es asalariado, frente al 84% general, y el 93,4% de las compañías oscila entre cero y cinco empleados, en datos oficiales.

De ahí que se hayan disparado las peticiones de ayuda al ministerio de Cultura, al igual, eso sí, que en toda Europa. En Francia o Italia, ya se han aprobado fondos específicos. En otros casos, como España, de momento la cultura se refugia bajo el paraguas genérico que cada Gobierno está abriendo. En los últimos días, el ministro español, José Manuel Rodríguez Uribes, ha telefoneado a consejeros autonómicos y gestores culturales. Les ha explicado cómo beneficiarse de los 200.000 millones de euros movilizados por el Ejecutivo. Y, a la vez, les ha pedido propuestas. Mirar al resto de Europa puede aportar ideas. Y soluciones.

FRANCIA

El ministerio de Cultura francés ha anunciado ayudas “de urgencia” por 22 millones de euros: 10 irán al sector musical, para los “profesionales más fragilizados”. Y el Centro Nacional de la Música suspenderá en marzo la recaudación de su impuesto en taquilla. El sector de espectáculos en vivo no musicales, especialmente el teatro privado, contará con 5 millones “con una atención particular al mantenimiento del empleo”. La misma dotación tendrá el fondo para las “dificultades inmediatas de editores, autores y libreros”. Además, el Centro Nacional del Libro abonará las subvenciones de eventos anulados, al igual que en el sector audiovisual. El fondo para las galerías y centros de arte es de dos millones.

En el cine y el audiovisual, se ha suspendido en marzo el vencimiento de pago de la tasa que los exhibidores pagan al Centro Nacional de Cine sobre las entradas. Este organismo se ha comprometido a abonar, “de forma anticipada”, los apoyos previstos a las salas de arte y ensayo y a la distribución. Y el Gobierno facilitará también las condiciones de cálculo y cobro del paro de los trabajadores intermitentes mientras dure el confinamiento. “Lo que está en juego es el futuro mismo de nuestro modelo cultural”, ha dicho el ministro, Franck Riester.

ITALIA

Italia ha dedicado a la cultura y el turismo una pequeña partida de los 25.000 millones de euros que ha movilizado frente a la pandemia. El Gobierno invertirá 130 millones en la creación un fondo de emergencias para los espectáculos en directo, el cine y el audiovisual, con el objetivo de favorecer su reactivación, a través de iniciativas aún por definir. Además, los empleados y empresarios de la cultura podrán beneficiarse de moratorias en el pago de impuestos y cotizaciones a la seguridad social. El Ejecutivo también se hará cargo del reembolso, a través de vales, de las entradas ya adquiridas para espectáculos, cines, teatros o museos.

La Asociación de Libreros Italianos calcula pérdidas de 47 millones para el sector solo este mes: ha reclamado que las librerías abran como los supermercados, por considerar los libros bienes de primera necesidad. Un apoyo a su argumento llega desde el otro lado de Europa: en Bélgica, la primera ministra, Sophie Wilmès, incluyó las librerías entre las pocas tiendas esenciales, autorizadas a seguir con su actividad.

Los libreros italianos también demandan que se les permita repartir a domicilio, como los restaurantes. Muchos ya lo estaban haciendo, antes incluso de la orden de cierre, para evitar las aglomeraciones en las tiendas. Desde que entraron en vigor las restricciones solo se consiente el servicio a domicilio a través de mensajeros regulados, algo inviable para las pequeñas librerías por su coste extra: denuncian que solo beneficia a las grandes plataformas de distribución online.

ALEMANIA

La ministra de Cultura de Alemania, Monika Grütters, prometió hace una semana una sólida ayuda financiera, a medida que cierran las salas y disminuye el número de asistentes. “Las pequeñas instituciones y los artistas independientes podrían enfrentarse a una angustia considerable”, dijo. Aseguró que ha pedido al Gobierno que invite a representantes culturales para hablar sobre sus necesidades. La canciller, Angela Merkel, ha dicho que el Gobierno planea ofrecer ayuda a través del Kreditanstalt für Wiederaufbau, un banco de desarrollo de propiedad estatal.

Olaf Zimmermann, director de la Deutscher Kulturrat, la asociación que representa a las industrias culturales, ha pedido un fondo de emergencia para los artistas independientes y ayuda financiera para las instituciones y empresas obligadas a cancelar sus actuaciones.

El ministerio aún no ha dado a conocer detalles pero informó de que se ha comprometido a poner a disposición de la cultura y los medios de comunicación fondos adicionales, además del presupuesto existente. El miércoles, representantes del Consejo Cultural Alemán, la organización que agrupa a las asociaciones culturales federales, se reunió con Grütters y con los ministros de Trabajo (Hubertus Heil) y Economía (Peter Altmaier). Los tres confirmaron que se creará un paquete de ayuda especial para los autónomos y las pequeñas empresas, aunque aún no se ha concretado.

Unos 600.000 autónomos trabajan en las industrias culturales: entre ellos hay unos 340.000 llamados miniempleados, con un volumen de negocios inferior a 17.500 euros al año.

