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Las prostitutas nicaragüenses reivindican su trabajo en el cine

'Girasoles de Nicaragua' es una película documental que retrata a 18 trabajadoras sexuales. Es el relato de mujeres que dan la cara, que defienden lo que hacen y que exigen respeto a su trabajo

Fotograma de la película documental 'Girasoles de Nicaragua'.
Fotograma de la película documental 'Girasoles de Nicaragua'. Cortesía Camila Films

Nunca había ido al cine. Yessenia Alston, de 37 años, estuvo frente a la gran pantalla por primera vez el pasado 25 de enero y vio una película en la que resulta que ella es una de las protagonistas. Ella y otras tres de sus compañeras. Todas, trabajadoras sexuales.

“Yo creo que todos esperaban una película porno, pero es la otra cara de la moneda”, dice Alston. Girasoles de Nicaragua, una producción nicaragüense de la cineasta francesa Florence Jaugey y estrenada la semana pasada en el país, cuenta la historia de 18 trabajadoras sexuales que desde 2015 han sido acreditadas como facilitadoras judiciales. La Corte Suprema de Justicia (CSJ) les ha concedido autoridad ante los organismos policiales y las oficinas gubernamentales para mediar en conflictos menores.“Se trata de algo inédito en el mundo”, afirma Jaugey.

Cuatro meses de trabajo y al menos 80 horas de grabación se convirtieron en un filme que cuenta la otra historia de las prostitutas nicaragüenses. No es la historia de las que se esconden o sienten vergüenza de su trabajo. Girasoles de Nicaragua es el relato de mujeres que dan la cara, que defienden lo que hacen y que exigen respeto. “Nos han tenido etiquetadas como lo peor. Queríamos mostrarle al mundo que no somos la imagen que tienen de nosotros. Somos mujeres capaces, defendemos nuestros derechos, y además estamos aportando a la justicia en nuestro país. Es contar nuestra propia historia”, dice María Elena Dávila, de 53 años, otra de las protagonistas de la película.

Las facilitadoras judiciales, según el sitio web de la CSJ, son un puente de comunicación entre los operadores de la justicia y la comunidad. “Se trata de un servicio voluntario basado en el liderazgo y el espíritu comunitario para un mejor proceso de acercamiento hacia la justicia”, explica el portal. Primero, comenzaron atendiendo casos que tenían relación con su trabajo: trabajadoras sexuales que eran maltratadas por hombres, prostitutas a las que les quitaban a sus hijos o que eran discriminadas, pero ahora tal y como muestra la película, colaboran con la justicia en otros causas. De abril de 2015 a abril de 2016 han atendido 412 casos, de los cuales únicamente 102 han sido de trabajadoras sexuales.

En el filme no hay actuaciones, es la vida misma. Durante el rodaje nunca se les dijo qué debían y no hacer las participantes. “Simplemente las seguimos en su día a día”, asegura la cineasta. Aunque, según reconoce, una cámara siempre modifica la realidad.

Jaugey, establecida en Nicaragua hace más de 25 años, es reconocida por dirigir Cinema Alcázar (1998), La Yuma (2010) y La Pantalla Desnuda (2014). Rodar esta película, reconoce, ha sido diferente al resto. “Es un documental con el que me encariñé bastante. Hubo mucha complicidad. Aprendí muchísimo de solidaridad, de voluntad, de superación personal”, dice.

Como suele suceder con las producciones nacionales en América Latina, Girasoles de Nicaragua no ha podido competir con las películas de Hollywood que abarrotan salas de cine y permanecen semanas en cartelera. Este documental solo ha estado siete días en uno de los cines más importantes del país, para pasar a proyectarse a partir de este jueves en la Alianza Francesa en Managua. Jaugey asegura que el filme participará en un circuito de festivales internacionales donde intentará que la producción llegue a otros países. Más adelante, afirma, los usuarios podrán verla en línea.

El pasado 25 de enero, cuando Yessenia Alston llegó al cine estaba nerviosa. No sabía qué pensarían de ella los espectadores. Además, verse en la gran pantalla, le hacía gracia y no podía parar de reírse. Una vez finalizada la película, comenzaron los aplausos del público y en ese momento supo que habían logrado dar un paso más en su lucha. “Hemos logrado sensibilizar, hemos conseguido que mucha gente nos vea con respeto, sin estigmas, que nos acepten como lo que somos, personas libres”, dice. Además, esta segura que esta producción será un impulso para lograr uno de los principales objetivos más importantes de las prostitutas de Nicaragua: la regulación del trabajo sexual.

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