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Titanus, el sueño de Italia

Un libro recupera la memoria de la productora que construyó la identidad del cine italiano tras la Segunda Guerra Mundial

Rodaje de 'El gatopardo' de Luchino Visconti.
Rodaje de 'El gatopardo' de Luchino Visconti.

Cuando en 1960 Luchino Visconti presentó Rocco y sus hermanos la censura italiana puso el grito en el cielo acusándola de inmoral y a su director, entre otros adjetivos, de obsceno. Entre los "pecados" de la película, los vigilantes de la moral denunciaban el realismo de la secuencia de la violación de la prostituta Nadia interpretada por Anne Girardot. El productor de la película, Goffredo Lombardo, temiendo que peligrara la integridad del filme—que acabó sufriendo cortes— tuvo la genial ideal de "ensombrecer" la escena salvándola in extremis de las iras censoras. “La gente la ve bien, solo que ahora es un poco más oscura” se justificaba el productor a propósito de su “invento” creativo.

Con ocasión del pasado Festival de Locarno se ha publicado Titanus. Cronica familiare del Cinema italiano (Edizione Sabinae), un libro que repasa la historia de esta productora italiana dirigida por la saga familiar Lombardo, que escribiría una buena parte de la trayectoria creativa del cine italiano del siglo XX. Como señala Carlo Chatrian, el director del Festival, “la historia de Titanus es una lente maravillosa a través de la cual se lee el cine italiano”. Un escudo con las siglas Titanus señalará la marca de la productora que hará posible esa combinación de cine popular y cine de autor, de melodrama regional y comedia de merendero donde sobresale el erotismo exuberante y provocador de las maggiorate; esa belleza made in Italy que se acuña en la postguerra y que ha llegado hasta nuestros días en los físicos de Maria Grazia Cucinotta o Monica Bellucci.

Después de la Segunda Guerra Mundial el cine se convierte en el espectáculo por excelencia. Los teatros de la península se transforman en salas de proyección iluminadas por nombres de fantasía o que evocan pasados de grandeza: Paradiso, Lux, Splendor, Versalles, Capítol, etc. Espacios que después tendrán su tributo cinematográfico (Fellini, Tornatore) y donde el espectador proyecta sus sueños en medio de un país en reconstrucción. Para Titanus se abre su gran edad de oro forjando las señas de identidad del cine italiano de la segunda mitad del siglo XX.

Fundada en 1904 por Gustavo Lombardo, un joven napolitano que ha dejado sus estudios de Derecho por la distribución de películas en el sur de Italia, la productora se afianza en el mapa cinematográfico italiano con sus producciones de acento regional. Melodramas o comedias protagonizados por Leda Gys (Giselda Lombardi), una de las grandes estrellas del cine mudo italiano que se convierte en la imagen de la productora. La actriz triunfa con sus melodramas napolitanos que tienen un gran eco al otro lado del Atlántico entre la colonia ítalo-americana emigrada a los Estados Unidos. De la unión de la actriz y el productor nacerá Goffredo Lombardo, el hombre que continuará el proyecto y que acabara dándole a Titanus su impulso internacional.

Goffredo Lombardo al frente de Titanus y Riccardo Gualino, director de la Lux, la otra gran productora italiana, señalan esta primera etapa del cine italiano de postguerra a la que se unirán otros nombres como Dino de Laurentiis, Franco Cristaldi, Carlo Ponti, etc. Para la Titanus se inicia una época donde forjará un star system de acento autóctono con actrices como Sophia Loren, Gina Lollobrigida, Lucia Bosé, Silvana Mangano, muchas de ellas surgidas de los populares concursos de belleza, y a las antípodas de la ideología neorrealista. Uno de los primeros grandes éxitos de la productora es el melodrama regional Catene (Raffaello Matarazzo, 1949) con la mítica pareja Amadeo Nazzari e Yvonne Sanson que reafirma esa vertiente del drama sentimental dentro de la cinematografía italiana. Titanus, como otras productoras, renovaran y adaptarán a los nuevos tiempos géneros tradicionales como el melodrama y la commedia dell’arte muy arraigados en la memoria colectiva italiana. Un cine de carácter popular que arrastra al público a las salas produciendo cifras récord de asistencia en esos años.

Titanus bajo el mandato de Goffredo Lombardo sirve de plataforma para una generación de nuevos creadores como Damiano Damiani, Emmano Olmi, Valerio Zurlini, Francesco Rosi y otros realizadores que hacen sus primeras armas cinematográficas. En su camino se cruzan nombres como Federico Fellini (Almas sin conciencia, 1955), Luchino Visconti (Rocco y sus hermanos, 1960, El Gatopardo, 1964) géneros como el péplum, La batalla de Maratón (Jacques Tourner, 1959) o las inevitables coproducciones con Hollywood, La maja desnuda (Henry Koster, 1958) Escándalo en la corte (Michael Curtiz, 1960) o Sodoma Gomorra (Robert Aldrich, 1965) una producción cuyos costes acabarán llevando a la ruina a la productora.

Titanus ejercerá como una especie de Metro Goldwyn Mayer o la Fox con acento italiano. Bajo sus siglas se forjan algunas de las grandes estrellas que después traspasaran la frontera italiana: Sophia Loren, Gina Lollobrigida, Claudia Cardinale o el cómico napolitano Totó. De esta época son las series Pane, amore y Poveri ma belli dirigidas por Luigi Comencini y Dino Risi llenas de vitalidad popular y erotismo a pesar de los administradores demócrata-cristianos y la Iglesia. Como señala Carlo Chatrian, director del Festival de Locarno “Titanus construyó una narrativa que fue capaz de representar un país sin eliminar su diversidad”.

El último periodo de oro de la productora está señalado por una de las grandes obras del cine italiano del siglo XX, la producción de El Gatopardo a partir de la novela de Giuseppe Tomasi di Lampedusa. La película recibe una buena acogida en Italia y en Europa , pero constituye un fracaso comercial en los Estados Unidos. El sobrecoste económico de la película acaba sumándose a otro desastre comercial, la producción del péplum Sodoma y Gomorra que la precipita al desastre financiero y un agujero económico de 5.000 millones de liras. Se cerraba todo un periodo del cine italiano que todavía tendrá tiempo de vivir algunos de sus mejores años.

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