PORTUGAL

Con museos cerrados, conciertos cancelados y festivales suspendidos, la cultura se enfrenta a la pandemia económica. El primer paquete de ayudas anunciado por el Gobierno no ha tenido en cuenta al sector, plagado de trabajadores autónomos, temporales y freelances, aunque sí a los espectáculos y animadores en la industria hotelera. Los trabajadores que tengan que quedarse en casa para cuidar a hijos menores de 12 años recibirán el 66% de su salario (33% a cargo de la empresa y 33% a cargo de la seguridad social), la misma cantidad que recibirán los autónomos. El aislamiento profiláctico de 14 días tendrá asegurado el pago del 100% del salario. El problema es la precariedad y temporalidad del sector cultural. Mientras, han sido suspendidos o aplazados festivales como el Tremor, MetalFest, Vivarium o Cumplicidades.

En el páramo cultural que es hoy el país, el gremio musical ha reaccionado con un festival en Instagram, hasta el día 22. Son 77 artistas y grupos, cada uno con 30 minutos, de cinco de la tarde a once de la noche. “Fueron las entidades culturales las que se pusieron al frente de la trinchera y las que comienzan a recibir las balas”, declara Daniel Pires, organizador del Vivarium. En GoFundMe hay abierto un fondo de apoyo a los artistas lisboetas. Su objetivo es recaudar 50.000 euros: suma 1.750 en cinco días.

REINO UNIDO

La industria cultural ha recibido con sentimientos enfrentados las medidas propuestas por el Gobierno de Boris Johnson. Los teatros y cines reclaman a las autoridades que aclaren si el “consejo” de cerrar sus puertas pasará pronto a ser una “orden”, porque esa ambigüedad ata las manos de aquellos que dispongan de algún seguro. El anuncio de subvenciones pública­­­­s de urgencia de unos 27.000 euros por negocio ayudará a muchas instituciones culturales y espacios creativos, así como la supresión, durante un año, del llamado business rate (impuesto sobre bienes inmuebles comerciales).

Sin embargo, aproximadamente un tercio de los trabajadores del sector se compone de autónomos, y no se han diseñado medidas específicas para su situación. “Nuestra industria creativa es una de las historias de éxito del Reino Unido. Es fundamental que sea capaz de sobrevivir”, ha dicho Caroline Norbury, presidenta de la Federación de Industrias Creativas. Ha calculado un descenso general del 50% de los ingresos de sus socios, y en algunos casos, subraya, el hundimiento total ha sido inmediato.

PAÍSES BAJOS

Con un 60% de autónomos, y pérdidas de entre 60 y 100 millones de euros semanales por las cancelaciones, según el Ministerio de Cultura, el sector espera con ansia las ayudas prometidas por el Gobierno de centroderecha. El cierre ya afecta a cines y teatros, igual que bares y restaurantes. La ministra de Cultura, Ingrid van Engelshoven, ha advertido ya de que no podrá compensarlo todo. "Sin embargo, las instituciones con fondos públicos mantendrán de momento los subsidios que recibían, a pesar de que se hayan anulado las actuaciones ", ha dicho. Asimismo, ha asegurado que no tiene que “pelear” en defensa de las artes en el seno del Ejecutivo, ya que "comprende la importancia y el impacto del sector cultural”.

No se ha ultimado aún el tipo o la cuantía de las medidas a adoptar, pero Cultura, que está en negociaciones con municipios, provincias y entidades privadas, incluirá a los autónomos. “Son los que notan de manera más aguda las cancelaciones, mientras siguen pagando el alquiler y haciendo la compra”, ha reconocido Van Engelshoven. Cada caso se analizará a fondo para ver si encaja en el grupo general de trabajadores por cuenta propia contemplado por el Gobierno a escala nacional, o bien precisa de apoyos especiales.

Con información de Silvia Ayuso, Isabel Ferrer, Lorena Pacho, Rafa de Miguel, Enrique Müller, Javier Martín del Barrio y Tommaso Koch.

Una promesa para el futuro

Tras dos días de conversaciones con gestores y consejeros autonómicos del sector, el ministro de Cultura hizo ayer un primer balance. De momento, no hay medidas específicas para las artes, aunque sí la promesa de ayuda futura. En un comunicado, el ministerio subraya que el real decreto del Gobierno supone un “primer paquete de apoyo transversal a la economía, que como tal incluye a la cultura”. E informa de que José Manuel Rodríguez Uribes “ha solicitado a sus interlocutores que analicen el alcance del decreto, al mismo tiempo que ha pedido que hagan propuestas para reconstruir cada ámbito cultural para cuando se suspendan el estado de alarma y la crisis sanitaria”. El documento señala que “la cultura es un bien de primera necesidad”.

 

“No estamos para pedir en este momento sino para saber qué podemos hacer las industrias de contenidos para ayudar. Hemos quedado en trabajar conjuntamente para ir definiendo las medidas para reimpulsar el sector cuando todo se active”, coincide Carlota Navarrete, directora general de la Coalición de Creadores, que habló el miércoles unos 35 minutos con el ministro. “La única petición urgente de impulso era la puesta en marcha de medidas excepcionales que faciliten el acceso cultural digital”, agrega.

 

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