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La segunda ola del Covid amenaza con castrar en otoño el histórico rebote del PIB durante el verano

La economía creció un inédito 16,7% en el tercer trimestre pero sigue un 8,7% por debajo de 2019. Guindos teme un fin de año negativo en toda la eurozona

Evolución del PIB. 3T 2020. Trimestral y anual
Alejandro Meraviglia

La economía española protagonizó un incremento inédito en los registros históricos en el segundo trimestre del año. Una escalada en vertical del 16,7% desde el fondo de la sima en la que la sumieron el confinamiento y la parálisis de la actividad imperantes durante el estado de alarma decretado entre el 14 marzo y el 21 junio para contener la pandemia del coronavirus. Entonces el descenso fue del 17,8%, el mayor en tiempos de paz. Con todo, según el dato provisional publicado el viernes por el Instituto Nacional de Estadística (INE), a cierre de septiembre el PIB seguía un 8,7% por debajo de los niveles de un año antes, si bien modera el retroceso del 21,5% que sufrió antes de que el verano diera paso a la reactivación económica.

Pese a que las cifras mejoran las previsiones más optimistas de los analistas y el Gobierno, que asumía que el alza intertrimestral sería del 13%, la gravedad de la segunda ola de la pandemia, el despliegue de un nuevo estado de alarma y las crecientes restricciones regionales vuelven a ensombrecer el horizonte económico. Mientras el Ejecutivo admite ya una “ralentización” económica en el cuarto trimestre, hay quien alerta de la posibilidad de que el PIB vuelva a cerrar el año en negativo.

En esta línea se pronunció el viernes el vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE), Luis de Guindos, alertando de que el riesgo impera en toda la eurozona. “No sería una locura que fuéramos a crecimientos cero o negativo en la zona del euro, todo dependerá de las medidas para frenar la extensión de la pandemia”, expuso en un foro organizado por el Círculo de Empresarios, explicando que el también histórico avance del PIB de la eurozona en el tercer trimestre, del 12,7%, tiene mucho que ver con el “efecto estadístico” de comparar un verano con vuelta a la actividad con unos meses anteriores de inédita parálisis.

A su vez, el PIB francés creció un 18,2% trimestral en verano (-4,3% anual) y el alemán subió un 8,2% tras ceder un 10% en primavera. La expectativa de los analistas encuestados por el BCE es que la eurozona cierre el año con una caída del 7,8% (una mejoría de 0,5 puntos desde la previsión anterior), crezca un 5,3% en 2021 (0,4 puntos menos) y un 2,6% en 2022 (un 0,2 más).

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El Gobierno español, que baraja un avance del 1,2% en la recta final del año para concluir el ejercicio con un descenso del 11,2%, prevé un incremento inercial del PIB del 7,2% que aspira a elevar al 9,8% con el Plan de Recuperación que sustentarán las ayudas europeas. Sin embargo, la Cámara de Comercio elevaba el viernes la caída del PIB en 2020 al 14,3% por las nuevas restricciones y el Consejo General del Economistas apostaba por una del 12,2%, advirtiendo de que “el consumo y la inversión están bajo mínimos y la tasa de ahorro disparada”, lo que complica la reactivación.

De momento, la mejora del PIB durante el verano se sustenta en un avance en trimestral de 11 puntos en la demanda nacional, y de apenas 1,8 en la externa, con un aumento del consumo del 14,3%, que llega al 20% en el caso de las familias (-10,8% interanual). En el plano laboral se da un incremento del 24,7% en el número de horas trabajadas y del 16% en el número de puestos de trabajo equivalentes, si bien en términos interanuales su caída es del 6,2% y el 5,5%, respectivamente, lo que supone una pérdida de 1,01 millones de puestos de trabajo.

Calviño ve “buena base”

Los datos, valoró la vicepresidenta de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, dan cuenta de una “fuerte reactivación de la economía y el empleo” durante el verano, con 570.000 nuevos puestos de trabajo y el 80% de los afectados por ERTE de vuelta a su empleo, lo que aporta “una buena base para la recuperación económica”. “La reactivación continúa, pero estamos en un momento de alta incertidumbre”, admitió, asegurando que el Ejecutivo seguirá trabajando con Europa para atajar la pandemia y “apoyando a las empresas y familias” frente a la crisis.

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