Funny Girls

Estos días estoy viendo, por recomendación de Elena Hevia (¡gracias!), The Marvelous Mrs.Maisel, en Amazon, y releyendo Sick In the Head, de Judd Apatow. Su punto en común es la comedia, el lenguaje de los dioses y, como demasiadas veces suele olvidarse, de las diosas. La serie es una joya. Va de una muchacha judía de los años 50 que descubre a Lenny Bruce en el Gaslight del Village y decide que quiere dedicarse a la comedia dura, al stand up. Triplemente dura: por tener que abrirse paso en un mundo de hombres y por romper el estereotipo de la encantadora ama de casa que habla de “sus cosas”. Habla de sus cosas, pero con un ingenio feroz y valiente. Midge Maisel paga su precio y gana su vida, su identidad.

Me descubro ante sus gloriosos intérpretes, empezando por su protagonista, Rachel Brosnahan, y Alex Borstein, que en el papel de su agente parece un cruce entre Thelma Ritter y Rhea Perlman. Impresionante ambientación, vestuario y banda sonora, y un poderosísimo amor a la escena. Ocho episodios, y creo que habrá más. Sus autores, Amy Sherman-Palladino y Daniel Palladino, saben de lo que hablan. Ella fue la creadora de Las chicas Gilmore y escribió varias temporadas de Roseanne. Diálogos que son puro screwball rebozado en salsa Sorkin, pero con un toque personalísimo. También dirigen y firman como productores ejecutivos: la gloria de la profesión. Arrasaron en los Globos de Oro, faceta Comedia.

Pensé: ¿En quién estará inspirado el personaje de Midge Maisel? Porque Lenny Bruce (Luke Kirby) subió a los altares del martirologio pero ¿de dónde sale una cómica tan libre como ella? Joan Rivers y Toti Fields se le acercan, aunque triunfaron más tarde, a mitad de los 60. Pienso en Elaine May, que no era tan descarada como Maisel, pero rompió moldes.

Releo el libro de Appatow, una biblia. Casi cuarenta entrevistas sin desperdicio. Están “casi todos”. Pero no están “casi todas”, ni de lejos. De acuerdo, cada uno tiene sus preferencias, y habla con diosas recientes como Lena Dunham (Appatow produjo Girls) o Amy Schumer, o Sarah Silverman (Mrs. Maisel podría ser una Silverman de los 50), pero no están Tina Fey, ni Pamela Adlon. Voy a diosas fundadoras: ¿por qué no está la incomensurable Carol Burnett, la gran alegría de tantas tardes de domingo de mi infancia? Y está Mike Nichols, pero no Elaine May. Nichols y May revolucionaron el stand up de la época, y así se les homenajea, muy justamente, en la serie. En la entrevista de Appatow, Nichols, que luego fue un gran director (y un gran actor), dice que quien realmente sabía actuar era ella: improvisaba tan aprisa que no podía seguirla. Y May dejó la escena porque, cuenta, “sufría, lo pasaba fatal: se lo sacaba todo de dentro”. La carrera de May como directora no fue grandiosa, pero esa es otra historia. Me quedo con el dato de que Appatow pilla a Nichols casi en su lecho de muerte, pero May aún sigue viva: 85 primaveras. ¿Dónde está su entrevista? Y otra pregunta: ¿Para cuando una serie sobre Nichols y May?