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Muere Betty French Jarmusch, pionera del periodismo de espectáculos y madre de Jim Jarmusch

La crítica y ensayista fue la primera mujer en dirigir una sección de teatro y cine en un periódico de Estados Unidos

Betty French Jarmusch, en su etapa de periodista.
Betty French Jarmusch, en su etapa de periodista.

Betty French Jarmusch puede que sea más popular hoy por ser la madre de uno de los grandes del cine independiente, pero fue la primera mujer en un diario estadounidense no solo en hacer crítica teatral y cinematográfica, sino en dirigir la sección de espectáculos. Lo hizo con apenas 20 años, antes de casarse, en el Akron Beacon Journal, en Ohio, que por cierto aún sigue publicándose. French Jarmusch falleció el pasado 15 de noviembre, a los 96 años, en Shaker Heights, pero su muerte se ha hecho pública estas Navidades.

French Jarmusch empezó con las críticas y el periodismo de espectáculos en los años cuarenta. Había empezado con el periodismo en el diario del campus de la Universidad de Akron y fichó por el Beacon Journal para la sección de religión. Posteriormente encontró su lugar en la sección de espectáculos, primero como crítica de cine y teatro, y posteriormente como responsable de ella. Por su puesto hizo la crítica de Un tranvía llamado deseo en Broadway con Marlon Brando, de conciertos de Duke Wellington o, incluso, de la boda de Humphrey Bogart y Lauren Bacall en Ohio. En un mundo dominado por hombres, Betty French fue la excepción. Además, escribió ensayos sobre cine, artículos para revistas e incluso un guion para un thriller sobre espías en Akron que nunca se rodó. De Un tranvía llamado deseo el Akron Beacon Journal ha recuperado ahora su crítica de marzo de 1948, en la que escribió sobre su sorpresa al encontrarse algo más allá de una obra de arte, ni tan deprimente como le habían asegurado, sino "una obra cercana a la vida", y con un actor de 23 años que le impresionó, Marlon Brando. A finales de los cuarenta, muchas promociones de Hollywood pasaban por Akron, y por ello Betty French entrevistó a Ginger Roberts, Wallace Beery o Artie Shaw.

En 1948 conoció a su marido, Robert Jarmusch, en una tienda de dulces en Akron. Al casarse, Betty French dejó el periodismo y se convirtió en voluntaria de diversos museos de arte, y siguió escribiendo hasta que cumplió los noventa años. De sus tres hijos, Tom y Jom se dedican al cine y Ann al periodismo. Jim Jarmusch ha contado tras su muerte la enorme influencia que ha tenido en su vida su madre: "Era una mujer de mente abierta, muy interesada en historia, literatura y arte, y obviamente en cine. A mí, a mi hermano y a mi hermana nos enseñó que no se puede juzgar a la gente basándote en su aspecto, su condición económica o su raza". Uno de los primeros recuerdos de ir al cine de  Jarmusch es con su madre y su hermana a ver, en un autocine en Florida, Camino de odio (1958), con Robert Mitchum. "Probablemente yo era demasiado pequeño para ver esa película, pero mi madre era fan de Mitchum y a mí me dejó una gran huella". Cuatro décadas después, Jarmusch contrató a Mitchum para Dead Man.

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