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Hacienda fía al auge del consumo y el fin de los ERTE su plan de batir el récord de recaudación en 2021

Espera un avance del 13% en ingresos tributarios, el mayor en 16 años, basándose en una previsión de alzas del 11% en gasto privado, el 16% en vivienda y el 10% en beneficios empresariales

Recaudación 2020 2021
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El proyecto de Presupuestos Generales del Estado para 2021 presentado este miércoles por el Gobierno ante el Parlamento ha llamado especialmente la atención por ser el más expansivo de la historia, con un aumento del gasto no financiero del 52,4% hasta los 194.457 millones (una vez descontada la financiación autonómica y local). El plan, pese a ello, no es menos ambicioso en el lado de los ingresos, pues Hacienda aspira a lograr la mayor recaudación tributaria de la historia, un alza del 13% hasta los 222.107 millones de euros, tras una caída en 2020 que cifra en el 7,6%. Este objetivo descansa, sin embargo, sobre la previsión de una vigorosa reactivación económica, con alzas del consumo a doble dígito y una apreciable mejora del empleo, que está por ver si se cumple en el contexto de una segunda ola de la pandemia del coronavirus que ya ha llevado a extender el estado de alarma hasta mayo, ha multiplicado las restricciones regionales y hace admitir al propio Gobierno que se está produciendo una “ralentización de la recuperación”.

El reto no es menor. Semejante incremento sería el segundo mayor registrado por Hacienda, en una serie que data de 1995, solo por detrás del 14,1% de aumento de la recaudación de 2005, en pleno boom inmobiliario, y la reforma fiscal solo arrojará 8.200 millones. El plan presupuestario sustenta su estimación en que “la positiva evolución del empleo y la previsible reducción de la incertidumbre impulsarán el consumo privado en 2021”. En concreto, aventura que “la revitalización del empleo permitirá impulsar la renta disponible de los hogares”, provocando “una moderación de la tasa de ahorro”, disparada este año, y que “la flexibilización de las medidas de restricción a la movilidad respecto a la situación de 2020”, que causó un “ahorro forzoso”, “permitirán alentar el consumo privado, que pasará a crecer por encima del 10% en 2021”.

En concreto, el Ejecutivo sostiene que en 2021 el consumo privado crecerá un 10,7% (un 8,3% inercial, amplificado por el Plan de Recuperación que alimentarán las ayudas europeas) y la inversión en vivienda un 15,8%, tras las caídas del 12,6% y el 21,8% registradas, respectivamente, este año.

Como consecuencia, Hacienda espera un alza del 13,9% en el IVA, hasta los 72.200 millones, al crecer un 12,6% el gasto gravado y elevarse del 10% al 21% el tipo aplicado a bebidas azucaradas y edulcoradas. En 2020, este impuesto cedió un 11,4%, hasta los 63.399 millones, ante “la disminución del consumo de residentes y turistas”, que el Gobierno espera ver revertida en 2021.

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A su vez, confía en que el IRPF aporte 94.196 millones, un 7,8% más pese a esperar un alza de la renta bruta de los hogares de solo el 4,2%, asumiendo que “en 2020 los ERTE han provocado un desplazamiento de la masa salarial desde las empresas hasta el sector público”, por lo que “se pasó de tener salarios sujetos a retención a tener prestaciones con poca o nula retención”. “En 2021 sucederá lo contrario”, se asume, calculando un alza del 6% en retenciones frente al 3% en rentas, pese a que los ERTE ligados al Covid ya han sido prorrogados hasta el 31 de enero y no es descartable que vuelvan a ser extendidos en el marco del nuevo estado de alarma. Hacienda espera, además, que los desajustes de 2020 aporten 1.500 millones más a las arcas en la campaña de la renta y que su subida a las rentas altas comience a hacerse notar. Después de todo, el Ministerio cree que el IRPF ha sorteado la crisis este año, aportando un 0,6% más, al desplazarse las obligaciones que había sobre los empleos destruidos a las prestaciones sustitutorias.

En Sociedades, cuya recaudación cae un 24,2% este año, se prevé un alza del 20,7%, hasta los 21.720 millones (siendo el único tributo que no recupera niveles precrisis), al esperarse un alza del 11% en los beneficios, menores devoluciones y los efectos del mayor gravamen sobre beneficios de filiales.

Finalmente, en Impuestos Especiales, que aportaron un 9,3% menos en 2020, se espera un aumento del 12,4% hasta los 21.809 millones, por la subida de diésel; el alza del 10% en el consumo eléctrico; o del 13% en el consumo de cerveza y alcohol ante la mayor actividad.

En el caso de los ingresos no tributarios, el Ejecutivo espera un alza del 25,7% hasta los 33.424 millones, tras la caída del 4,4% en 2020 que achaca principalmente “a los ingresos patrimoniales debido a los menores dividendos y participaciones en beneficios, en particular por los procedentes del sector aeroportuario”. Un segmento que depende también de la evolución de la pandemia para despegar. Sumados estos fondos a los tributarios, el total de ingresos financieros crecería un 14,5% hasta los 255.631 millones.

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