_
_
_
_
_

‘Élite’, el suspense de la vida adolescente

Netflix estrena la serie española con la que pretende volver a crear un fenómeno mundial

Álvaro P. Ruiz de Elvira

La lucha de clases en un exclusivo colegio que admite a tres alumnos nuevos que vienen de un centro público, las relaciones entre ellos, el sexo, las drogas, los miedos y sueños de la adolescencia se mezclan con un crimen en Élite, que Netflix estrena hoy. Este thriller español, de ocho episodios, es la gran apuesta de la plataforma digital para volver a triunfar entre el público joven a nivel mundial tras éxitos como Por trece razones. La serie está escrita y producida por Carlos Montero (Al salir de clase, Genésis, en la mente del asesino) y Darío Madrona (Los protegidos, Vive cantando) y cuenta con la dirección de Ramón Salazar (Tengo ganas de ti) y Dani de la Orden (El verano de mi vida).

"El mayor error cuando escribes una serie de adolescentes es pensar que estás escribiendo una serie para adolescentes", cuenta Montero a EL PAÍS. "Tampoco ha cambiado tanto la adolescencia de veinte años a esta parte. Los miedos, los anhelos, los deseos, son los mismos. Ha cambiado la tecnología y las redes sociales, pero al final siempre tiras del adolescente que fuiste", apunta el guionista. Madrona amplía esta última idea: "Es mucho más sano tirar de experiencia propia que de referencias a otras series y películas, pero en este caso no recuerdo haber tirado de ninguna experiencia personal más allá de sentimientos generales, como las ganas de pertenecer a un mundo del que a lo mejor te ves un poco fuera, el temor al futuro o no ser correspondido en el amor".

Élite es una serie de suspense en el que uno de los alumnos aparece asesinado y no se resuelve el misterio hasta el final, pero es también un retrato generacional en el que se han evitado adrede los juicios de valor. "Hay intención de no lanzar mensajes, no queremos ser condescendientes con la audiencia y decirles lo que tienen que hacer. Lo que queremos es hablar y poner sobre la mesa temas que están ahí, como la homosexualidad, las drogas, el sexo, el VIH y dejarlo en la conversación del público, no queríamos ser didácticos", explica Madrona. "Además, cuando eres didáctico con un joven, lo más que vas a conseguir es que te lleve la contraria. Queríamos tratar al espectador como adulto, que es lo que los jóvenes prefieren, que es lo que nos gustaba a todos cuando éramos adolescentes", finaliza. "Por parte de la dirección, el trabajo que hemos intentado hacer es profundizar en las capas de cada personaje y tratar de hacer también un retrato individual para hacerlo todo empático y universal", añade Salazar.

Los creadores que trabajan con el gigante estadounidense siempre alaban la libertad que obtienen para elaborar sus ficciones, pero, ¿qué es lo que más impone? "Al principio acojona", cuenta Montero, "porque es otro método de trabajo, no sabes muy bien lo que te van a pedir. Genera mucha ansiedad. Después te das cuenta que se trabaja muy parecido. Los analistas que tienen allí examinan el guion lo mejor que pueden, con sus aciertos y errores, y después te dejan libertad, pero eso es un poco mito. Yo he trabajado mucho en Antena 3 y también te dan mucha libertad". "Lo más inesperado es que vamos a estrenar una serie y la vamos a dar toda de golpe el mismo día. Es un año de trabajo dejándonos los cuernos para que de repente esté ahí tirada, cuando estamos acostumbrados a hacerlo en semana en semana y a irla dosificando. Que todo el mundo de pronto pueda verla y consumirla tan rápido es una sensación extraña, pero al mismo tiempo superemocionante", cuenta Madrona. "Por parte de ellos sí que hay un control inicial para asegurarse que la serie arranca con una visión en la que todos estemos de acuerdo, creo que se hizo mucho hincapié en el vestuario, en los decorados, en que todo en el arranque estuviese en el mismo sitio para todos, y a partir de ahí la creatividad ya fue cediéndose a cada departamento de la producción", remata Salazar.

El caso que plantea Élite se cierra con esta temporada, pero las tramas pueden dar para mucho más. "Hemos cerrado la historia, pero hay hilos de los que tirar, si Netflix quiere. Lo que no queríamos era hacer una serie donde tuvieras que esperar al final de la tercera temporada para enterarte de lo que había pasado. Hay de dónde tirar e incluso material más rico que en la primera temporada, porque hay consecuencias del desenlace...", finaliza Madrona.

Conexión con ‘La casa de papel’

Netflix ha apostado a lo grande por la ficción española, con el establecimiento de su primera sede de producción europea en Madrid (empezarán a usar los platós de la Ciudad de la Tele a finales de año) y la creación de series como Las chicas del cable, Sky rojo, Paquita Salas, Hache o la recién anunciada Alta mar. También está ya en marcha la continuación de La casa de papel. Élite cuenta entre sus intérpretes con tres actores de La casa de papel, Miguel Herrán (Río), María Pedraza (Alison) y Jaime Lorente (Denver), un reclamo inesperado ya que cuando fueron contratados, la serie original de Atresmedia todavía no había triunfado en todo el mundo a través de Netflix.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_