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El quebrantahuesos remonta el vuelo en Andalucía

El centro de cría de Cazorla marca un récord en la recuperación de esta especie y adopta pollos desde Francia y el Pirineo catalán

'Pirenaico', uno de los últimos polluelos de quebrantahuesos recuperados en el centro de cría de Cazorla, en Jaén. / JUNTA DE ANDALUCÍA
'Pirenaico', uno de los últimos polluelos de quebrantahuesos recuperados en el centro de cría de Cazorla, en Jaén. / JUNTA DE ANDALUCÍA
Ginés Donaire

El quebrantahuesos se recupera a pasos agigantados en Andalucía. El centro de cría Guadalentín, emplazado en uno de los picos de las sierras de Cazorla, Segura y Las Villas (Jaén), se ha convertido ya en un referente europeo en la reintroducción de esta especie que durante décadas fue duramente perseguida por entender que era una amenaza para el ganado y los cazadores. Nunca antes habían nacido en una misma temporada 10 ejemplares de esta rapaz en unas mismas instalaciones, como ha ocurrido este año en Cazorla.

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En toda Europa se estima que existen unas 200 parejas reproductoras, de las cuales unas 100 habitan en territorio español. Además, el contingente ibérico mantiene una tasa de crecimiento notable y buena culpa de ello la tiene el centro de cría Guadalentín. Desde su apertura en 1996, en este centro han nacido y sobrevivido 102 pollos de quebrantahuesos, muchos de los cuales han surcado los cielos de Andalucía, y también los del macizo central francés o los Alpes francés o italiano, según destaca Francisco Rodríguez, director del centro de cría de Cazorla.

A los 10 pollos nacidos en lo que va de año, que es el mayor número de la historia en un centro de cría en Europa, hay que unir las cinco parejas de esta especie que han realizado puestas en libertad. Junto a esto, ocho pollos han sido liberados en este período de los nacidos en cautividad en Cazorla. Uno procedía de un nido en libertad en el Pirineo catalán. Llegó con apenas 40 días de vida. Uno de sus padres había fallecido y el otro era incapaz de garantizar por sí solo el alimento necesario para sacar adelante a su cría. Cada minuto que pasaba, este polluelo de quebrantahuesos tenía las horas contadas.

Al final, huérfano de protección, fue rescatado por los agentes rurales de la Generalitat y llevado a las instalaciones para la recuperación de esta especie en Lleida. En el mismo transporte que trasladó al polluelo pirenaico desde Cataluña hasta el centro de cría de quebrantahuesos de la Junta de Andalucía en Jaén, iban dos recién nacidos procedentes de Francia. Uno del ZooParc de Beauval y otro del centro de Asters. Ambos ejemplares son portadores de una genética muy especial para la conservación de la especie.

El quebrantahuesos (Gypaetus barbatus) contaba con una población abundante en toda Andalucía a finales del siglo XIX. Pero debido a la caza y al expolio de huevos, en 1987 se extinguieron de los cielos de esta comunidad. Según la Sociedad Española de Ornitología (SEO/BirdLife), la principal amenaza que afecta a la especie es el repunte del uso del veneno, una actividad ilegal que supone más del 30% de las bajas sufridas por la rapaz. Además, la caza ilegal, los accidentes con tendidos eléctricos, la contaminación con sustancias químicas, la desaparición de las prácticas ganaderas tradicionales, la disminución de los recursos alimenticios, las molestias en las áreas de cría y la competencia por los lugares de nidificación con el buitre leonado son otros condicionantes que han retrasado la recuperación de esta especie. El quebrantahuesos está incluido en el Libro Rojo de las aves de España como “En peligro” y aparece en la categoría de “En peligro de extinción” en el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas.

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Un nuevo sistema de asentamiento

Desde 2013, el proyecto de reintroducción del quebrantahuesos de la Junta de Andalucía innova con el sistema de hacking, ahora realizado en cuevas en altura y no en abrigos a ras de suelo. Se trata de una técnica que aprovecha el instinto filopátrico de la especie para conseguir que el ejemplar liberado asimile el área de suelta como su lugar de nacimiento y, por tanto, regrese a ella para asentarse y reproducirse.

El quebrantahuesos es un ave inconfundible y de gran tamaño, que puede sobrepasar los 2,80 metros de envergadura, lo que lo convierte en una de las rapaces más grandes de la fauna europea. Los pollos liberados este año han recibido los nombres de entidades estatales consagradas a la conservación de la biodiversidad con más de 40 años de actividad (Brinzal, Fapas, Grefa, Quercus, Depana, Adenex, Panda y Seo), como homenaje a las personas que durante años han contribuido a la protección de esta especie en peligro de extinción. Dos de las aves se liberaron en el Parque Natural de la Sierra de Castril, en Granada, mientras que las seis restantes lo fueron en el Parque Natural de Cazorla, Segura y Las Villas. Al igual que sucedía en 2020, las sueltas de 2021 han estado marcadas por la pandemia del Covid, elevando considerablemente el grado de complejidad de las actuaciones asociadas a este procedimiento.

A los pollos nacidos en libertad que han iniciado el vuelo se les realizó un marcaje previo por el Seprona de la Guardia Civil, quienes colaboran activamente en la protección de la especie. Boni, Lopezosa y Capitel son los nombres de estos ejemplares que ya vuelan por cielos andaluces. El Centro de Cría de Guadalentín, ubicado a 1.300 metros de altitud en la Nava de San Pedro, está gestionado por la Vulture Conservation Foundation y otros centros extranjeros, como el zoo de Berlín, el de Liberec (República Checa) y el de Tallín (Estonia).

El primer ejemplar que rompió el cascarón en estas instalaciones lo hizo hace casi 20 años, concretamente, en febrero de 2002. La consejera andaluza de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible, Carmen Crespo, ha destacado “la necesaria colaboración entre administraciones” y “el extraordinario trabajo” que se está llevando a cabo para la recuperación de esta especie. “Andalucía es un referente a nivel mundial en la conservación y cría en cautividad de estas aves”, ha enfatizado Crespo.

Si en Andalucía la extinción del quebrantahuesos se produjo en la década de los 80, en el Parque Nacional de Picos de Europa, que se extiende por territorio de Asturias, Castilla y León y Cantabria, la desaparición de esta rapaz se remonta al año 1956. Pues bien, el año pasado se registró el primer nacimiento de quebrantahuesos en los Picos de Europa, un polluelo nacido a partir de la pareja que formaban Deva y Casanova.

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