Si te ocurre en la piscina en la que normalmente te bañas, quizá no deberías leer esto.
Si te ocurre en la piscina en la que normalmente te bañas, quizá no deberías leer esto.
Seguro que has oído que es por el cloro, y la verdad es que sí es por el cloro, pero no solo. Ocurre cuando el cloro que contiene la piscina para eliminar los gérmenes dañinos se mezcla con el nitrógeno. ¿Y de dónde sale ese nitrógeno?
De la orina y el sudor. Estos dos residuos corporales están compuestos mayoritariamente por algo que se llama urea y esta contiene sobre todo nitrógeno.
Cuando el cloro se mezcla en el agua de la piscina con ese nitrógeno crea un producto irritante que hace que los ojos se pongan rojos. Ya puedes suponer lo que ha pasado en la piscina...
Texto:
Victoria Toro
Diseño y HTML:
Amanda Espuela y Nelly Natalí Sánchez