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CRÍTICA / DISCOS

Todas las almas de Battiato

El artista siciliano resume en una caja antológica más de cuatro décadas de aventura musical, con inéditos y versiones, y sus incursiones como director de cine

El cantautor italiano Franco Battiato.
El cantautor italiano Franco Battiato.

El chorro de creatividad de Franco Battiato (Riposto, 1945) ha sido objeto de diversas retrospectivas, pero ninguna tan ambiciosa como Anthology. Le nostre anime. La caja no deja de lado su vertiente como músico clásico (acapara el último de los seis CD) e incluye su interesante faceta como cineasta (4 DVD, con los largos Perduto amor, Musikanten y Niente è come sembra). ¿Significa eso merma a la hora de representar al Battiato más popular? En absoluto: se recoge entero (con mezclas actualizadas, hay 17 en la antología) el imprescindible La voce del padrone (1981). Así como otros ejemplos de cómo el siciliano imantó el pop de los ochenta con su contaminación de influencias sonoras y textos repletos de citas y apariencia inconexa.

Lo irónico es que aquella senda, prodigio de acuerdo entre crítica y público, convenciera a colaboradores entonces clave como el arreglista de formación clásica Giusto Pio más que al propio Battiato. Su entente había sucedido a la etapa de este en la vanguardia setentera con el sello Bla Bla. Y la mirada a aquel Battiato progresivo puede resultar discutible: los 15 cortes que se le dedican en la caja conforman un medley a cargo del Joe Patti’s Experimental Group, su alter ego y banda actuales. Completan ese CD ocho temas de distintas épocas con un nexo: la marcada carga espiritual, otro de los ingredientes que definen al músico. También existe el político: escúchense ‘Povera patria’ o ‘Inneres Auge’.

La sociedad con el escritor y filósofo siciliano Manlio Sgalambro (casi dos décadas de letras suyas, desde mediados de los noventa) vertebra el resto de la producción de estudio, se asomara Battiato al rock o bien a lo experimental. En orden creciente, los álbumes de esos años con mayor representación son Gommalacca (1998), Apriti Sesamo (2012) y, sobre todo, Il vuoto (2007), incluidos dos temas en nuevas versiones (en el total de la caja se han rehecho siete).

El artefacto y su reducción a tres discos (existe otra de solo dos llena de cortes en español) ofrecen como novedades un par de inéditos propios, un cover del clásico de Mina, ‘Se telefonando’, y un prescindible dueto con Mika que aborda en inglés ‘Centro di gravità permanente’. Más lustre tuvo el encuentro con Antony Hegarty: parte de su concierto conjunto en Verona (2013) supone el único exponente, junto a dos números de Giubbe Rosse (1988), de las entregas en vivo de Battiato. Y el muestrario de covers de la serie Fleurs subraya su amor por la chanson y por la escuela genovesa de cantautores tipo Gino Paoli o Fabrizio De André. Enorme.

Anthology. Le nostre anime. Franco Battiato. Universal

10 CANCIONES DE UN TRAYECTO POLIÉDRICO

‘Energia’ y ‘Meccanica’ (1972)

En el marco de un show en televisión, versiones reducidas de dos cortes de Fetus, el primer disco de la etapa experimental de Battiato bajo el auspicio del sello milanés Bla Bla.

‘Centro di gravità permanente’ (1981)

La cumbre popular. El siciliano se mostraba capaz de activar hasta al oyente más soso con esa búsqueda de un centro de gravedad no cambiante para las ideas. Capitanes, jesuitas o emperadores de la dinastía Ming aliñan el hit por antonomasia de La voce del padrone, primer álbum italiano en vender más de un millón de copias.

‘Bandiera Bianca’ (1981)

Otro de los epítomes de la impronta pop de Battiato en los ochenta: ecos de distintos sonidos y collage en unas letras que no excluyen los dardos (aquí de denuncia social y sobre gustos musicales). Aún ondea la inmarchitable bandera blanca.

‘La stagione dell’amore’ (1983)

La apertura de Orizzonti perduti, primera obra tras su explosión comercial. Además de las intervenciones de Giusto Pio al violín, prima en el disco la electrónica. Y ya se sabe: no hay edad para los amores, su estación viene y va.

‘Nómadas’ (1987)

Titulaba el álbum de versiones en castellano (del periodo 1979-1985) que llegó en España al disco de platino. La toma en italiano de la canción no se publicaría hasta el año siguiente. Y su componente espiritual, aunque a Battiato no le falte, proviene de los años que pasó como monje benedictino el autor de la misma, Juri Camisasca.

‘Povera patria’ (1991)

Come un cammello in una grondaia fue el trabajo con el que el artista de Catania abría los noventa. Dedicaba una cara a composiciones propias y la otra a varios lieder con la firma de Wagner, Bramhs o Beethoven. Este lamento crítico sobre el estado de la política italiana brillaba entre las suyas.

‘Shock in my town’ (1998)

Para Gommalaca, el filósofo Manlio Sgalambro ya formaba parte como letrista del método creativo del músico. El disco combina beats con agresividad rock y arranca aludiendo al deterioro urbano de adicciones y deshumanización. En el tema, que incluye un mensaje para escucha al revés, lo mismo se mencionan conceptos tántricos que a The Velvet Underground.

‘Il vuoto’ (2007)

Superados los 60, y en este corte del que tomaba el nombre su vigésimo quinto álbum, Battiato se hizo acompañar de la banda femenina de rock alternativo MAB. El cuarteto sardo le respaldó también en su gira por España.

‘Del suo veloce volo’ (2013)

La adaptación al italiano del ‘Frankestein’ de Antony and the Johnsons ya aparecía en una de las colecciones de Battiato de temas ajenos, Fleurs 2. Luego grabarían juntos un disco en vivo en la Arena de Verona con canciones de ambos e invitadas como Alice, repitiéndose el dueto con el que ella y Battiato compitieron en 1984 en Eurovisión: ‘I treni di Tozeur’.

‘Le nostre anime’ (2015)

Uno de los inéditos de la antología más completa del genio siciliano. En él comparece el cantautor de vena reposada y melancólica para relatar el reencuentro de dos viejos amantes.

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