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La cineasta que pasó de ‘sin papeles’ a triunfar con un ‘thriller’

Ana Asensio, protagonista, directora y guionista de 'Most Beautiful Island', presenta en España su película, triunfadora en el SXSW de Austin

Gregorio Belinchón
Ana Asensio, en su película 'Most Beautiful Island'.
Ana Asensio, en su película 'Most Beautiful Island'.
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El día en que Ana Asensio (Madrid, 1978) aterrizó en Nueva York dejó atrás una prometedora carrera televisiva ("La verdad es que me iba bien") a cambio de una habitación en el Harlem y unos futuros estudios de Arte Dramático e Inglés. Ahora recuerda sus desventuras entre risas, tras haber ganado Most Beautiful Island, su primera película como directora, guionista y protagonista, el premio a mejor largometraje en el prestigioso South By Southwest (SXSW), de Austin (Texas). Era lo primera vez que lo obtenía un español. "Y yo ya estaba feliz solo con que me hubieran elegido en la sección grande a concurso", cuenta la cineasta. Estos días, su thriller se proyecta en el certamen de Sitges y en el festival de Londres (BFI). "Aún no me creo que, por ejemplo, la distribuyan Orion y Samuel Goldwyn en EE UU, o que me lleguen tantas ofertas de agencias de representantes".

Aquellos inicios en el final del verano de 2001 no fueron sencillos: "Yo llevaba apuntado el teléfono de la mujer que me había alquilado el sitio, y al llamar me respondió un hombre. Su esposa había perdido el piso y se había vuelto a Colombia. A cambio, él me ofrecía su propia casa hasta que encontrara otro lugar". Aceptó. Cuatro días después, ocurrió el 11-S. "Fue un arranque muy duro, pero yo quería vivir experiencias, empujada por las pelis indies que había visto".

Salto en el tiempo. Por medio, multitud de trabajos: desde niñera hasta mujer anuncio de un restaurante de pollos. Alguna ocupación más sinuosa en una fiesta extraña. Otros, más cercanos a su profesión, como actriz en teatro: en Broadway protagonizó la adaptación al teatro de La piel de Mica, novela de Paloma Bravo. Incluso llegó a quedarse sin permiso de residencia. Con todo ello fue coleccionando recuerdos y vivencias. "En 2011 empecé a escribir un guion. La gente me miraba raro, porque yo no había dirigido ni un corto". El libreto dio muchas vueltas y en 2014 decidió "hacerlo como fuera". Puso todos sus ahorros y convenció a otros inversores, que nada tenían que ver con el cine. Ese dinero se ha usado sobre todo para comprar película en súper 16 para un rodaje en 16 días. “Todo el mundo cobró 100 dólares al día trabajando 14 horas diarias. Yo dediqué el 90% del tiempo a la dirección, y poco a la actuación”. Tuvo mucho cuidado en poner la cámara cerca de ella, "que el director de fotografía viviera lo mismo que el personaje protagonista". Y así, ocurrieron un montón de "accidentes maravillosos".

En Most Beautiful Island hay una protagonista inmigrante. Española, sin papeles. Poco más se parece a Asensio, que la encarna. Es Luciana, y ha aterrizado en Nueva York huyendo de una tragedia familiar. Subsiste como puede. Hasta ahí la parte social, que por ráfagas va apuntado el cambio de tercio. A Luciana le proponen ganar mucho dinero solo con ir a una fiesta. Most Beautiful Island deriva entonces en otra cosa, en thriller, en una turbiedad que aprisiona al espectador. "Yo no tengo control sobre el filme. Escribí su sinopsis cuando empezó su viaje festivalero, y desde entonces los medios de comunicación han decidido vender cada uno su punto de vista. Puede que el momento político actual, con Donald Trump en la Casa Blanca, se estén centrando demasiado en que la ha hecho una inmigrante y que así es su protagonista. Para mí, Most Beautiful Island no pretende ningún juicio moral, acaba con un final abierto, y se centra en por qué una persona deja su lugar e inicia una vida nueva. ¿De qué hablamos? De la redención de la culpa".

Acaba de terminar la primera versión de su segundo guion. "Es otro thriller en Nueva York. Y será mi segunda película, también de autor. Porque me ofrecen proyectos gordos, con estrellas incluidas, pero por ahora quiero ir con mucho tiento, mantener el control creativo", asegura. Y recuerda risueña el ejemplo de Sylvester Stallone, que cuando escribió Rocky se encerró en su casa, pintó de negro las ventanas para que nada le molestase, y salió de allí con un guion que defendió protagonizar contra viento y marea. "Hay que luchar por no venderte. Si tienes una idea, ve a por ella, y si te equivocas, que sea por la defensa de tu convencimiento". ¿Alguna desilusión? "Bueno, por fin tengo distribución en España, aunque me ha costado. Y siento que aquí no han hecho demasiado caso a la película".

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Sobre la firma

Gregorio Belinchón
Es redactor de la sección de Cultura, especializado en cine. En el diario trabajó antes en Babelia, El Espectador y Tentaciones. Empezó en radios locales de Madrid, y ha colaborado en diversas publicaciones cinematográficas como Cinemanía o Academia. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense y Máster en Relaciones Internacionales.

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