La inflación de la OCDE escala a su nivel más alto desde 1996 empujada por EE UU

La era de la escalada en los precios parece no tener fin. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) ha informado este martes que la inflación entre sus miembros ha alcanzado en noviembre máximos no vistos desde 1996 al situarse en el 5,8%, seis décimas más que en el mes anterior y más de cuatro puntos y medio respecto al mismo periodo de 2020 (1,2%). El avance se debe sobre todo al repunte del IPC en Estados Unidos, donde ha pasado del 6,2% en octubre al 6,8% en noviembre, la tasa más alta desde junio de 1982, en plena recesión.

El coste de la energía sigue siendo el gran catalizador de esta situación. Su precio repuntó un 27,7% durante el mes de noviembre, más de tres puntos porcentuales respecto a octubre, cuando fue del 24,3%. Se trata de la tasa más alta desde junio de 1980, según señala la propia organización. También la alimentación se ha posicionado entre los bienes que más tiran al alza de los precios: ha registrado un repunte interanual del 5,5%; el mes previo fue del 4,6%. Excluidos ambos productos, se observa que la inflación interanual de la OCDE aumentó de forma más moderada, hasta el 3,8% en comparación con el 3,5% de octubre, aunque contribuyó significativamente a la inflación general de varias economías grandes, entre las que destaca Reino Unido y Alemania.

Entre los países de la OCDE, las mayores tasas de inflación en noviembre se registraron en Turquía, con un 21,3%, por delante de Lituania, con un 9,2%, y de Estonia, con un 8,8%. Por contra, las menores subidas de los precios en términos interanuales se observaron en Japón, con un alza del 0,6%, así como en Suiza e Israel, con subidas del 1,5% cada uno.  

El impacto del alza de la energía seguirá notándose en los meses venideros. Los futuros del mercado del gas apuntan a un primer trimestre de 2022 todavía en máximos, mientras que la OPEP cree que la variante ómicron no frenará la subida de la demanda de crudo. Su escalada es la culpable de que en la eurozona la inflación también aumentara con fuerza hasta el 4,9% en noviembre y el 5% en diciembre, según los últimos datos adelantados por Eurostat. Se trata de la cifra más alta de la serie histórica, que arranca en 1997.

La situación ha sido la misma para todos los países que conforman el G7, donde la tasa ha incrementado hasta el 5,4%; seis décimas más que en el mes previo (4,8%). El único que ha escapado de esta tendencia ha sido Canadá, donde la inflación se ha mantenido intacta en el 4,7%.

Entre las mayores economías, Estados Unidos es con diferencia el país donde se ha dejado notar con más fuerza la presión inflacionista. Pero algunos países europeos le siguen de cerca. El IPC subió hasta el 5,2% en Alemania durante el mes de noviembre (desde el 4,5%) y hasta el 4,6% en Reino Unido (desde el 3,8%). Solo Francia tuvo un repunte más moderado, al pasar de un 2,6% a un 2,8%. Por su parte, la inflación interanual en el área del G20 aumentó hasta el 5,9% frente al 5,3% de octubre.

Pese a la continúa subida en los precios, los analistas y principales supervisores mantienen que el espiral inflacionista será transitorio. Philip Lane, economista jefe del Banco Central Europeo (BCE), ha defendido este martes las previsiones de la institución, que apuntan a un debilitamiento de las presiones inflacionistas a lo largo del año, que llevará a situar la tasa de inflación de la eurozona por debajo del umbral del 2% en el medio plazo.

La situación, sin embargo, se vislumbra distinta en Estados Unidos, donde parece próximo una subida de tipos de interés. El presidente del Banco de la Reserva Federal de Atlanta, Raphael Bostic, ha sugerido este martes que el incremento podría ocurrir en marzo, pues "existe el riesgo de que la inflación sea elevada por un periodo de tiempo extendido y necesitamos responder directa, clara y agresivamente".