_
_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

‘Preacher’, gamberrada celestial

La adaptación del cómic que mezcla religión con vampiros, ángeles y asesinos es una serie espontánea, ágil y muy entretenida

Álvaro P. Ruiz de Elvira
Imagen promocional de 'Preacher'.
Imagen promocional de 'Preacher'.

En este mundo televisivo en el que los superhéroes de cómics llenan nuestras pantallas, ver series basada en tebeos que poco tienen que ver con valientes, honestos y transparentes paladines es un gustazo. Los cómics no son solo historias como The Flash, Supergirl o Arrow. También cuentan historias desagradables y oscuras. Como se ha visto con The Walking Dead, y, ahora en la recién llegada a España HBO (aunque la serie no es suya), Preacher, una de esas historias incómodas llenas de personajes que pueden rozar lo repugnante incluso y que enganchan. Es una gamberrada espontánea, ágil y muy entretenida. Eso sí, no apta para espectadores que no entiendan que la violencia (entre seres sobrenaturales, que nadie se escandalice) y la sangre es parte del espectáculo.

Preacher cuenta la historia de Jesse Custer, el predicador de oscuro y criminal pasado de un pequeño pueblo perdido en medio de la nada en Texas, que es poseído por una criatura sobrenatural. Hasta allí llegarán un par de ángeles, con cierto gusto por las armas, un vampiro irlandés que bien podría ser uno de los protagonistas de Trainspotting (interpretado a la perfección por el británico Joseph Gilgun), una exnovia cabezota y anárquica (estupenda Ruth Negga) y una serie de personajes enigmáticos y carismáticos

Cada personaje tiene su misterio y en el caso de algunos, se tarda en saber qué pintan en todo este extraño tinglado. Pero poco importa. El montaje es dinámico, los actores están bien (quizá el protagonista, Dominic Cooper, es el que tarda más en destacar) y las escenas de acción y las ideas gamberras están bien ejecutadas. No en vano la serie está creada por Evan Goldberg y Seth Rogen, los responsables de películas como Supersalidos o La fiesta de las salchichas y por Sam Catlin, productor y guionista de ficciones como Breaking Bad. Una mezcla que solo podía salir bien o mal. Salió bien.

No he leído la historia original ideada por Garth Ennis y Steve Dillon en 1995, por lo que no puedo asegurar si es una buena adaptación del cómic o no. Lo que está claro es que es una muy buena serie con potencial para dar aún más en próximas entregas. Una gamberrada celestial.

Recibe el boletín de televisión

Todas las novedades de canales y plataformas, con entrevistas, noticias y análisis, además de las recomendaciones y críticas de nuestros periodistas
APÚNTATE

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_