OBITUARIO

Adrián Otero, la voz del blues porteño

Fue el líder del grupo argentino Memphis La Blusera

Adrián Otero, líder del grupo argentino de blues Memphis la Blusera. NÉSTOR SIEIRA (CLARÍN)

Adrián Otero, líder del grupo Memphis La Blusera, falleció el pasado día 12 de junio a los 53 años en un accidente de carretera en la provincia argentina de Córdoba. Otero había nacido en Buenos Aires el 31 de julio de 1958 y le había puesto a las letras de sus canciones algo del clásico macho tanguero y de las materias de psicología que había estudiado. Su vozarrón marcó un estilo que lo distinguió también en otros países de América Latina.

El blues no era nada típico del delta del río Paraná, donde desemboca el del Plata, sino del Misisipi, pero comenzó a tener su versión argentina en...

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Adrián Otero, líder del grupo Memphis La Blusera, falleció el pasado día 12 de junio a los 53 años en un accidente de carretera en la provincia argentina de Córdoba. Otero había nacido en Buenos Aires el 31 de julio de 1958 y le había puesto a las letras de sus canciones algo del clásico macho tanguero y de las materias de psicología que había estudiado. Su vozarrón marcó un estilo que lo distinguió también en otros países de América Latina.

El blues no era nada típico del delta del río Paraná, donde desemboca el del Plata, sino del Misisipi, pero comenzó a tener su versión argentina en la década del 60 con el grupo Manal. “El inventor del blues tango fue Javier Martínez, de Manal”, decía Otero. “Ellos empezaron con la poesía urbana, barrial, metida dentro del rock y del blues. Después vinimos nosotros”, añadía el cantante de Memphis, banda que se formó en 1978, se disolvió 30 años más tarde y en el camino dejó canciones populares como Montón de nada, La flor más bella y Moscato, pizza y fainá, un tema que evoca a la típica combinación de vino dulce barato con el plato italiano que los argentinos dicen que cocinan mejor que sus ancestros europeos.

La infancia y la juventud de Otero transcurrió por los barrios del oeste de Buenos Aires, como Versailles, Mataderos, Floresta y Villa Luro, de donde surgió su pasión por el fútbol del Vélez Sarsfield. Hijo de un oficial de la Marina, siempre se distinguió en el mundo de la música por posiciones políticas de derechas, a favor del expresidente Carlos Menem y del alcalde porteño, Mauricio Macri. Usaba a veces corbata, decía que creía en la familia, en casarse por iglesia y bautizar a sus dos hijos, más allá de que también pasó sus años de cocaína y alcohol. Después de estudiar algo de psicología se fue de Argentina con 92 dólares en el bolsillo para dar una vuelta por América, Europa y África. Fueron cinco años de viaje en los que trabajó de conserje de hotel, ayudante de cocina, periodista deportivo y músico callejero.

Al regresar se unió a Memphis, que lideraba Daniel Beiserman y en el que tocaban también Alberto García, Emilio Alfano, Eduardo Anetta, Fabián Prado y Emilio Villanueva. Durante años actuaron en pequeñas salas de la escena alternativa. Tenían su público fiel. “Éramos tipos comunes y eso era raro para la época”, decía Otero. En la década de los noventa saltaron a la fama al presentarse en el programa del conductor más popular de la televisión argentina, Marcelo Tinelli. Algunos de sus antiguos seguidores se sintieron desilusionados con esta etapa más comercial. “El rock, que debería ser el lugar de la libertad, a veces es el más sectario, prejuicioso e intolerante. Si vamos a la televisión, es para ocupar un espacio que si no, ocuparían otros”, se defendió Otero en aquel tiempo. Memphis, La Mississipi y el solista Pappo eran los más importantes exponentes del blues argentino, género que también desarrollaron Las Blacanblus y Pescado Rabioso.

En 2008, y después de 13 discos, desapareció Memphis. El cantante dijo que su antiguo grupo estaba sin destino y se había convertido en “la nada misma”. Sus compañeros formaron una nueva banda y él inició entonces su carrera solista. Grabó un disco, que pasó sin pena ni gloria, y estaba preparando otro. “Es una persona clave en la difusión del blues, que era fantasmagórica en Argentina”, dijo el martes el músico de jazz Javier Malosetti. “Tenía esa cosa de no disimular su argentinidad, más allá de que cantaba una música que es de otro mundo”, añadió Malosetti. Muy de Buenos Aires, Otero se había mudado hace poco a la tranquilidad de las sierras de Córdoba, a Capilla del Monte, y conduciendo junto a su novia por la autopista él encontró la muerte y ella sobrevivió.

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