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Tokarczuk, una escritora crítica con el Gobierno

La premio Nobel polaca llama a votar "de manera correcta por la democracia"

Olga Tokarczuk en Breslavia, Polonia, en diciembre de 2018. En vídeo, las primeras declaraciones de la escritora tras conocer el fallo de la Academia.
Paula Chouza
Gdansk (Polonia) -

Ecologista, feminista y defensora de los derechos de las minorías, la nueva premio Nobel de Literatura Olga Tokarczuk representa lo opuesto a los postulados del Gobierno polaco actual. El ultraconservador partido Ley y Justicia, que acaricia la reelección en las legislativas que se celebran en el país el próximo domingo, nunca ha visto con buenos ojos a una escritora abiertamente crítica con las autoridades. “La concesión del Nobel a Tokarczuk es simbólica políticamente”, señala Katarzyna Kacprzak, doctora en Filología Hispánica y Literatura en el Grupo Universitario Vístula de Varsovia. “Tanto ella como otros autores no están bien vistos por el Ejecutivo porque subrayan la falta de democracia y la deriva autoritaria del Gobierno actual”, asegura la experta, quien añade que la escritora pertenece a un grupo de artistas polacos que siempre ha estado en el debate público contra “algunas fuerzas políticas” en el país. Desde su creación, en el año 2004, se afilió al Partido Verde y este mismo mes participó en las marchas por los derechos del colectivo homosexual en Breslavia, en el suroeste del país, donde reside.

En sus primeras declaraciones tras la concesión del Nobel, en una rueda de prensa celebrada en la ciudad alemana de Bielefeld, Tokarczuk se ha referido a las elecciones del próximo domingo. "Me gustaría decirles a mis amigos, gente en Polonia, que votemos de manera correcta por la democracia".

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La polémica en torno a Tokarczuk se acentuó cuando en 2015 recibió el premio Nike de literatura en Polonia por su obra Libros de Jacob. “Nos hemos inventado la historia de una Polonia tolerante, de un país abierto que no tiene las manos manchadas de la sangre de sus minorías y sin embargo hicimos cosas terribles”, afirmó en su discurso al recoger el galardón. Sus palabras provocaron la ira de algunos e inmediatamente se sucedieron los insultos y las amenazas.

Contrariamente a quienes la definen como “antipolaca”, ella se autodenomina “patriota”. Entendido esto como “alguien que quiere que su país sea un lugar seguro, lo cual significa que Polonia esté en la Unión Europea”, afirmó en una entrevista concedida también en 2015. La definición aportada entonces representaba toda una declaración de intenciones: “Alguien que le tiene respecto a sus conciudadanos, que se muestra solidario con ellos y es responsable; que se preocupa por el bien común; que respeta su cultura y quiere que esta sea abierta y libre; que se opone a la censura y quiere un país en el que nadie sea excluido ni estigmatizado; que no tiene complejos y siente que tiene una cultura fuerte que ningún refugiado puede amenazar; que se cree seguro y al hacerlo está dispuesto a recibir con los brazos abiertos a quien sea más débil que él”.

Un colaborador de la editorial que publica a Tokarczuk la describía este jueves por teléfono como una persona “cálida y modesta”, que en ningún caso esperaba recibir el premio este año —la concesión del Nobel ha coincidido con un viaje de la autora a Alemania—, y aunque prefiere no centrarse en su faceta política, reconoce que “es un símbolo de las élites culturales contra el Gobierno polaco”.

El pasado junio, Olga Tokarczuk fue elegida hija predilecta de Breslavia. “Soy federalista y regionalista, creo en una Europa de las regiones unidas y sueño con una Polonia descentralizada, fuerte en su diversidad”, declaró entonces. El 4 de octubre recibió una condecoración al mérito en la provincia de Klodzko pese a la oposición de los políticos locales del PiS, que consideran que la escritora “falsea la historia” de Polonia.

Aunque de cara a la galería el Gobierno ha felicitado este jueves a la autora, varios medios de comunicación próximos al Ejecutivo han criticado la concesión del máximo galardón. Si hace algunos días el ministro de Cultura Piotr Glinski afirmaba que nunca había leído un libro entero de Tokarczuk, tras conocerse la noticia, se comprometió en un mensaje en la red social Twitter “a retomar las lecturas aparcadas” de la nueva premio Nobel.

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Sobre la firma

Paula Chouza
Periodista de Política en EL PAÍS. Participó en el lanzamiento de EL PAÍS América en México. Trabajó en el Ayuntamiento de A Coruña y fue becaria del Congreso de los Diputados, CRTVG o Cadena SER. Es licenciada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela, Máster en Marketing Político y Máster de Periodismo de EL PAÍS.

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