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Columna
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Cazadores

'Mindhunter' podría ser una serie policíaca convencional, pero hay bastantes elementos que la alejan de este modelo clásico

Jaime Rubio Hancock
Una escena de 'Mindhunter'.
Una escena de 'Mindhunter'.

Mindhunter, de Netflix y producida por David Fincher, podría ser una serie policiaca convencional: al fin y al cabo trata de dos agentes del FBI que ayudan a la policía local a atrapar asesinos en serie. Pero hay bastantes elementos que la alejan de este modelo clásico. De entrada, la mayor parte de las escenas son conversaciones con asesinos y sospechosos. No hay persecuciones ni tiroteos. Tampoco se ven asesinatos macabros: se habla de los crímenes, pero no se muestran.

Además de eso, en algunos episodios no hay ningún misterio por resolver: muchos de los asesinos ya están en la cárcel, cumpliendo condena. De hecho, la serie está basada en el libro del mismo título del agente John Douglas, quien, junto a Robert Ressler, entrevistó a 36 asesinos en serie a finales de los años setenta. Su objetivo era aprender de ellos para conseguir atrapar a criminales similares lo antes posible.

En consecuencia, la serie también se aleja de las policiacas habituales en el hecho de que cambia el centro de la investigación. A menudo, como ocurre en CSI, Bones e incluso Sherlock, los detectives se centran en el cómo. La mejor forma de dar con el culpable, sugieren, es averiguar cómo lo hicieron. La habitación estaba cerrada por dentro: ¿cómo entró el asesino? Si el sospechoso cogió el primer tren de la mañana, ¿tuvo tiempo de cometer el crimen? ¿Cómo le inyectó el veneno, si ni siquiera se acercó a él? Ese tipo de cosas. Que también están muy bien, claro.

En cambio, los agentes de Mindhunter quieren saber, sobre todo, por qué. La ventaja que tiene esta pregunta, de más difícil respuesta, es que sigue interesando incluso cuando ya sabemos el quién y el cómo. Da igual que, por ejemplo, Ed Kemper ya esté en la cárcel. Aún así, queremos saber qué le llevó a matar a 10 personas. El cómo puede resultar interesante. Pero el porqué es aterrador.

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Sobre la firma

Jaime Rubio Hancock
Editor de boletines de EL PAÍS y columnista en Anatomía de Twitter. Antes pasó por Verne, donde escribió sobre redes sociales, filosofía y humor, entre otros temas. Es autor de los ensayos '¿Está bien pegar a un nazi?' y 'El gran libro del humor español', además de la novela 'El informe Penkse', premio La Llama de narrativa de humor.

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