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Low: menos es mucho más

La banda estadounidense de música alternativa publica ‘The invisible way’ El álbum, con el que celebran su 20º aniversario, ha sido producido por Jeff Tweedy de Wilco

Steve Garrington, Alan Sparhawk y Mimi Parker, componentes de Low.
Steve Garrington, Alan Sparhawk y Mimi Parker, componentes de Low.Zoran Orlic

Algo más de 700 kilómetros separan las ciudades de Duluth y Chicago. Esa es la distancia que recorrieron los tres componentes de Low para conocer el estudio de grabación de Jeff Tweedy, celebrado líder de Wilco. Semanas más tarde de este primer encuentro, los cuatro estaban encerrados trabajando en el sonido natural y orgánico de The invisible way, décimo disco de Low, la banda que dirige el matrimonio mormón formado por Alan Sparhawk y Mimi Parker.

Fue un proceso sencillo, rememoran sus autores, debido en gran parte a las cualidades humanas de Tweedy. “Me gustan los discos de Wilco. Mucha gente hace buenos discos, pero eso no significa que puedan ser buenos productores”. Para el gusto de Alan Sparhawk, guitarrista y principal vocalista de la banda, Jeff Tweedy resultó ser uno de ellos. “Es muy cercano y entregado, así que ha sido fácil encontrar un lenguaje común”, recuerda Sparhawk al otro lado del teléfono. “Y eso que normalmente aparenta ser una persona muy reservada”.

La mayoría de la gente tiene miedo de su espiritualidad y lo que la rodea

Iconos del indie estadounidense, Low llevan a sus espaldas 10 discos y este año celebran dos décadas desde su formación. ¿De verdad necesitan a estas alturas la figura de un timonel que ponga orden en el estudio? “Parece un detalle tonto, pero necesitábamos a alguien de fuera en quien confiar. Hemos hecho suficientes discos para saber por experiencia que hace falta quien sirva de guía a la hora de tomar decisiones”.

El papel de Tweedy consistió, sobre todo, en que se ciñeran al plan establecido, ese que se ha convertido en la marca de la casa del trío: emplear el menor número de elementos posible. Esa naturaleza minimalista sobrevuela en las 11 canciones del álbum: los pianos y las guitarras acústicas ocupan el lugar que han dejado las eléctricas y las habituales letanías de Alan Sparhawk y la percusionista y vocalista Mimi Parker. “Al principio era un poco escéptico sobre el uso del piano. De alguna manera, no fue una elección, llega solo. Son las canciones las que dictan como es el disco. Y en este caso las canciones han sido simples, rugosas, directas y personales, casi como gospel o soul”.

Hay algo mágico, sostiene Sparhawk, a la hora de componer las canciones. Y también algo de impredecible cuando el resultado se plasma en una grabación. Puede resultar en un disco más acústico como su última referencia, dejar asomar algunos trazos electrónicos –como Drums and guns, de 2007– o contar con el productor de Avril Lavigne –como en su álbum anterior, C’mon–. Al final, la simplicidad y el minimalismo de la banda acaban aflorando. “Cuando hicimos Drums and guns nos dimos cuenta de que daba igual lo que hiciéramos, mientras lo hiciéramos siendo honestos, usando nuestras voces, siempre será Low”. La filosofía, en todo caso, es la misma: “Siempre intentamos hacer las cosas bastante mínimas, exprimir al máximo el menor número posible de cosas. Esa es la estética en la que intentamos movernos”.

Parte del proceso del que habla tiene que ver con su lado más espiritual: abiertamente religioso, el cantante de Low es uno de los mormones más conocidos del mundo del rock. ¿No le molesta que se le mire, en ocasiones, como a un bicho raro? “Es divertido y, a veces, raro”, responde. “Creo que la mayoría de la gente tiene miedo de su espiritualidad y todo lo que la rodea, se niegan a hablar del tema”.

Con la misma naturalidad con la que Alan Sparhawk (y señora) abordan el asunto, el misticismo asoma de manera inevitable en el proceso de creación: “Me afecta a la hora de componer, porque forma parte de la manera en que entiendo el mundo. Intento escribir sobre las cosas desde el corazón, desde el alma”.

Eso sí, la gente del rock parece entender su filiación, mucho más fuera de su país. “Cualquiera en contacto con la música está más cómodo hablando sobre el tema que mucha gente normal. Sobre todo en América, donde la gente es muy rara, obstinada y paranoica con la religión”, sentencia el cantante, incluso algo risueño cuando trata un tema tan trascendente. “No sé, la gente se tiene que relajar y hablar con naturalidad de lo que les importa, del mundo que nos rodea”, explica Sparhawk. “Al fin y al cabo, todos estamos conectados”.

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