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“Que una novela se te haga muy corta está francamente bien”

Paloma Bravo narra en ‘Solos’ los deseos y frustraciones de cuatro amigos

F. B.
Paloma Bravo, en un céntrico local de Madrid.
Paloma Bravo, en un céntrico local de Madrid. Samuel Sanchez

Ríen, lloran, se confiesan, se tiran los trastos a la cabeza, se quieren. Son cuatro amigos que superan los cuarenta reunidos en una cena: un marido infiel pero leal, una esposa que duda del sentido de su vida, un amigo que quiere pero no quiere ser padre y una amiga que aguanta a todos y alivia su sufrimiento oculto con un ‘yogurín’ veinteañero. Podría parecer una obra de teatro, pero se trata de una novela en la que el narrador zumbón también se entromete y se equivoca como cualquiera de los personajes de Solos (ediciones Alfabia). “Sí, el narrador podría ser como el director de la obra, pero es una novela, con mucha ironía, y me gusta que sea muy dialogada y que los cuatro personajes sean falibles, que ninguno sea villano o héroe, y que te puedas identificar con los cuatro”, explica Paloma Bravo, sobre su tercera novela, tras el éxito cosechado por la adaptación teatral de La novia de papá, su estreno en la narrativa, a la que siguió La piel de Mica.

“Las vacaciones de Semana Santa –cuatro, siete, hasta nueve días, según como caigan- pueden convertirse en una bomba de relojería para una pareja que está siempre ocupada, llena de hijos, de trabajo, de amigos (…)” es el arranque de uno de los capítulos. “Ya se sabe que los divorcios aumentan en vacaciones, sobre todo en septiembre. Incluso en EE UU se registran más peticiones los lunes, tras un fin de semana de deportes en la televisión”, comenta sonriendo la escritora y periodista, profesional del márketing y la publicidad. Su libro, en cualquier caso, no pretende ser un retrato generacional ni un fresco de las relaciones personales, incide, sino una prueba “de que uno está a tiempo de ser quien quiera ser, aunque primero se tiene que cuestionar su vida”.

No es tampoco una novela sobre la crisis de los cuarenta, ni un exponente de la literatura femenina (lo que los anglosajones llaman chick-lit), asegura. “Creo que se plantean preguntas y comportamientos muy generales, como si me siento bien con la vida que llevo, si quiero tener hijos… Al no estar contada en primera persona, como las anteriores, me ha permitido liberarme. Tampoco es una novela para mujeres por el hecho de que yo sea mujer… Por cierto, siempre me hacen las tres preguntas: sobre las novelas para mujeres, sobre la conciliación y sobre la maternidad”.

Sobre Solos planea la posible influencia de Yasmina Reza, de la obra Un dios salvaje, en concreto. Bravo reconoce la maestría de la dramaturga, pero incide en que el mundo ha cambiado y la forma de leer también y eso es lo que pretende reflejar en su "novela dialogada": “Leemos más en diagonal. Más rápido: los whatsapps, los tuits… Que una novela se te haga muy corta está francamente muy bien. Me cansa esa manía de las editoriales de publicar tochos de 500 páginas. Somos una generación que repite frases de películas, de series, de anuncios, y eso se debe reflejar también en la literatura”.

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Sobre la firma

F. B.
Redactor de EL PAÍS en la Comunidad Valenciana. Con anterioridad, ha ejercido como jefe de sección de Cultura. Licenciado en Lengua Española y Filología Catalana por la Universitat de València y máster UAM-EL PAÍS, ha desarrollado la mayor parte de su trayectoria periodística en el campo de la cultura.

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