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Israel impone el secreto oficial sobre el mayor vertido en una década en la costa del país

Miles de soldados y voluntarios se movilizan para salvar la fauna y limpiar las playas contaminadas por el chapapote

Juan Carlos Sanz
Vertidos Israel
Un soldado con un traje de protección sostiene un trozo de alquitrán en las operaciones de limpieza del vertido en la Reserva Natural de Sharon Beach, en Israel, el pasado lunes.Ariel Schalit (AP)

Toneladas de alquitrán acechan como una plaga bíblica sobre la costa de Israel tras el mayor vertido registrado en una década en ese rincón del Mediterráneo oriental. Desde que hace una semana se detectaron las primeras manchas de chapapote, cerca de 170 kilómetros de litoral han quedado tiznados de negro para mucho tiempo. Miles de soldados y voluntarios se han movilizado para poner a salvo la fauna y limpiar las zonas contaminadas.

El Gobierno ha impuesto el silencio sobre la investigación de la catástrofe medioambiental, en la que pueden estar involucrados una decena de barcos, según datos de la Agencia Europea de Seguridad Marítima. Todas las playas comprendidas entre la frontera libanesa y la franja de Gaza han sido cerradas al público, y las autoridades de Beirut han confirmado también la presencia de manchas de brea en sus costas meridionales.

El tribunal de Haifa (norte de Israel) que ha aprobado la orden de secreto oficial, sigue sin permitir la publicación de la identidad de los buques sospechosos de haber navegado en el área donde se localiza una gran mancha oleosa, a 50 kilómetros de la costa, en la que el 11 de febrero se produjo previsiblemente el vertido.

El diario Haaretz apunta al petrolero de bandera griega Minerva Helen como presunto responsable de la contaminación marítima. La compañía armadora ha negado cualquier implicación del buque, que navega en dirección hacia España según el portal de seguimiento naval Marine Tracker. En Israel es habitual la imposición de silencio a los medios de comunicación en materia de seguridad y defensa. Un servicio de censura militar vela por su cumplimiento.

Una voluntaria israelí muestra una tortuga cubierta de brea del vertido, el sábado en Hadera.
Una voluntaria israelí muestra una tortuga cubierta de brea del vertido, el sábado en Hadera.Ariel Schalit (AP)

La ministra de Medio Ambiente, Gila Gamliel, se ha comprometido a presentar con urgencia un informe sobre los medios de protección del país ante las amenazas a la naturaleza. Israel invierte ingentes sumas en seguridad y defensa, pero cuando se producen grandes incendios forestales se ve obligado a pedir ayuda a países vecinos —como Grecia o Chipre—, ya que apenas dispone de medios aéreos para combatir las llamas. Tampoco cuenta con satélites de observación de los vertidos en el mar. El Instituto de Investigación Oceanográfica de Haifa recibe información satelital sobre la temperatura del agua o la penetración de la luz solar en el mar, pero no sobre manchas de petróleo.

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Aves marinas y tortugas —de las que al menos cuatro han muerto— han aparecido cubiertas de brea en varios puntos de la costa, donde el fuerte oleaje registrado durante un temporal la semana pasada arrastró los vertidos. La autopsia practicada a un joven rorcual de 17 metros de longitud, hallado sin vida varado en las costas de Ashdod (sur de la costa), ha revelado la presencia de fluidos oscuros en los pulmones del cetáceo.

El director de la Autoridad de Parques Nacionales y Espacios Naturales, Shaul Goldstein, ha calificado la situación como la “peor catástrofe natural registrada en una década” en Israel y un retroceso de muchos años en los esfuerzos de protección de la biodiversidad en la costa. Está por ver aún cómo afectará a la pesca. El Gobierno prevé destinar decenas de millones de euros a las tareas de limpieza en lugares de difícil acceso, que deben efectuarse a mano. Mientras, trata de identificar a los responsables del derrame de hidrocarburos para reclamar ante la justicia una indemnización por los daños causados por la contaminación.

“El Ministerio de Medio Ambiente carece de fondos y competencias. Tenemos que actuar con rapidez para evitar mayores perjuicios”, cuestiona la actuación del Gobierno israelí el director de EcoOcean, en declaraciones a la prensa hebrea. Esta ONG ecologista ha coordinado la movilización de 7.000 voluntarios para las tareas de limpieza.

El director del centro de emergencias para la contaminación marina, Yoav Ratner, asegura no recordar un vertido que afectara a tantos puntos del litoral. “El mejor sistema para limpiar [el chapapote] es hacerlo a mano. Intentamos reducir al mínimo el uso de medios mecánicos”, ha declarado a The Times of Israel.

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Sobre la firma

Juan Carlos Sanz
Es el corresponsal para el Magreb. Antes lo fue en Jerusalén durante siete años y, previamente, ejerció como jefe de Internacional. En 20 años como enviado de EL PAÍS ha cubierto conflictos en los Balcanes, Irak y Turquía, entre otros destinos. Es licenciado en Derecho por la Universidad de Zaragoza y máster en Periodismo por la Autónoma de Madrid.

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