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La FIL hace recuento: política, feminismo y nostalgia

La Feria Internacional del Libro de Guadalajara cierra su 32 edición superando los 815.000 visitantes

Aspecto general de la feria internacional del libro el día 25 de noviembre de 2018.
Aspecto general de la feria internacional del libro el día 25 de noviembre de 2018.Hector Guerrero (El País)

La 32 edición del Festival Internacional del libro de Guadalajara, la mayor cita editorial en español del mundo, cerró este domingo sus puertas superando los 815.000 visitantes, los 800 autores de más de 40 países y los casi 21.000 profesionales del libro. Han sido nueve días frenéticos en el corazón de Jalisco, centro este de México, durante los que se homenajearon a autores como Ida Vitale, Premio FIL de Literatura en Lenguas Romances. El Nobel turco Orhan Pamuk abrió el Salón Literario. El chileno Raúl Zurita y el serbio Charles Simic, el Salón de Poesía. Para hacer balance, EL PAÍS condensa en cinco bloques los principales contendidos de la feria y reúne a algunos de sus protagonistas.

 Grandes despedidas

Fernando del Paso resucitó durante unos minutos con la reproducción en una de las salas de un inesperado mensaje de despedida grabado antes de su fallecimiento, a apenas dos semanas del arranque de la feria. Otro premio Cervantes que dijo adiós este año, Sergio Pitol, fue recordado por sus amigos Margo Glantz y Mario Bellatin como “un escritor que dio su vida por la escritura, con una obra totalizante que supera cualquier expectativa, que nadie esperaba”. A 90 años del nacimiento de Carlos Fuentes, su viuda, Silvia Lemus rememoró su infancia en Panamá, Ecuador, Brasil o, del modo que él solía resumir, como “aprendió a ser novelistas sentado en las rodillas de Alfonso Reyes”. Para el centenario de Jorge Ibargüengoitia, Juan Villoro recordó como sus afiladas columnas hacían reír a su madre: “descubrí que sus textos eran realmente un escape de la depresión”.

Las mujeres toman la palabra

La FIL ha mirado de frente a las mujeres y su lucha. La feria ha acogido más de una decena de mesas para hablar de feminismo, MeToo y literatura. La conmemoración de los 25 años del Premio Sor Juana Inés de la Cruz -un galardón que entrega la feria a la mejor novela escrita por una mujer en lengua española- reunió a 11 de las últimas ganadoras y sirvió para clamar contra el patriarcado, entonar el grito de las que luchan por el aborto legal en Chile y denunciar las barreras que las mujeres han tenido en la literatura a lo largo de la historia.

Una edición que ha servido para la introspección, para revisar en el pasado y denunciar que la larga sombra del machismo también se ha extendido al mundo de las letras. “Las ferias del libro están cuidando ahora que en la cantidad de invitados haya una lógica proporción entre mujeres y hombres. Esto antes no pasaba. Los nombres que venían primero a la mente de los organizadores eran, quizá naturalmente, de hombres por toda una larga tradición de mayor presencia masculina en las letras”, señala la escritora argentina Leila Guerriero.

Oleada política

La feria se acostó con Peña Nieto y se despertó con López Obrador. El debate político sobrevoló por el caserón de la FIL más allá de la toma de posesión, el 1 de diciembre, del nuevo Gobierno mexicano. Mesas, presentaciones y coloquios desmenuzaron temas generales como el auge de los extremismos, el fenómeno del populismo, retos de la democracia; y cuestiones concretas como el estado de alarma en Nicaragua y Venezuela, o los cambios de Gobierno en México y Brasil. La guinda picante la puso el nuevo director del Fondo de Cultura Económica, Paco Ignacio Taibo II, que se refirió así al inminente cambio de ley que le permitirá asumir el cargo pese a no ser mexicano de origen: “Se la metimos doblada, camaradas”. La declaración, todavía humeante, ha provocado incluso la suspensión de momento del visto bueno definitivo para su cargo. 

El éxodo centroamericano

Guadalajara ha sido una extensión del territorio centroamericano. Ha resonado la literatura de Gioconda Belli, Sergio Ramírez, Catalina Murillo, Rodrigo Fuentes, Alejandro Córdova o Fátima Villalta, entre otros. El eco provenía del festival Centroamérica Cuenta, que este año ha celebrado un mini edición mexicana su cancelación por el incremento de la represión y la inestabilidad en Nicaragua. “También se ha tenido que cancelar el Festival Internacional de Poesía que iba por la 15 edición. No podemos llevar a 100 poetas a Granada [a unos 40 kilómetros al sur de Managua] ante esta situación de inseguridad. La cancelación de los dos hechos literarios más importantes es grave para la cultura del país que solía girar alrededor de estos dos festivales”, subraya Gioconda Belli.

Una región que se vacía ante la huida masiva de miles de personas hacia territorio estadounidense. El éxodo migrante ha sido protagonista de un buen número de presentaciones: Yo tuve un sueño de Juan Pablo Villalobos, No vuelvas de Leonardo Tarifeño o La casa de los ángeles rotos de Luis Alberto Urrea.

Dialogo portugués

La plana mayor de las letras de las letras lusas desembarcó en Guadalajara con António Lobo Antunes y Gonçalo Tavares como puntales, la nueva oleada de poetas y los puentes latinoamericanos como el diálogo de Mia Couto y Antonio Ortuño. “Ha sido un placer –cuenta Tavares– haberme sumergido en la lengua española. He comprado muchas traducciones que no hay al portugués y he tenido la oportunidad de conocer mejor algunos escritores hispánicos. Lo más importante para mí ha sido la posibilidad de pensar con los lectores, cara a cara, de modo serio y denso, de las cuestiones más terribles de nuestro tiempo, violencia, migración, crecimiento de extrema derecha”.

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