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El último viaje de James Dean

Un libro reconstruye la amistad del actor con Dennis Stock, autor de sus más célebres retratos Anton Corbijn prepara una película sobre la relación de la estrella y el fotógrafo

Toni García
El actor James Dean.
El actor James Dean.dennis Stock / magnum Photos

“Yo solía llamarle Dennis the menace por unos dibujos animados que daban en la tele en aquella época [se tradujeron por Daniel el travieso]. Es el tipo más cool que he conocido en mi vida, te lo aseguro, pero cuando le mirabas sabías que no tenía tiempo para chorradas. Era un hombre afable, de pocas palabras, pero increíblemente directo”. Lo cuenta Michael Shulman por teléfono desde Nueva York. Shulman es directivo de la agencia fotográfica Magnum, probablemente la más importante del mundo en su género, y “el travieso” no es otro que Dennis Stock, uno de los mejores fotógrafos de la historia y leyenda de la profesión en EE UU. “Un maestro, una figura clave para entender la fotografía en los cincuenta y sesenta, creo que hemos tardado mucho en hacerle justicia”, reconoce el editor Tony Nourmand, cigarrillo en mano, a las puertas de un pub en Londres.

Los fans de Stock podrán admirar por fin el conjunto de su obra editada por Nourmand en un impresionante tomo, Dennis Stock: american cool (editorial Reel Art Press) que aparecerá la semana próxima en todo el mundo y tiene como uno de sus principales reclamos la reconstrucción de la amistad del fotógrafo con James Dean. Suyas son algunas de las fotos más icónicas del actor, a quien además acompañó en su útimo y no tan conocido viaje a Fairmount (Indiana), donde Dean fue al colegio y donde está enterrado. En el libro también podrán admirarse las escapadas de Stock al Village para fotografiar a los poetas, sus visitas a las agencias de publicidad de Madison, sus viajes a California para documentar el movimiento hippy o sus legendarias fotos de jazz (Miles Davis, Charlie Parker o Louis Armstrong).

“Dennis conoció a Dean cuando aún no era el icono en el que iba a ser y los dos conectaron de una forma muy íntima”, explica Shulman, que compartió oficina con Stock desde 2002 hasta la muerte del fotógrafo, en enero de 2010. “Su amistad arrancó a principios de 1955 y Dennis hizo muchas fotos de Dean en Nueva York. Life publicó esas fotos el 7 de marzo de ese mismo año junto con otras, como aquella donde se ve a Dean, con un abrigo negro y un pitillo en la boca, cruzando Times Square bajo la lluvia”.

Cuando James Dean murió, en septiembre, la foto se reprodujo por miles y se convirtió en parte de la leyenda. “Lo curioso”, continúa el directivo de Magnum, “es que esa foto no acababa de gustar a Dennis y él contaba que fue el propio Dean el que le apremió a apretar el percutor”.

Fotgrafía de James Dean de Dennis Stock.
Fotgrafía de James Dean de Dennis Stock.dennis Stock / magnum Photos

Las instantáneas del último viaje a casa, en Indiana, con un Dean muy alejado de la imagen que después cultivarían sus admiradores, han inspirado a otro fotógrafo, Anton Corbijn, director de películas como Control y colaborador de U2 y Tom Waits, para dirigir una película sobre la amistad entre este y Stock. Un proyecto que confirmaba en Toronto el actor Dane DeHaan, que interpretará a Dean, mientras que —si no hay cambios de última hora— Robert Pattinson (Crepúsculo) se pondrá en la piel de Stock: “Obviamente, es bastante intimidatorio interpretar a una leyenda como James Dean, pero en realidad no hablamos tanto de él como de la amistad que le unía a Dennis Stock, de ese sentido del humor que les conectaba y del viaje que hicieron a Indiana y que fue muy revelador para ambos, antes de que James Dean se convirtiera en… bueno, en James Dean”, contaba DeHaan.

Stock fue, ante todo, un reportero. Son célebres sus fotografías sobre la inmigración a principios de los años cincuenta, o sus visitas a los sets de rodaje hollywoodienses (cuentan que Charlton Heston felicitó al fotógrafo por su trabajo en el plató de El planeta de los simios) o su cobertura de diversos eventos en la ciudad de los rascacielos, como la apertura del Museo Guggenheim en 1959. Stock trabajó desde 1954 para Magnum, donde pasó la mayor parte de su carrera profesional. Entre sus colegas de juergas estaban Humphrey Bogart, Duke Ellington, Billy Wilder o el mismísimo Stanley Kubrick. Durante una época el fotógrafo se dedicó al mundo del cine, y en los encargos que cayeron en sus manos se cuentan la foto fija de Vidas rebeldes, donde trabó amistad con Marilyn Monroe, o la dirección de la segunda unidad en Lolita, el filme de Kubrick de 1962. Su fama de tipo duro, poco dado a la charla de cortesía, le convirtió, a ojos del frívolo Hollywood, en alguien en quien se podía confiar, un hombre discreto capaz de guardarse para sí mismo cualquier amago de escándalo. Marlon Brando, Audrey Hepburn o Grace Kelly pasaron por su objetivo y con el tiempo Stock sería uno de los hombres más respetados en la meca del cine. A pesar de ello, el fotógrafo volvió a Nueva York para ocuparse del amor de su vida. “Dennis Stock estaba enamorado de la fotografía”, remata Nourmand, “probablemente por eso su trabajo sigue siendo tan relevante a día de hoy como lo era hace 50 años”.

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