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Cataluña cierra bares y restaurantes durante 15 días para contener el virus

Reduce también el aforo de los centros comerciales al 30% y el de los gimnasios al 50%, además de suspender las clases presenciales en universidades

EL PAÍS (CRISTOBAL CASTRO)

El comité del Plan de Emergencias de Protección Civil (Procicat) de Cataluña ha aprobado este miércoles cerrar todos los bares y restaurantes de la comunidad durante 15 días, reducir el aforo de los centros comerciales al 30% y el de los gimnasios al 50% para intentar contener el avance de la epidemia de Covid-19.

Para ayudar al sector hostelero a afrontar estas limitaciones, el vicepresidente de la Generalitat en funciones de presidente, Pere Aragonès, ha explicado que el Ejecutivo catalán aprobará el próximo martes una dotación inicial de 240 millones de euros para acompañar al sector "en este esfuerzo colectivo"

Las nuevas restricciones también incluyen dejar de dar clases presenciales en las universidades y suspender durante dos semanas todas las competiciones deportivas catalanas -federadas, escolares o privadas- para atajar la escalada de los contagios. Todas las medidas entrarán en vigor a partir de la noche del jueves al viernes, aunque primero deben ser ratificadas por el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC).

Asimismo, durante la rueda de prensa telemática, en la que también han estado presentes los consellers de Presidencia, Meritxell Budó, Interior, Miquel Sàmper, y Salud, Alba Vergès, Aragonès, ha llamado a la ciudadanía a "limitar al máximo las salidas de casa" y eliminar "contactos sociales innecesarios" en los próximos 15 días, para evitar que se tengan que adoptar medidas aún más restrictivas como un confinamiento total. También ha instado de nuevo a promover el teletrabajo.

En Barcelona, no ha gustado el paso adelante dado por el Ejecutivo. El primer teniente de alcalde de la ciudad, Jaume Collboni, ha dicho que ve "desproporcionado" que la Generalitat pueda decretar este cierre. En una entrevista de la Ser recogida por Europa Press, Collboni ha aceptado que la situación "se está agravando", y se ha comprometido a que el Ayuntamiento de Barcelona será corresponsable con el Govern para hacer cumplir las medidas que se tomen.

Collboni ha lamentado que "si no es un globo sonda, solo tomar esta decisión es desproporcionado", aunque este martes ya hizo una llamada a los barceloneses a reducir la vida social y los encuentros informales. Por su parte, la alcaldesa, Ada Colau, comparecerá esta tarde para valorar la situación.

La situación epidémica en Cataluña se ha agravado hoy con la suma en las últimas 24 horas de 1.620 nuevos contagios, 23 fallecidos y 40 nuevos hospitalizados, con lo que ya son en total 1.024 los pacientes de Covid ingresados, 189 de ellos en la UCI, 17 más que ayer, el mismo número que había el 26 de mayo.

La restauración impugnará la medida

Los restauradores han recibido con indignación la decisión del Govern de cerrar bares y restaurantes y han avanzado que la impugnarán ante la justicia. Así lo han explicado tanto el director general del Gremio de Restauración de Barcelona, Roger Pallarols, como el secretario general de Fecasarm, Joaquim Boadas.

Antes del anuncio oficial, Aragonès, ha dado cuenta de esas medidas a los sectores afectados, y Pallarols ha explicado que la reunión había sido "muy tensa".

En declaraciones a los periodistas, Pallarols ha anunciado la impugnación de esas restricciones porque, a su entender, son desproporcionadas y porque hay "determinados derechos constitucionales que no pueden saltarse", ha dicho. Pallarols ha denunciado que el cierre se impone de manera "inmediata" y sin apenas "medidas de apoyo", por lo que el Govern "parece que se empeñe en agravar la situación de un sector económico clave para Barcelona". "Parece que se empeñen en culpar a la restauración" al limitar su actividad a la entrega de comida a domicilio o a servirla para llevar, "volviendo a una especie de fase 0", ha dicho.

Por ello, ha reclamado al Govern que articule mecanismos para que el sector pueda seguir operando y que "no destruya el motor de la economía catalana", ya que de esta manera está "destruyendo la manera de ganarse la vida de muchas familias". "No puede ser que el Covid-19 se lleve por delante todo nuestro tejido productivo", ha dicho.

Por su parte, en nombre de la patronal Fecasarm, que representa tanto al ocio nocturno como a la hostelería, su secretario general, Joaquim Boadas, ha asegurado a Efe que ya trabaja en un recurso ante el Tribunal Superior de Justícia de Catalunya (TSJC). "Fecasarm pedirá la suspensión inmediata de la vigencia de la resolución", ha explicado el dirigente empresarial, que ha alertado de que este cierre dpuede tener "consecuencias letales".

"Para muchos empresarios será imposible superar la inactividad forzosa durante 15 días, porque llevan desde marzo con cierres, restricciones horarias y de restricciones de ocupaciones en terrazas, y todo ello tras una temporada de verano nefasta", ha asegurado.

Esta asociación calcula que las pérdidas diarias -sin distinguir entre fines de semana y laborables- pueden ser de unos 2.000 euros por local, incluyendo tanto costes de alquiler como otros gastos fijos, por lo que estima que la factura global de ese cierre de dos semanas puede ser de unos 1.000 millones de euros.

La medida también ha provocado la queja de Adiscat, la Asociación de Empresas de Distribución y Logística de Bebidas y Alimentación de Cataluña, que ha asegurado que "no existe ningún estudio objetivo que demuestre que la hostelería y la restauración sean responsables de ningún porcentaje de contagios de Covid-19", pero en cambio la pandemia "será la culpable de la muerte de muchos establecimientos de restauración, empresas de distribución y sus puestos de trabajo", ha alertado.

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