La filosofía laboral de ‘Maquinaria Panamericana’, en FilminLatino
La opera prima de Joaquín del Paso estará dispoible este viernes 7 de julio en un pase especial en la plataforma
Todo empezó con una locación. Según lo que le contó Joaquín del Paso al equipo de FilminLatino, cuando regresó de estudiar cine en Polonia, “se topó” con una empresa “atorada en el tiempo” y esto lo llevó a la memoria de su familia. Mucho antes de ser el título de su ópera prima, Maquinaria Panamericana fue una fábrica donde él jugaba de niño y que quebró en la crisis de 1995. El contexto era propicio para hacer una reflexión sobre el trabajo y su transformación en el neoliberalismo. Bueno, más que una reflexión una burla. O una reflexión sarcástica.
Maquinaria Panamericana, nominada a Mejor Ópera Prima en los premios Ariel del cine mexicano, está disponible este viernes 7 de julio en la plataforma FilminLatino. La historia de esta cinta ocurre un viernes, cuando el dueño de la empresa se suicida y los empleados descubren que la firma está en números rojos. Liderados por el contador inician, en medio de la frustración y el desamparo, las celebraciones del fin de semana. Dan ganas de pensar que la tragedia espolvoreada de fiesta es algo muy mexicano, pero ¿por qué no conmemorar el final de una empresa mientras se abraza la injusticia de la vida? A fin de cuentas nada es puro: la película lleva la memoria de un negocio familiar, pero está filmada en las instalaciones y con los empleados de otra empresa, a lo que se les cambiaron los nombres, mientras se tapaban las señales y los logotipos.
El cine, como aparato industrial, es un medio ideal para abordar las transformaciones del capitalismo reciente. Si se piensa bien, la memora de Del Paso está vinculada con el momento en que el empleo –no el trabajo– dejó de ser un espacio más o menos seguro, con prestaciones, beneficios y vacaciones, para dar lugar a los contratos por honorarios y la volatilidad laboral sin ningún derecho que marca el trabajo postindustrial. Eso no significa que la vida no haya sido angustiante ni precaria antes, solo que el trabajo era un ámbito de seguridad. De algún modo, Maquinaria Panamericana se sitúa en este contexto y lo convierte en pachanga.
Además tiene algo profundamente izquierdoso en el hecho de ser una historia coral. Al contar la historia de una comunidad de trabajadores del mundo real, por más que tenga un par de actores profesionales en papeles clave, pone en primer plano a una comunidad de sentido, porque el trabajo nos define en cierto modo y nos define en relación con quienes conviven en horarios cada vez menos fijos y cada vez más dilatados con nosotros. En cierto sentido, Maquinaria Panamericana cuanta la historia de una utopía perdida, la del breve periodo en que el trabajo pareció un espacio de dignidad y de certeza. La izquierda también nos falló, pero igual se puede bailar en la fábrica a punto de entrar en el olvido.