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Crónica de Bolsa

El Ibex retrocede un 2% y cae a mínimos de dos meses

Fuerte castigo a Grifols y Almirall

Mapa de las principales Bolsas

El repunte de las rentabilidades de la deuda no sirvió esta vez para impulsar la remontada de los bancos. El financiero, un sector con fuerte peso en la Bolsa española, se convirtió durante gran parte de la jornada en una especie de escudo para el Ibex 35. Sin embargo, los temores de recesión y la apertura bajista de Wall Street terminaron por asestar el golpe. En sintonía con el resto de índices europeos, el selectivo español concluyó con una caída del 2,2%. Además de perder los 8.200 puntos, el Ibex firmó su peor jornada desde comienzos de marzo y encadena cuatro sesiones consecutivas a la baja. A pesar de este castigo, la Bolsa española (-6,59%) es junto a la británica (-2,27%), la que menos cae en 2022.

Con la excepción de Sabadell, que finalizó en tablas (0,06%), el rojo fue el color imperante entre los integrantes del selectivo. No obstante, la intensidad de las pérdidas no fue la misma para todos los miembros. Las farmacéuticas Almirall (-11,4%) y Grifols (-6,85%) junto a la petrolera Repsol (-8,53%) se llevaron la peor parte. Unos descensos que, si bien en el caso de las dos primeras obedecen a cuestiones relacionadas con los resultados, en el caso de Repsol se corresponden a la caída experimentada por el precio del crudo.

Mientras el aumento de los costes de financiación pasó a factura a las cotizadas de perfil defensivo, así como a las empresas más endeudadas como Cellnex (-3,92%) o Telefónica (-1,92%), los temores de recesión hicieron mella en las firmas cíclicas. Los bancos son una buena muestra de ello. Aunque día a día son más los inversores y firmas de análisis que consideran que un escenario de normalización monetaria las entidades están llamadas a tener un buen desempeño, las señales de ralentización pesaron más. BBVA bajó un 0,22%; Santander, un 1,91% mientras CaixaBank y Bankinter retrocedieron un 0,51% y un 0,12%, respectivamente. Estos descensos se sitúan en línea con la caída del 2,35% que se anotó el sector bancario europeo.

El comportamiento de la Bolsa española siguió la tendencia de sus homólogos en el Viejo Continente. El Dax alemán cedió un 2,15%; el Cac francés, un 2,75%; el FTSE británico, un 2,32% y el Mib italiano, un 2,74%. Estos descensos fueron ampliados por el negativo comportamiento de Wall Street. Un día después de que el S&P 500 encadenara cinco semanas consecutivas de caídas, algo que no se veía desde 2011, las ventas se prolongaron. En un día que conmemora la victoria de los Aliados en la Segunda Guerra Mundial, la falta de un acuerdo entre Rusia y Ucrania para un alto el fuego, inundó de pesimismo el mercado. Las tensiones geopolíticas unido a los temores de recesión en un entorno de subida de tipos y elevada inflación aceleraron las caídas. El Nasdaq cerró con una caída del 4,29%; el S&P 500 bajó un 3,2%, mientras que el Dow Jones retrocedió un 1,99%.

El índice que agrupa a las grandes tecnológicas acumula unas pérdidas del 25% en lo que va de año, caída que se ha visto ampliada por las subidas de los tipos y unos decepcionantes resultados en los tres primeros meses del año. Después del rally que experimentaron en los momentos más duros de la pandemia muchos de los valores catalogados como firmas de quedarse en casa están siendo testigos de cómo el levantamiento de las restricciones y la denominada vuelta a la normalidad está pasando factura a unos valores que cotizaban a múltiplos muy exigentes.

El mercado de deuda, que durante gran parte de la jornada estuvo cotizando la normalización monetaria, cerró sin apenas cambios. La rentabilidad de la deuda española se mantuvo estable en el 2,2%, zona de máximos de julio de 2015, mientras el bono alemán al mismo plazo se sitúa por encima del 1%. Al otro lado del Atlántico, el bono de EE UU a cinco años se sitúan al filo del 3%, si bien en niveles intradía llegó a tocar máximos de septiembre de 2008.

El oro sucumbe a las pérdidas

El oro, un activo por excelencia en momento de inestabilidad como el que vive el mercado, no escapó a la corriente vendedora. El temor a que la retirada de los estímulos de los bancos centrales acelere la ralentización y provoque un problema de liquidez está pasando factura a los mercados. El metal amarillo cedió un 1,37%, hasta los 1.856 dólares por onza.

En una jornada en la que todos los sectores sucumbieron a las caídas solo el de consumo logró esquivar las ventas. Aunque los ascensos se moderaron al 0,29% se sitúan a gran distancia de la caída del 6% que se anotaron las firmas vinculadas al turismo y al ocio o las pérdidas del 4,96% y del 4,66% que se anotaron las tecnológicas y energáticas.

Después de que en las últimas jornadas varios miembros del BCE reiterasen que la institución está preparada para subir las tasas en julio, el euro puso freno a los recortes. La divisa europea sumó un 0,3% y se aproxima a los 1,06 dólares.

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