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‘Justo antes de Cristo’: reírse con los vicios romanos

Movistar + estrena una comedia de romanos, de la mano de Pepón Montero y Juan Maidagán

En vídeo, el tráiler de 'Justo Antes de Cristo'.Vídeo: Movistar +
Guillermo Altares

Además de talento, para poner en marcha una buena película de romanos hay que tener mucho dinero o mucho arrojo. Justo antes de Cristo, la comedia cuya primera temporada de seis episodios ha estrenado Movistar + —y que tendrá otra tanda de seis capítulos—, entra de lleno en la segunda categoría. Con objetos alquilados en Cinecittà, los grandes estudios italianos donde se rodaron escenas de Gladiator o Cleopatra, y convirtiendo la sierra de Guadarrama en Tracia, los creadores de Camera Café han logrado realizar una desternillante serie de romanos. Ambientada en un campamento militar, tiene mucho más que ver con La vida de Brian o con Golfus de Roma que con el Julio César de Mankiewicz: se trata de una comedia tremendamente divertida, dividida en seis episodios de apenas 25 minutos.

"Siempre hemos sido aficionados a la Historia Antigua", explican Pepón Montero y Juan Maidagán, los dos impulsores del proyecto. "Y, como aficionados, lo que más nos atraía era imaginar cómo vivían en aquellas épocas, qué preocupaciones tenían, y la gran pregunta, ¿serían como nosotros? En principio, uno supone que la vida era más simple, que todo era más sencillo. Pero, ¿y si no? ¿Y si le daban tantas vueltas a la cabeza como hacemos ahora? Y ese fue el punto de partida: introducir a un neurótico de la actualidad en Roma y enfrentarle al valor romano por excelencia, el honor".

Dirigida por Borja Cobeaga y Pepón Montero y protagonizada por Julián López, Xosé Touriñán, Cecilia Freire o Priscilla Delgado, relata la historia de un noble romano que, para salvar la vida, tiene que alistarse en las legiones y acaba con su esclavo en un campamento militar de Tracia (un claro homenaje a la mítica serie M*A*S*H), una región que se corresponde con el sureste de los Balcanes. El momento en el que transcurre la acción es el más importante en la historia de Roma: el final de la República y el principio del Imperio, uno de los más estudiados y llevados a la pantalla (desde las series Yo, Claudio o Roma hasta Cleopatra).

Entre sus fuentes de inspiración se encuentran inevitablemente los tebeos de Astérix y Obélix, los Monty Python, pero también los clásicos: Montero y Maidagán explican que uno de los personajes, el esclavo Agorastocles, está sacado de una obra de Plauto. Una leyenda de Hollywood relata que cuando contrataron a William Faulkner, premio Nobel de Literatura, para escribir el guion de Tierra de Faraones, llamó al director Howard Hawks para preguntarle: "¿Cómo diablos hablaban los antiguos egipcios?". Completamente bloqueado, abandonó el proyecto (aunque su nombre se mantuvo en los títulos de crédito). En este caso, los creadores han puesto a hablar a los romanos como nosotros, aunque han mantenido todas las obsesiones –el honor, la familia, el ejército, la política– que movían a la alta sociedad de la época.

El humor que despliega Justo antes de Cristo resulta muy contemporáneo, pero a la vez diferente. En uno de sus pocos libros no traducidos al castellano, Laughter in ancient Rome (University of California Press, 2014), la gran latinista Mary Beard estudia precisamente el humor en la antigua Roma y explora los misterios de la risa, una construcción cultural que Aristóteles consideraba única de los humanos. Una de las cosas que explica Beard, premio Príncipe de Asturias de Humanidades, es la importancia que el humor tenía en la Roma clásica. No solo por sus escritores –las sátiras de Horacio, El asno de oro de Apuleyo o el Satiricón de Petronio–, sino en la vida cotidiana. Relata por ejemplo que Tácito escribió sobre las tribus germanas: "nemo ... vitia ridet", "nadie se ríe de los vicios". En esta serie los protagonistas no paran de reírse de los vicios en la mejor tradición romana.

Que sea muy divertida, no quiere decir que sus autores no se hayan tomado en serio la reconstrucción de la época. "Cuando escribimos esta historia, hace años, estábamos parados y con mucho tiempo libre", aseguran Montero y Maidagán. "En aquel momento nos documentamos bastante, principalmente, sobre la vida cotidiana en el ejército, la diferencia entre las clases sociales, el papel de la mujer... Al tener que construir el campamento, hemos tenido que seguir investigando. Tenemos que confesar que ha sido la gente de los departamentos de arte y vestuario los que han realizado ese trabajo". Las carcajadas no impiden que la serie contenga muchas lecciones de historia romana y que represente una auténtica inmersión en la cultura de la antigüedad. Pero, lo primero, son las risas.

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Sobre la firma

Guillermo Altares
Es redactor jefe de Cultura en EL PAÍS. Ha pasado por las secciones de Internacional, Reportajes e Ideas, viajado como enviado especial a numerosos países –entre ellos Afganistán, Irak y Líbano– y formado parte del equipo de editorialistas. Es autor de ‘Una lección olvidada’, que recibió el premio al mejor ensayo de las librerías de Madrid.

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