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La NFL emite por primera vez un anuncio sobre violencia machista

El espacio de 30 segundos fue contratado durante la final de la Super Bowl

Un salón destrozado, una cama deshecha, libros en el suelo y platos de varios días esperando en el fregadero sin limpiar. El primer anuncio sobre violencia de género que se haya emitido en Estados Unidos durante la final de la Super Bowl, el evento deportivo más visto del año, todos los años, no muestra víctimas ni agresores. Son 30 segundos de una conversación en la que una mujer hace que pide una pizza, cuando en realidad ha llamado a la policía con la esperanza de que el agente sepa oír el miedo en sus silencios.

Hace apenas cuatro meses las imágenes grabadas por una cámara de seguridad en un ascensor sí mostraban a un jugador de la NFL dando un golpe en la cara a su prometida y cómo ella quedaba inconsciente en el suelo. El futbolista, Ray Rice, arrastraba después el cuerpo de la mujer para sacarlo al pasillo. Cuando el vídeo llegó a las autoridades de la liga más importante de EE UU, decidieron suspender a Ray con dos partidos sin jugar.

Los 30 segundos que ha comprado la NFL para difundir su campaña contra la violencia machista son históricos, pero han sabido a poco. No fue hasta 2014 cuando la Liga decidió tomar medidas contra sus jugadores, como la expulsión inmediata en el caso de denuncias contra ellos por abusos. Y no fue hasta que varios patrocinadores decidieron retirar sus contribuciones multimillonarias a la competición. Ni hasta que los medios de comunicación, reproduciendo de manera ininterrumpida aquellas imágenes desde el ascensor, obligaron a desviar la mirada desde el césped hasta los despachos de la NFL.

El anuncio titulado ‘No More’ dice que “cuando las víctimas no pueden hablar, nuestro deber es escuchar”. Durante la primera parte de la campaña, difundida en Internet con todos los ingredientes de un viral de éxito, varios futbolistas y personajes famosos decían “no” a las excusas ofrecidas una y otra vez para justificar desde la violencia hasta la impunidad con la que la habían tratado las autoridades hasta ese momento. La pregunta que sonó más alto durante el caso Rice se repetía tras la emisión del partido, ¿por qué no escuchó la NFL cuando el vídeo de la agresión llegó a sus manos?

Numerosas organizaciones e instituciones pidieron la dimisión del comisario de la NFL Roger Goodell por su mala gestión del caso Rice y la ausencia de una condena inmediata a los abusos. Goodell preside una liga en la que, según datos recabados por el diario San Diego Tribune, 21 de los 32 equipos de la competición cuentan con un jugador que tiene antecedentes penales por violencia de género o agresión sexual.

La NFL se ha comprometido a donar cinco millones de dólares anuales durante cinco años para luchar contra los abusos. Como el gesto de 30 segundos de vídeo en un descanso del partido, el donativo resulta tímido viniendo de una industria que mueve cerca de 10.000 millones de dólares al año, en un país donde los centros de asistencia telefónica a víctimas de violencia machista reciben 22.000 llamadas al mes, una de cada cuatro mujeres y uno de cada siete hombres sufren abusos en algún momento de sus vidas, y tres mujeres son asesinadas por sus parejas o sus maridos cada día.

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