‘Fariña’ de primera calidad
La serie basada en el libro de Nacho Carretero es una muy buena producción muy bien interpretada y con un acento gallego que da gusto escuchar en una televisión nacional
Y de repente, la promoción de la nueva serie de Antena 3 se hizo sola. El secuestro del libro de Fariña, escrito por el periodista Nacho Carretero, ha hecho que el título se pronunciara en todas partes, que volviera a estar de actualidad y que la serie que la cadena preparaba basada en esta historia real del narcotráfico en Galicia en los años ochenta contara con la mejor campaña de publicidad que podía imaginar. Carambolas de la vida que han aprovechado para sacar a la luz la serie.
En realidad, a juzgar por el primer capítulo, Fariña tiene gran valor por sí misma, más allá de estas carambolas del destino. Un arranque lleno de ritmo engancha al espectador a una historia que transcurre con buen pulso, sin decaer, y con un acento gallego poco frecuente en la televisión nacional que da gusto escuchar. Porque esta es una historia con personajes gallegos, y por tanto debía tener actores gallegos y acento gallego. Cambiamos el "hijueputa malparido" de Narcos por el "carallo" de Fariña y las selvas de Colombia por las maravillosas vistas de la ría de Arousa sin ningún problema.
Detrás de la serie se encuentra la productora Bambú, con orígenes gallegos también y que en esta ocasión se atreven a salirse de su zona de confort de los últimos años (Velvet, Gran Hotel, Las chicas del cable, Tiempos de guerra, todas cortadas con un patrón muy parecido) para entrar en terreno pantanoso, un territorio en el que han podido lucirse y atreverse con cosas diferentes. Aunque en ocasiones un exceso de reflejos de luces saca al espectador de la historia, el acabado es, como es habitual en la productora, impecable.
Mencionaba antes los actores. Javier Rey, popular por su Mateo de Velvet, cambia de tercio totalmente con el histórico narco Sito Miñanco, en el que se centra la historia para mostrar su evolución desde las lanchas de pesca con su padre. Junto a Rey, destacan en el primer capítulo las grandes interpretaciones de Antonio Durán Morris como Manuel Charlín y Manuel Lourenzo como Terito.
Fariña es una historia local, muy local, pero con ambición global. Una historia que puede tener resonancia fuera de nuestras fronteras. Y que demuestra que, si se quiere, se puede programar en el prime time de una cadena generalista en abierto una serie de calidad, que no aspira a conquistar a todo el espectro del público (gracias a Dios, no hay ninguna concesión a esa obsesión de muchas series españolas por gustar a todos, desde los niños hasta los abuelos), que trata al espectador como un ser inteligente y que realmente intenta innovar. Y si la cosa va mal, que vaya mal. Pero va a ir bien, tiene que ir bien. La televisión española se merece que Fariña vaya bien, carallo.
Eso sí, ahora que nos han enganchado, queremos más droga y ver el resto de capítulos. Ojalá Antena 3 no retrase mucho la emisión del resto y sepa sacar partido a lo que tiene.
El estreno de Fariña fue líder de la noche del miércoles, con 3.399.000 espectadores (21,5% de cuota de pantalla). Actualización: Tras la buena acogida del estreno, Antena 3 continuará emitiendo la serie los miércoles en prime time.
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